La newsletter de hoy está inspirada en un post y una clase que hice la semana pasada, aunque en el fondo ya empezó a fraguarse hace algunos números cuando hablé de la competencia. Y es que nuestros contenidos dependen de lo que publican los demás y de lo que tu audiencia sepa sobre ti. Te explico los ejemplos.
En el post en cuestión, mencionaba el patrocinio de dos marcas en un programa de televisión. Una de ellas la tenía muy clara porque ya la conocía pero la otra no sabía cuál era hasta que leí la noticia. Y eso que como mínimo hacían referencia a ella una vez en cada programa (aunque sin decir el nombre) y los había visto todos. Así que en el último me he esforzado por identificarla y, efectivamente, en algún plano se puede ver su logo.
Lo pongo como ejemplo de lo ciegos que estamos frente a algunos impactos. Yo sabía quién era la primera marca porque ya la conocía, no necesité ver su logo, solo una sutil referencia. Pero la otra, aunque la conocía y después supe identificarla, no me destacaba tanto. Seguramente, si yo fuese usuaria de esta segunda marca, la hubiese reconocido desde el primer momento porque sus rasgos me sonarían como me pasó con la primera. Pero como no lo era, se tuvieron que esforzar un poco más en hacerme notar su patrocinio.
En la clase en cuestión, un alumno me preguntó una duda muy habitual: ¿cuál es la frecuencia idónea para actualizar Twitter? Le dije que había que mantener vivo el canal con al menos una actualización al día para que los posibles seguidores encontrasen un motivo para hacerlo y los que ya eran followers para quedarse. Le pareció mucho y no es la primera vez que alguien se me queja de eso, así que ya tenía una respuesta preparada.
Para contrarrestar el efecto ‘no tengo tanto que contar’, puse el caso de la televisión: al hacer zapping se saltan ciertos canales. Lo mismo puede pasar en las redes sociales, ¿para qué seguir a una empresa si publica muy poco y cosas poco interesantes? Claro que hay mercado/audiencia para espacios de tarot pero si el canal está en negro (¡ay, la carta de ajuste!) durante todo el día y por la noche solo te da un programa que no te interesa, la próxima vez lo pasarás por alto e irás a los que sí te ofrecen cosas de valor para ti.
Espero que la mezcla de estas dos ideas te haya llevado a concluir, como a mi, que los contenidos tienen que ayudar a mantener viva la huella que dejan las empresas en los usuarios. Si no los vamos impactando regularmente, nuestra marca se diluye: se borra o es substituida por otra.
En el caso de la marca de patrocinio, no les va a servir de nada si yo no reconozco ni la empresa ni sus productos. En el caso de la frecuencia de Twitter, tampoco servirá si es tan baja que no coincide con mi horario o de tan baja calidad que no me interesa. En resumen, tan importante es que seamos regulares como que seamos relevantes y destaquemos convenientemente.
Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 146 (27 de mayo de 2013). Suscríbete gratuitamente.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.