Hace un tiempo que Hyundai nos ofrece un spot donde parece que las imágenes no encajen con las frases de la voz en off. No consigo encontrarlo, pero quizá lo recuerdes: una familia va en coche y se encuentra ‘cosas’ que podríamos llamar conceptuales por su camino.
Así, en lugar de que haya postes de electricidad de los de siempre, hay compases enormes mientras la voz en off habla de ‘diseño’. Cuando se habla de ‘confianza’ la niña que viaja en la parte de atrás ve un osito de peluche enorme entre las montañas. Cuando se habla de ‘inspiración’ se ve el coche rodeando una gran bola luminosa. Todo para hablar de la ‘calidad’ de Hyndai.
Este spot me sirve para volver sobre la clásica pregunta de qué fue antes, ¿el huevo o la gallina? pero aplicada a la publicidad: qué ha de ir antes, ¿el copy o las imágenes que lo ilustran? En otro punto de vista, ¿primero se piensan las imágenes conceptuales o el texto que las explican?
Teniendo en cuenta que las imágenes brillan por su ausencia en este blog y que no pongo fotos en mi perfil (sin querer cortar el rollo), está clara mi respuesta que ademá ya he puesto en el titular del post: para mi, primero es el texto y luego las imágenes.
Sí, todo el mundo sabe que una imagen vale más que mil palabras pero ¿su hubiera entendido una enorme bola de luz como inspiración? ¿Cuántos hubieran pensando en ella como un cúmulo de muchas bombillas encendidas si no hay alguien que lo dice? Y lo mismo con el peluche, ¿confianza para la niña? También podría ser tranquilidad, protección, seguridad…
Precisamente hace unos días que puse en mi Tumblr una cita relacionada con la que me gustaría acabar antes, por supuesto, de pedirte la opinión: «la palabra justa en el lugar exacto sigue teniendo más fuerza que mil imágenes» según Óscar Bilbao.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.
Conste que yo soy también fan de la palabra, pero porque creo que cada uno tenemos nuestro «favorito» y nos gusta pensar que eso, lo nuestro, es lo que realmente importa. Se puede hacer publicidad sin texto, sólo con imagen y/o música (y una marca, claro), pero es difícil. Y quizá no se comunica con tanta precisión. Es más sencillo hacer comunicación sólo con texto, pero de todos modos hoy día tampoco es factible; que estamos demasiado acostumbrados a arroparlo de una capa audio/visual que es la que llama la atención y dirige (o debiera) a la comunicación textual/verbal.
En cualquier caso la línea de trabajo del tipo: primero la idea en texto y luego traducirla/acompañarla a imágenes, es tan defendible como crear la imaginería antes y luego rodearla de un mensaje verbal. Hay quienes tienen antes la idea en imágenes, y hay quienes primero la tenemos en palabras. Cada cual buscar lo que mejor le funciona, aunque en publicidad, de las dos cosas, por tradición me da que suele ser el redactor el que guía más el proceso al principio.
Jesús,
Sí, las dos líneas son válidas y todo tiene su valor para crear un anuncio llamativo.
Simplemente quería dejar claro que tanto texto como imagen han de ir en la misma dirección, sino el mensaje se rompe y no llega, me gusta la palabra, con tanta precisión.
Gracias por declararte fan de la palabra, jeje