Internet
El tema de cuánto nos fiamos de las opiniones online (o si no lo hacemos) viene de lejos. Los datos dicen que sí, más incluso de alguien que no conocemos que de lo que dicen las propias marcas en mensajes comerciales. Resulta curioso que siga siendo así, considerando que palabras como posverdad y fake news están en boca de los que precisamente hacen las noticias. Pero ahí están los sitios de reviews para demostrar que parecen más fiables que las que se muestran en webs oficiales. El caso de electrónica es quizá el más evidente pero también el de hoteles. Que hayan pensado una app para detectar comentarios falsos demuestra que cada vez somos más desconfiados. ¡Todo sea por mejorar la reputación!
Televisión
Los platós han de renovarse cada cierto tiempo. Los informativos lo hacen cada año aprovechando nueva programación y cambios en las cortinillas. Es algo que no suele ir más allá de cambiar los muebles, replantear algunos espacios y quizá poner otros colores. Es casi como lo que se puede hacer en casa para darle un aire nuevo a alguna estancia aprovechando que se pintan las paredes o cuando se rompe algo y cierto catálogo se cuela en nuestros sueños de diseñadores de interiores. Pero en la tele es casi obligado hacerlo, no hace falta que disminuya la audiencia o que aparezca un nuevo competidor: lo que tratan de evitar es que nos aburramos de ver siempre lo mismo. En cambio, los colaboradores no varían mucho.
Publicidad
Me ha llamado la atención que en la lista de anuncios más vistos en YouTube el año pasado salgan casos que yo considero más branded content que spots. Claro que diferenciarlos es complicado y cuesta ponerse de acuerdo, en éste y otros casos más generales (mira/participa en mi tuitencuesta sobre ello). El debate nos persigue desde hace tiempo y todos tienen su opinión, más o menos fundamentada. Viendo el tipo de anuncios de la lista, el que más me sorprende es el 3º, precisamente el más publicitario: ¿por qué tantas visualizaciones online si se ha emitido hasta la saciedad en televisión? ¿Quién busca un anuncio de pañales cuando hay otros mucho más creativos y visualmente atractivos?
Cine
¿Salas para ver buenas pelis en 4D, no documentales ni experimentos? ¡Ya tocaba! Hace varios años (por no decir décadas) que se habla de ello pero no nos llegaba porque no se construían salas preparadas para una experiencia inmersiva de este tipo. Ahora hay una en Madrid y quizá llegue a otras ciudades. La entrada cuesta 14 euros que casi es el triple de lo que se paga en algunas sesiones normales, por no hablar de las fiestas del cine. Sin probarlo, no puedo asegurar que merezca la pena. Además, como ya he dicho alguna vez, las películas en 3D me suelen dar dolor de cabeza, así que quizá saliese de una en 4D digamos que con muy mala cara. Pero, si así es cómo evoluciona el cine, ¡quiero probarlo!
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.