Televisión
14 temporadas son muchas: para los que lo siguen mirando, para los que tratan de hacerlo diferente cada año y para los que nos seguimos sorprendiendo de que haga falta una temporada más. Pero GH vuelve al ataque y seguramente llenará más bits (tinta de otra época) que cosas que nos afectan a todos como la publicidad en una cadena pública. Por eso leer las declaraciones de Jordi Hurtado me han traído de nuevo a aquella época en la que importaba lo que pasaba al otro lado de la pantalla. Quizá sea porque, superadas las fusiones, ya no queda nada que decir de la financiación de nuestras televisiones. O porque, como en muchos otros ámbitos, se habla de todo menos de lo que se debería hablar.
Publicidad
Ya tenemos brindis de Freixenet y es digno de comentar. La noticia este año no es el famoso ni que se estrene solo en Internet, si no que han utilizado deseos de gente normal y corriente que tiene tanto que decir como cualquier creativo publicitario. De hecho, seguramente algunas de las frases que salen en el spot son más inspiradoras que las de otras campañas. El resultado, no obstante, es para mi gusto demasiado C&P, le falta algo que anime a seguir mirándolo para saber el final. La música intenta hilvanar pero tampoco lo acaba de conseguir. No es que la materia prima sea mala, todos tienen en común el brindis. Es el montaje lo que no me gusta, no me lo creo.
Internet
Otro subidón de nostalgia estos días: el SMS cumple 20 años y el cassette 50. El lenguaje SMS sigue bien vivo gracias a algunos tuits que también se comen letras o a mensajes por WhatsApp que también se han convertido en lugar de distribución de cadenas de mails. Así que algo hemos ganado con los móviles inteligentes y es que el spam llegue directo, ya no a nuestro buzón, si no al momento menos oportuno como ya venía siendo habitual en, efectivamente, los SMS. Y qué decir de aquel hombre que escuchaba música mientras caminaba. Si ese walkman levantase la cabeza y se encontrase con un teléfono del tamaño de un cassette, no creo que resistiese la oportunidad de usar un boli para… teclear.
Cine
Si hace unas semanas descubría que hay cines ocultos, hoy me entero de qué es el cine accesible. No se trata solo de que la sala esté acondicionada para entrar con ascensores o rampas, también que haya sistemas de audiodescripción y subtítulos para que cualquiera pueda disfrutar de la película sin que influya que el espectador tenga alguna discapacidad visual o auditiva. Me parece una gran idea pero lo mejor es que no hace falta una gran instalación en la sala ni supone una molestia para el resto de espectadores por lo que simplemente se trata de un servicio adicional del cine. Dicho así, no entiendo por qué solo hay cinco salas así en España.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.