(Para que nadie se queje después, esta crítica puede contener algún spoiler)
La primera sorpresa de la película me la llevé al ver en los créditos que tiene un subtítulo. «Cambiando el pasado» es lo que acompaña a déjà vu, palabra que no llega a decirse en ningún momento (al menos en la versión doblada) aunque se intuye al final en los pensamientos del protagonista.
Hasta ese momento, no se comprende el significado «real» de esta palabrita francesa. Y, a pesar de que las líneas temporables las explica mejor Doc en «Regreso al futuro«, en «Déjà vu» ésta palabra queda perfectamente definida. El «ya lo he vivido» es el momento en el que este plano vital toca con algo del plano alternativo. Sólo para entender eso y ver si consiguen unirse los dos planos, merece la pena ver la película.
En Cuatro estas últimas tres semanas también han estado jugando con fisuras y realidades paralelas en «El triángulo de las Bermudas«. En esta miniserie, también el gobierno (no podía ser nadie más) es el causante de todos los desajustes temporales. La idea es la misma, grandes imanes que generan campos electromagnéticos. En «Déjà vu», además, le han puesto nombre a la supermáquina, «Blancanieves» por los siete satélites que utiliza para visualizar el pasado de una manera inverosímil (aunque con algo de «Enemigo público«).
No puedo evitar decir que gracias a una versión portátil de la supermáquina, podemos ver el colmo de las persecuciones. Podríamos pensar que ya lo habíamos visto todo, pero nos faltaba una persecución pasado-presente. El más difícil todavía: con un ojo se ve la carretera del pasado, con el otro la actual.
Después de espiar la vida con cuatro días de retraso y de romper un monitor para entender como podía pasar, mandan a Denzel Washignton hacía el pasado (directo al hospital para que lo revivan) para intentar evitar un atentado y a la chica, claro. Por un momento, el argumento de poli a través del tiempo me hace pensar en «Minority report«, incluso en «Time cop«. Salvar vidas antes de que se cometa el crimen, parece la lógica razón de ser de un agente de la ley.
Volviendo a «Déjà vu», la paradoja es la misma que en «Matrix«. Lo que nos hará volver locos es qué hubiera pasado si no nos lo hubieran dicho en una hoja teletransportada. No importa si son jarrones rotos o padres del futuro como el de «Terminator«, lo importante es que todo acabe cuadrando al final.
Pero como casi siempre que se trata de mostrar estos pliegues del tiempo, hay algo que falla en este argumento. ¿Quizá precisamente sean esos errores lo que llamamos déjà vu?
PD. quiero pensar que alguien más tuvo la sensación de haber oído antes la frase de «La roca», pero sólo uno se rió (y no fui yo).
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[CINE] Crítica «007: Casino Royale»
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