Televisión
Eso de que la publicidad es interrumpida por programas, algunas veces es verdad. Pero también que los propios programas son interrumpidos por otros programas y algunas veces las autopromos se vuelven insoportables. Es como si las cadenas solo tuviesen sus propios canales para anunciarse. Suerte que las redes sociales han venido al rescate y así, en sus respectivos canales, se pasan el día anunciándose sin parar. Cansada ya de tanto autobombo, la forma de usar Instagram para la promo de una serie me ha gustado por diferente. Aunque habrá que ver lo que dura o si es solo algo momentáneo.
Cine
La gente que se planta delante de un cine y entonces decide la película que va a ver siempre me ha chocado. Pero hasta ahora nunca me había planteado que alguien entrase a la sala sin saber siquiera para qué peli ha comprado la entrada. Siguiendo con el párrafo anterior, sería como si alguien viese el anuncio del capítulo futuro de una serie en el corte publicitario de esa misma serie y, misterios, le entrasen ganas de ver la serie. ¿Pero qué clase va al cine? No me extraña que las sales se estén quedando sin espectadores: quizá se han quedado viendo la televisión pensando que el tráiler que emite la cadena es en realidad un avance de lo que harán en el siguiente corte.
Internet
Dos cosas automáticas que no me gustan. 1/ En esto que recibes un mail de blog. No de un comentario por moderar (cada vez pasa menos, anímate ya que estás leyendo esto), no una notificación de que se hecho un backup. No, tu blog te escribe para avisarte de que «tu sitio ha sido actualizado». ¿Hackeado? No, es que lo ha hecho él solito. 2/ Las redes sociales se basan en las recomendaciones. Las que hacemos los humanos son una cosa pero las que algunos algoritmos hacen son de risa. Me recomiendan canales de YouTube solo porque se miran mucho, empleos que no se acercan ni de lejos a mi perfil y páginas que mis contactos siguen.
Publicidad
Estos días tenemos dos claros ejemplos de formas de llamar la atención cuando se habla de publicidad: polémica o emoción. Para lo primero, si pones un famoso, ya tienes el doble de atención; para lo segundo, todo lo contrario. Es como si los famosos y la emoción no se pudiese juntar. De hecho, cuanto más anónima es la historia, más nos emociona. Y la publi tira de las dos cosas para llevarnos a su terreno. Lo grave es cuando ni con la polémica logran despertar nuestra atención o cuando ni los héroes desconocidos nos provocan nada. ¿Qué puede hacer entonces la publi?
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.
Gracias por tu post, siempre «excelente»!!!!