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Hacía tiempo, mucho tiempo que me sentía identificada con un anuncio. ¡Y qué bien sienta! Es la piscina hablante de Decathlon y lleva ya un par de semanas emitiéndose. Quizá a ti no te parezca tan genial pero, repito, hacía tiempo que los creativos no se dirigían a mi. ¡Así que, bingo, me encanta! Me gusta porque cuadra con lo que le cuento a la piscina cuando voy a visitarla pero también por su frase final: «Yo siempre les digo lo mismo: nada». Hasta eso de «Nada mejor que nadar» me gusta porque sigue jugando con las palabras. Vamos que el diván tiene un competidor muy peleón.
Televisión
Si la semana pasada hablaba de la televisión «prefabricada», esta me ha llamado la atención el concepto de «fast tv«. Igual que a la comida basura se la suele asociar con la fast food, resulta que telebasura ofende a quienes la hacen y buscan el símil culinario para referirse también a la tele que se consume rápido… y que se olvida igual de rápido. Bueno, desde luego hay mucho de eso en nuestra tele hoy en día… así que ponerle un nombre es lo más fácil que hay, lo difícil es hacer que desaparezca, que deje de consumirse. Claro que un consumo menos reflexivo apetece de tanto de tanto, igual que la comida rápida.
Internet
También la semana pasada comentaba sobre el papel y la web en el mundo del periodismo y esta encuentro PaperLater que te permite imprimir los artículos que quieras y crear así tu propio periódico. ¿Tiene sentido o es algo que nadie querría mezclar, las noticias en papel con las digitales? Algún uso se le puede sacar porque no deja de ser una cosa hecha por el usuario, como si los imprimiese en su casa pero bien maquetados. La selección es propia y no de un equipo editorial así que se pueden tener dudas de si llamarlo igualmente periódico… quizá sería más un diario (por aquello del juego de palabras).
Cine
Hay películas que ves sin ganas. Te das cuenta que no va contigo a los pocos minutos pero es difícil cambiarse de ‘sala’ cuando la peli ya ha empezado. Y sigues mirando pero sin entrar en ella y solo tienes ganas de que acabe porque la historia no parece ir a ningún sitio. Pero lo peor está por llegar y es cuando acaba. Tendría que ser liberador pero, cuando es un final tan desastroso como el resto de la peli, consigue que durante un rato te quedes pensando en la manera más tonta de haber perdido el tiempo y, a la vez y de manera inquietante, preguntarte si no te habrías perdido algo relevante tanto mirar el reloj.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.