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Televisión
Tres para nostálgicos. «La tata» emitió una versión leída de su primer capítulo con todos los personajes conectados en la única videollamada en la que no me ha molestado ver las caritas pequeñitas. «Camera café» lo hizo antes, aunque con una versión actualizada que también congregó a bastantes fans. Y, aunque sea de teatro, Tricicle está «emitiendo» sus espectáculos «en directo» y los conserva 24h para después borrarlos (esta noche toca el de su 20 aniversario). Para los no nostálgicos, los «Diarios de la cuarentena» que ha fabricado RTVE sin salir de su casa y que no le ha dado malos resultados de audiencia en su estreno aunque en Twitter ya es otra cosa.

Cine
Hay muchas propuestas estos días sobre qué hacer en casa, algunos creen que demasiadas. El consumo televisivo se dispara hasta récords históricos y la oferta de las plataformas se multiplica pero incluso las películas clásicas dan alegrías a las cadenas. Si quieres listas de películas, las hay de todo tipo: comedias, infantiles y, claro, sobre el confinamiento. Mi recomendación es una película de 1941, «Los viajes de Sullivan«. La vi porque habla de cine, de un director que quiere hacer una película. A ratos resulta poco creíble, pero pega bastante con la época en la que estamos aunque en la peli hablen de ricos y pobres.

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¿Quién emitiría un anuncio de 4h? Nadie podría pagarlo, a no ser que sea en un canal propio. Así ha podido hacerlo Audi: ha publicado un vídeo de 4h con la carretera y alguna imagen del coche, ya que estaba por ahí. «The Drive» es un proyecto interesante que podría haberse hecho en cualquier momento, pero que consigue destacar ahora porque permite viajar por Australia sin salir de casa. ¿Es eso un anuncio de 4h de duración? Me cuesta verlo como tal y dudo que alguien lo vea por su cuenta pensando que está viendo un spot de Audi. Quizá si fuese el formato clásico de 30 segundos habría más viaje y menos coche, pero entonces sería BMW.

Internet
Estos días mis redes sociales van llenas de plantillas, tanto lúdicas en Facebook como profesionales en LinkedIn. Pero no hay quien comparta el resultado después de haberlas utilizado o simplemente probado. Siendo pesimista, porque no ha quedado bien; siendo optimista, porque ha quedado tan bien que se quiere pasar por propio. En ambos casos, hay motivos para hacerlo público: el primero para quejarse y el segundo para agradecerlo. Pero parece que no funciona así, sea un contenido gratis o uno de pago. Lo que se hace es dar las gracias o recomendar antes, cuando se localiza la pieza. La lógica del viaje dice que es después, pero ¡qué más da mientras se haga!

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