Hace ya un tiempo que se sabía que este año el calvo de Navidad no protagonizaría el spot. Por estas fechas todos esperábamos verle, junto con la pareja famosa de Freixenet, los anuncios de colonia y las películas de Papá Noel. Después de ocho años viéndole, él era la mejor representación del «Espíritu de la Navidad».
Lo cierto es que El Gordo es un producto que no necesita publicidad, se vende solo. Todos queremos ser ricos para dejar el trabajo y dedicarnos a escribir, por ejemplo. Así que si no hace falta promocionar el premio/producto, ¿por qué no promocionar la Navidad, su hábitat natural?
Es lo que hasta ahora hacía el calvo bajo el slogan «Que la suerte te acompañe» (pelín peliculero pero perfecto para la campaña). Este año se ha substituido por «Es lo que toca», cambiando a simple vista los buenos sentimientos por una dejadez anímica impropia de esta época del año.
El spot empieza preguntando «¿Qué toca por Navidad?». Las respuestas son variadas (todas en impersonal infinitivo): viajar, besar, bailar, compartir, reencontrarse, recordar, regalar, pasar frío, tocar la nieve, pedir lo imposible… Y acaba con un «toca jugar a la lotería», como si tuviésemos que dejarnos arrastrar hasta la administración más cercana porque todo el mundo lo hace. Igual que compramos uvas para fin de año, en Navidad compramos lotería.
Lo que me llama la atención es que casi toda la lista de cosas que «tocan por Navidad», también «tocan» el resto del año. Y aquí viene mi pregunta: ¿nos enseñan «las cosas buenas de la vida» para que pensemos que tenemos que ser así siempre (vendiendo espíritu navideño) o porque sólo ganando los millones podremos llevar esa vida feliz (vendiendo décimos)?
El juego de palabras con el verbo tampoco me acaba de convencer. «Me ha tocado el Gordo», «me toca ir a mí a tirar la basura»… Vale, si me tiene que tocar algo que sea la lotería (o no).
Para acabar, en la entrega de los Premios Ondas (a ver si mañana puedo apuntar algunas cosas), Carlos Latre, haciendo de Boris Izaguirre, comentó que fue Fernando Alonso el que hizo que sacasen al calvo del spot por envidia: sólo puede haber un calvo en la tele, el de TeleCinco.
Por cierto, las primeras imágenes del spot son luces que se encienden. Mañana te contaré más, pero ves preparando la cámara de fotos.
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