Quizá lo lógico y esperado era que el título de este post fuese «Qué se puede aprender de Agatha Christie» como escritora (vivo a diario su cita). Pero la serie de posts que llevo ya varios años haciendo va sobre personajes de películas que son escritores así que me he fijado más en su historia «Muerte en el Nilo«. Como siempre, no quiero analizar la novela si no su personaje en el cine así que es a la maravillosa Angela Lansbury a quien tienes que mirar si aún no has visto la peli (en la serie era interpretada por Frances de la Tour). A partir de aquí, lee este post bajo tu responsabilidad porque hay algún que otro spoiler que te destrozará el final.
La señora Otterbourne es una novelista erótica que se considera a si misma «única». Su mundo es el amor, el romance y la pasión, no el de los crímenes como sería el de Christie (pronto entenderás por qué hago la comparación). Afirma que las bibliotecas han prohibido sus libros por contar la verdad sobre los hombres y las mujeres. Está viviendo una mala época, como su propia hija reconoce, y se pasa prácticamente toda la película bebiendo. Es un personaje totalmente opuesto a Poirot quien, aunque siempre educado, en un par de escenas deja ver qué piensa de ella.
La excusa de Salomé para hacer el viaje por el Nilo es documentarse para su próxima novela. Este es por tanto el primer aprendizaje que podemos extraer de la película. Viajar para documentarse no es algo que todas las historias necesiten, pero sin duda ayuda a ganar realismo y con él se desarrolla mejor la trama ya que el entorno afecta a los personajes. Ocurre lo mismo con la no ficción: documentarse siempre es un primer paso que no debe faltar a la hora de escribir cualquier cosa.
Por cierto que el título que menciona Otterbourne para su futura obra es «Nieve en el desierto» («Snow Upon the Desert») que casualmente también es una novela romántica que escribió Christie, pero que no quisieron publicarle, según parece.
El verdadero motivo del viaje de Salomé es poder hablar con Linnet, la protagonista y blanco de todas las miradas. Es en una conversación con ella (quizá la más sobria de todas sus escenas) cuando nos enteramos de que el personaje de «Pasión en el trópico» podría estar inspirada en su vida. Por eso, la rica heredera ha demandado a la escritora (y de ahí los problemas con la bebida porque está cargada de deudas). Sacamos entonces otro aprendizaje: inspírate en la realidad, le dará vida a los personajes… pero haz los cambios necesarios para que nadie se vea identificado directamente y así evitas horribles consecuencias.
En este punto, suelto una pregunta al aire: ¿cuánto hay de Agatha en Salomé? Ambas escritoras inspiradas por Egipto, por el amor y el crimen…
Me atrevo a decir que en cuanto a su forma de escribir no se parecen en nada. No hay nada de Otterbourne para leer, pero ella misma le dice a Poirot que los escritores «podemos ser barrocos» después de enumerar algunos sinónimos para contestarle a una pregunta. Más tarde, él y el coronel Race describen su obra como «novelas infectas», dejando claro lo que opinan sobre ella incluso bromean con su muerte a manos de un fan (lo que me parece innecesariamente cruel). Leyendo ahora sí las novelas de Christie, no se puede decir que tenga un estilo barroco. Quizá el género también marque aquí la diferencia y haya otro aprendizaje: escribe conociendo las normas del género, pero puedes saltártelas si hacemos caso a la filosofía del personaje que interpreta Bette Davis.
Aunque sea mi favorito, no se puede decir que Salomé Otterbourne sea un personaje con muchas escenas. Roba el protagonismo en todas, eso seguro, pero aparece poco (o al menos a mí me gustaría conocerla mejor). En la escena de su muerte, nos proporciona un par de aprendizajes más. Por un lado, cómo decora la realidad para que no delatar su alcoholismo (un bonito detalle de la voz en off). Claro que a Poirot no se le escapa y pretende dejarla en evidencia. Quizá sea porque no le gusta que utilice una de sus típicas frases para que fuese «Yo, Salomé Otterbourne, he descubierto…». Ella intenta salir de la mentira dignamente, pero es otro ejemplo de que Poirot no la aprecia, como sí parece hacer con quien orquestra el asesinato (¿Christie abraza el crimen que tanto éxito le dio en lugar del romance que no consiguió publicar?).
Por otro lado, el último aprendizaje que podemos sacar de la peli, y que ocurre precisamente con su muerte, es que no hace falta ser demasiado grandilocuente, ni irse por las ramas: ves al grano al contar tu historia o darás tiempo a tu asesina de prepararse (en cualquier texto la botón de atrás o la X para cerrar la ventana sirven para matar un texto). Es evidente que su personaje es así de expresivo y seguramente escribe así (insisto en que me gustaría leer algo suyo porque, conociendo a su autora, deben ser novelas divertidas). ¿Podríamos decir que Christie la castiga por ello y por eso la mata de un certero tiro en la cabeza?
No puedo acabar el post sin mencionar un tercer lado del triángulo Salomé-Agatha: Jessica Fletcher, también interpretada por Angela Lansbury. Este personaje de escritora-investigadora para muchos está inspirado en ella (más en Miss Marple que en Poirot, claro). Pero, además, hasta que no lo vi en el Trivia de Imdb no recordé el capítulo en el que la Fletcher hace un doble papel e interpreta a una escritora de novelas románticas en el Cairo llamada Sally Otterburn. ¡Qué genial idea por parte de los guionistas recuperarla!
Y aún un último apunte: desde el remake de «Asesinato en el Orient Express» que se habla del de «Muerte en el Nilo» para el 2019 (de hecho, se sugiere en la última escena de la película). Todavía no se nada del casting pero ya me aventuro a decir que será difícil superar la interpretación de Angela Lansbury.
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