Vuelta a la realidad tras unos días de desconexión. Al menos el post me sirve a mi también para ponerme al día porque ¡vaya realidad!
Televisión
Como seguidora de Eurovision, la voz de Uribarri me ha acompañado muchos años así que me entristece saber que nos tendremos que conformar con los comentarios sin mucho valor de Íñigo y sus futuros sucesores. Así que, aunque sea extender el tema a otro tipo de sectores, me da por pensar en los tertulianos de algunos programas que dicen la suya sin pensar mucho, sin aportar nada, como si fuesen expertos. ¡Qué peligro tiene la tele! Esos a los que se les llamaba ‘líderes de opinión’ no saben lo que dicen, hablar por hablar (o más bien gritan) y así llenan programas enteros… que misteriosamente alguien ve. Tampoco se libran algunos eventos deportivos en los que parece que acaben de aterrizar de no sé dónde en lugar de seguir la carrera o comentar algo más allá de lo que ya ven mis ojos.
Publicidad
Ya he dicho más de una vez lo que me divierte ver anuncios cuando estoy de vacaciones. Esos canales a los que no tengo acceso normalmente me parecen maravillosos pero no por sus programas sino por los spots que puedo ver. Algunos, unos pocos, sí que son internacionales o más o menos similares a los nuestros pero me imagino a un turista aquí haciendo el ejercicio inverso: ¿qué imagen se llevará de nuestra publicidad? ¿Y de nuestra sociedad? Va a ser que también la televisión tiene peligro para esto.
Internet
La buena noticia del día es que Twitter está pensando en ofrecer la descarga de todos los tuits de nuestro propio usuario. Para los que llevamos más de 10.000 tuits, hacer backups de todos ellos estaba complicado (aunque no imposible). Y si te preguntas por qué querría alguien descargarse lo que ha escrito desde 2007 es porque no ves el microblogging como algo que pueda aportar más valor que un chat. Aunque es cierto que una parte variable de las conversaciones son sin interés, otra sí tiene sentido guardar: momentos relevantes de nuestra vida, enlaces que se pueden revisitar para un post histórico o tuits que se pueden reciclar en otros formatos.
Cine
De entre las posibles formas de rentabilizar una película de éxito (o una serie, claro), los spin offs quizá sean una de las mejores. Lo único que hay que tener en cuenta es que al personaje elegido se le adivine carisma como para aguantar una película entera y no solo unos minutos. Eso se consigue con una historia interesante que haya quedado sin explicar, frases misteriosas o, todo lo contrario, alguna que demuestre claramente su posición. No todos los spin offs acaban siendo también un éxito y muchas veces es porque no se consigue tanto humor o drama como en la película original o porque los guionistas se inventan algo que no tiene nada que ver con los personajes. En el fondo, es como una película nueva solo que con personajes que recordamos de algo así que, se supone, hay menos riesgo de fracaso.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.