Algunas veces se me olvida que este blog empezó estando dedicado a los medios tradicionales, digamos que algo parecido a un hobby para mí. Han pasado muchos años (en unos meses serán ya 12) pero d+m sigue siendo un lugar donde descargar mis ideas aunque cada vez sean menos mass media. Así que siempre se me olvida que mi primera aventura editorial fue un capítulo para el libro «La televisión no lo filma«, un recopilatorio sobre la visión televisiva de por entonces. Era septiembre de 2006 y yo escribí sobre Internet como un canal para el telespectador.
Han pasado 10 años y las cosas han cambiado mucho… pero mucho, mucho. Tanto que haría falta otro libro para explicar los cambios, no un post con el que solo pretendo apuntar algunas ideas que me llaman la atención. En realidad, durante esta década, gracias a mis posts de los miércoles, he ido dejando referencias al tema. Hoy, simplemente como aniversario, comparo algunas.
Hay que ponerse en situación: en 2006, no todas las televisiones permitían ver su programación online, algunas solo daban fragmentos y las más nuevas aún estaban en pañales. La TDT sonaba a rollo para vendernos televisores y la TDT de pago aún sonaba peor, no se habían fusionado los grandes canales y seguíamos discutiendo para ver quién decidía lo que se veía en la tele (nótese el singular). Teníamos VHS para grabar lo que no podíamos ver y había que hacer virguerías para evitar los anuncios que sabíamos que duraban mucho pero no cuánto. Telefónica aún era Telefónica y el iPhone solo estaba en la mente de su creador, no en las manos de millones de usuarios.
En 2016, todo ha cambiado. A los móviles ya no se les llama así, si no segunda pantalla. A los televisores también se los llama inteligentes, pero más por sus funcionalidades que por lo que emiten. Las series se subtitulan casi de un día para otro para hacer estrenos más globales. Los grabadores no necesitan cinta ni disco duro, solo espacio virtual de almacenaje, y puede dejarse programada toda una serie completa aunque no sepas qué día ni a qué hora se va a emitr. De hecho, los programas se pueden rebobinar en directo sin necesidad de grabarlos de ninguna forma previa. Hay apps para cambiar de canal sin tener el mando (aunque se puede provocar una guerra en el sofá). Es posible ver cientos de canales pero también conectar el móvil y ver vídeos hechos por cualquier usuario.
Todas estas cosas (y más que me dejo en el tintero) sonaban futuristas hace una década pero hoy son una realidad. Es cierto que algunas son de pago y que otras son innecesarias para ciertos públicos. Pero constantemente se anuncian cambios en cómo consumimos la programación de las cadenas porque nosotros, la audiencia, provocamos ésos cambios en colaboración con una tecnología que tampoco se detiene. Estemos en la televisión 3.0 o ya 4.0, diría que vamos por buen camino porque esta tele me gusta más que la de hace una década.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.
2 comentarios en «[TV] 10 años después, ¿la tele lo filma?»
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