Hoy quisiera hablarte de cómo educamos a nuestros clientes a través del contenido y por eso voy a comparar una clase con lo que se puede publicar online, en la web o en medios sociales.
Recuerda la última vez que fuiste a una clase. Si tienes experiencia como docente, también, piensa cuándo estuviste al otro lado escuchando a otro profe que no fueses tú. Pregúntate:
- ¿Cómo encontraste ese curso?
- ¿Por qué te apuntaste?
- ¿Qué preparación previa te pedían?
- ¿Qué te pedían que hicieses durante el curso?
- ¿Cómo continuó tu formación una vez acabado?
No caigas en comparar una charla con una clase: hablo de una sesión con un programa docente más amplio, con una duración superior a 1 o 3h y de pago. Una clase en la que tú quieras aprender algo por necesidad personal o profesional, eso no importa para este ejemplo.
¿Ya has recordado y contestado a esas preguntas como estudiante? Vamos a verlo ahora desde la perspectiva del profesor. Si no tienes experiencia como docente, intenta pensar en qué tendrías que hacer si quisieras organizar un webinar. Pregúntate:
- ¿Cómo atraerías a los alumnos?
- ¿Cómo les convencerías para que se apuntasen?
- ¿Cómo seleccionarías a los alumnos si tuvieses plazas limitadas?
- ¿Cómo mezclarías la teoría y la práctica?
- ¿Cómo tratarías de continuar la relación con los alumnos al acabar el curso?
Todas estas preguntas, las de alumno y las de profesor, parecen perfectamente lógicas y necesarias tanto para asistir como para preparar una clase, ¿verdad? Pues lo mismo podría hacerse para preparar el contenido de una web. Repasa las preguntas aplicadas a una web:
- ¿Tienes la web optimizada para buscadores y medios sociales?
- ¿Qué forma de persuasión utilizas para convertir a las personas que llegan a tu web?
- ¿Cómo has personalizado el contenido para tu perfil o persona objetivo?
- ¿Qué llamadas a la acción has incluido en cada página?
- ¿Qué enlaces o formas de fidelización has incluido en las páginas de confirmación?
Los contenidos de una web o de un blog han de educar a nuestros usuarios, enseñarles igual que lo haría un webinar o una clase presencial. El alumno ha de encontrarle utilidad al curso que va a pagar igual que el visitante de nuestra web ha de estar dispuesto a contratarnos o comprar nuestros productos. Han de ver de qué manera lo aprovecharán, cómo les ayudará en su día a día. La perspectiva educativa no es la única para los contenidos pero sí una parte importante en todo tipo de empresas.
Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 139 (8 de abril de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.