Con el cambio de mi cuenta de Twitter lo he visto aún más claro: no es lo mismo un suscriptor por RSS o mail que un seguidor en Facebook o Twitter. Si hace ya un tiempo comentábamos las diferencias entre blogging y microblogging desde el punto de vista del que escribe, ahora me gustaría hacerlo con los ojos del que lo lee. Avanzo la diferencia principal: el control.
Pongámonos en situación. Llegas a un blog (igual que a cualquier otra página) por un enlace o por un buscador y decides quedarte (no entraré en el por qué). Quieres seguir sus actualizaciones y llega el momento de elegir cómo. Es responsabilidad del blogger ofrecerte todas las posibilidades: vía RSS, vía mail, vía Twitter o vía Facebook. Tú decides cómo quieres comportarte, cuál es la relación que quieres establecer: ¿suscriptor o seguidor?
Llamamos suscriptor al que se apunta a una newsletter pero también al que recibe las actualizaciones una vez al día en su correo o cada vez que desee abrir su lector de feeds. Es por tanto alguien que decide cuándo consumir la información. No tiene prisa porque seguramente no hay urgencia por leer un post atemporal (como el que estás leyendo) en el que tampoco los comentarios de la gente pierden vigencia. Una suscripción por mail o por RSS es para blogs que no son de noticias de última hora, que no compiten por publicar el primero de su blogosfera temática.
En cambio un seguidor es alguien más sumiso. Cuando la persona a la que sigue publica algo, quiere saberlo al instante (ya lo dice la canción). Es feliz con esa sensación de dominio del tiempo, pero es solo una ilusión ya que son los bloggers quienes realmente controlan el ritmo. En Twitter y Facebook el tiempo pasa deprisa, el timeline se llena rápidamente de peticiones a seguidores para que hagan cosas: lee esto, retuitea aquello, contestame a lo otro… Es por esto que seguir un blog por estas vías tiene sentido, a parte de cuando se pasa mucho tiempo conectado, para blogs donde la información sea de consumo urgente.
Aclaro para terminar que no sigo a ningún blog vía Facebook ni por correo (aunque en la barra lateral verás que sí lo ofrezco para quien así lo prefiera) y tampoco sigo a nadie que únicamente tuitee sus posts porque para eso ya sigo a muchos vía RSS: para tener tiempo de disfrutar leyendo sus ideas. Para devorar, prefiero el chocolate.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.
Podemos verlo así, o podemos verlo como quien quiere seguir una obra o al artista que la creó.
Personalmente en twitter no sigo ningún blog, si no a su autor, porque alguno de sus posts (obra) me gustó y pensé que detrás hay una persona interesante (artista) que vale la pena conocer más y me da la oportunidad de compartir más cosas que su blog.
Cada cual usa twitter como quiere -faltaría más- pero en mi caso es más para seguir a personas que a contenidos. Como dices, para seguir a un blog ya tengo el RSS y si el contenido es interesante, no hace falta ni seguir el RSS, el contenido te llega a través de tu tribu.
Gracias por compartirlo Eva!
Xavi,
no es la primera vez que lo digo y lo repito sin problemas: yo no sigo a personas en Twitter en el sentido de que no me interesa conocerlos, ni su vida personal ni mucho menos todas las integraciones de Foursquare que comentaba Marc hace poco. Las sigo por lo que me aportan de contenidos o ideas sobre el tema que tenemos en común.
De hecho, reciclo mi lista de a quien sigo cada dos por tres para quitar a los que se pasan de personales… y ahora con las vacaciones tentada estoy de desfollowear a más de uno 😉
Como dices, por suerte cada uno es libre de usarlo como quiere!