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Es época de coger el coche, lo que quire decir que es época de anuncios que nos recuerdan los motivos de los accidentes. Si antes era la bebida o la velocidad, ahora es el móvil. El aparatito en cuestión nos mejora la vida o nos la quita, todo con una mano. Dos campañas que tratan este tema: 1/ Orange y la DGT con el uso poco love de WhatsApp y los mensajitos de preocupación que podrían ser los últimos que se lean. Y 2/ la gráfica de Mitsubishi con las reacciones que pueden cambiar una historia, en referencia a las Stories de Instagram. También está la serie que hace unos meses empezó la DGT sobre destinos de verano: suena bien pero ya te digo que querrás evitarlos.
Televisión
Ver la tele podría ser deporte olímpico (quizá el breakdance lo sea): competición por el mando para elegir canal, tiempo de resistencia sin levantarse a la nevera o récord de tuits enviados a un programa. También podrían ser pruebas de «Me resbala», «Juego de juegos» y hasta «El Gran Prix». Sería una nueva excusa para no hacer otras cosas. La lista de lo que dejamos de hacer por estar frente al televisor está presidida por leer (aunque acabemos leyendo subtítulos), ver películas (algunas series podrían ser pelis) y dormir (sí, también hay series que atontan pero para una siestecilla). Otro dato interesante del artículo es sobre la fidelidad: las mujeres terminamos más series que los hombres.
Internet
Todos utilizamos gifs, memes o cualquier otro nombre que quieras darle a esos archivos que ponemos para entretenernos un rato en las redes sociales (un ejemplo). Para cualquier idea que busques, encontrarás alguna imagen que te pueda servir. Y casi seguro que habrás topado con alguna protagonizada por Keanu Reeves porque hay muchas, pero muchas, muchas. Tantas que a alguien se le ha ocurrido crear un reproductor para poder verlas una detrás de otra. En realidad, sirve para cualquiera porque funciona con una tarjeta, pero el hecho de utilizarle a él de ejemplo deja claro que puedes pasar un buen rato a base de mirar sus ¿mejores expresiones?
Cine
Las salas de cine están pensadas para gustar al máximo posible de personas y eso mismo hace que no gusten a todos. Imagínate tu sala ideal: cómo serían las butacas, qué distribución tendría de filas, cómo se vería la pantalla, qué tipo de iluminación se usaría, incluso los servicios que podrías disfrutar en ella. ¿Ya la tienes? Seguro que no se parece a la mía, ni a la de otra persona que conoces. Algunas cosas coincidirán, claro. Pero no todas. Por eso la innovación en salas se queda en la mera anécdota, en experimentos de los que la mayoría de las veces no se conserva nada. Las pruebas no rentables, aunque quizá tengan su público, no prosperan, como en cualquier otro negocio.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.