El subtítulo de este post podría ser perfectamente «Misión imposible» porque o tienes muy claro cuál comprar o puedes dejarte la nariz en el intento de escoger el perfume que va contigo.
Y, si es un regalo, la cosa puede complicarse aún más porque o conoces muy bien los gustos de la otra persona (léase su olor habitual) o ese frasco que ha dejado frita tu tarjeta de crédito se quedará en una estantería adornando el baño. Y es que, normalmente, las botellitas son preciosas aunque eso no significa que su contenido no destroce el sentido del olfato de cualquiera.
Este post (hasta ahora reconozco que totalmente falto de tema publicitario pero ya cambiará) está basado en hechos reales: me encuentro en el dilema oloroso de tener que cambiar de perfume. Por lo visto mi consumo no ha sido suficiente para que siga elaborándose (¿puede fabricarse un aroma?) el que llevaba usando hasta ahora así que debo encontrar un substituto a la altura (de mis narices).
Estas fechas son temporada alta en las perfumerías y las marcas están gastando casi todo su presupuesto. Por una vez soy claramente el target: necesito un perfume y no sé cuál comprar así que he hecho el ejercicio de ver cómo intentan captar mi atención.
Los spots utilizan 3 herramientas para conseguir que lo compre:
- endorsement y VIPs: hay un montón de famosos que aparecen en spots (no solo de perfume) y otros tantos que se han dado cuenta que pueden ser actores o cantantes y además creadores de aromas. No hace falta que haga una lista, hay demasiados como para olvidarlos.
- storytelling: está claro que todos los spots cuentan alguna historia pero los de perfumes intentan, quizá más que ningún otro producto, transmitir qué conseguiremos al comprarlo y por lo tanto usarlo (es curioso que se diga ‘llevarlo’ como si fuese una prenda).
- naming: está claro que es más fácil de recordar el nombre si coindice con el de la marca pero pasados unos años de lanzamientos se pueden encontrar básicamente nombres intangibles (quizá por aquello de que el olor tampoco se puede tocar) que no necesariamente tienen nada que ver con la historia que cuentan pero que la redondean con un toque romántico.
Si todos hacen bien su trabajo, cuando me decido a ir a la tienda tendría que saber cuál voy a buscar pero yo soy díficil de convencer y además aquí entran en juego 3 factores más:
- sampling: resulta básico poder probar cualquiera de los frascos de la tienda. Mención especial a esa chica que se acerca con el frasco en la mano y se ofrece a perfumarte gratuitamente. Sin eso, me atrevo a decir que no hay venta (aunque sea para regalar, hay que probarlo).
- packaging: decía al principio del post que el frasco es muy importante, ¡es evidente! Ya no solo por el color, la forma del envase ha de conseguir que lo quieras tocar pero sobre todo que lo quieras mostrar porque de alguna manera te represente. Además hay alguna norma no escrita que dice que todo ha de entrar por la vista o, dicho de otro modo, no puede oler bien si está mal envasado.
- pricing: llegados a este punto, han conseguido que tenga el frasco en las manos pero si esos 50ml valen más que llenar el depósito del coche, es posible que muchos den marcha atrás, es decir, a la colonia fresquita para el verano. En perfumes no hay rebajas (como mucho un complemento de regalo), más bien es una compra por impulso.
Con todos estos ‘ings’ rondando mi cabeza me paseé por la tienda y quizá por eso salí casi igual que entré: sin frasco y con la nariz más tapada que de costumbre. De momento pues me quedo apurando las últimas gotas de la fragancia que me ha acompañado los últimos años y, aunque no sea Marilyn, ¡por qué no! hoy me voy a la cama envuelta en mi perfume favorito.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.
Genial. Yo, con la caída de Forum filatélico, también perdí mi perfume. Resulta que eran los principales accionistas y ya no hay manera de encontrarlo.
El perfume, «la olor», es tan importante… Nos viste, sí. Nos identifica, sí. Nos da seguridad, leche, también. Refuerza nuestro carácter, también. No diré que el perfume lo es todo en la «imagen» de una persona, pero una persona sin fragancia es demasiado neutra. Se desaprovecha.
En fin, que me pongo en plan «esteticien» y no es cuestión.
Felicidades por el post que muestra en 6 breves puntos cómo nos intentan vender un perfume.
Un saludo
Jesús,
no sé si diría tanto como desaprovechar pero sí que neutra lo define bien. Ya me gustaría que algunos en verano fuesen más neutros! 🙂
Saludos,
pues igual te parecerá que soy un poco simple, pero yo uso nenuco… huele genial, la encuentro en cualquier sitio y además es barata…
Vanessa,
todos hemos usado Nenuco alguna vez y sí, huele muy bien pero no transmite lo mismo que un perfume, no tiene matices.
Además, el olor dura mucho menos y al final se puede llegar a gastar media botella al día 😉
Gracias por tu visita,