Cine
Algunos viven la fábrica de sueños como lo que es: ficción. Otros se esfuerzan para que la ilusión sea realidad. Pero no me refiero a que las películas se basen en hechos reales o que los efectos tengan credibilidad. Estoy pensando en los que fabrican objetos inspirados en lo que ven en la gran pantalla. Dos ejemplos en noticias de esta semana. Por un lado, uno de los cazadores de mitos ha creado la armadura de «Iron man», la que diseña durante su secuestro. Por el otro, a alguien le pareció buena idea montar una pantalla en el mar con flotadores en lugar de butacas y así ver «Tiburón». La realidad inspirándose en la ficción.
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Se han repartido los premios del festival de Cannes y todos están orgullosos. Algunas piezas las había llegado a ver en algún medio, otras ni las había visto antes. Da lo mismo porque los leones son para exhibir en una estantería y convencer al siguiente cliente de que cambie de agencia. Sí, creo que algunas piezas se hacen para eso, porque hay quienes tienen presupuesto para invertir y se suben al carro. Pero no todas. No veo en la lista pequeñas empresas porque éstas no tienen agencias, básicamente porque no hacen campañas. La pregunta a hacerse es: ¿querrían salir? ¿Estarían dispuestas a hacerlo sabiendo todos los que tendrían que hacer en sus negocios? Quizá sí, quizá no.
Televisión
La principal razón que se me ocurre para pagar por ver ciertos canales televisión es la exclusividad, es decir, acceder a lo que no se ve de ninguna otra manera. El segundo es no poder esperar a ver lo que sí se emite en otros canales en abierto, es decir, la primicia. Me parece el orden correcto de prioridades, pero los datos me llevan la contraria: el 80% de las series más vistas se pueden ver en abierto. ¿Por qué pagan entonces esos usuarios? Quizá la respuesta se esconde tras el 20% restante: no serán las más vistas pero sí les gustan lo suficiente como para pagar y, ya que están, se quedan en los canales que les dan las primicias.
Internet
Conectando con el párrafo anterior, RTVE ha abierto un nuevo canal en YouTube para emitir programas de su archivo, concretamente de los años 80 y 90. No me cabe la menor duda de que conseguirán su objetivo de despertar la nostalgia de los que vimos esos programas en su momento. Lo que ya no tengo tan claro es que los descubran a los más jóvenes. Bueno, descubrirlos sí pero que les gusten ya es otra cuestión. Su previsión es subir 3 vídeos a la semana, lo que diría que serán más de las veces actuales que alguien pasa por su canal y se queda a ver los programas ahora. Lo divertido es ver las visualizaciones de cada vídeo, ¿las tendrán en cuenta para decidir sus próximas redifusiones?
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.