El tema que recupero de las newsletters que he enviado durante este marzo es la monetización de los contenidos o, en general, el límite entre marketing de contenidos y contenido de marketing (no, no son lo mismo).
La escala ofrece múltiples tonos: del «creo contenido por amor al arte» al «lo hago únicamente porque quiero ganar algo con ello». Seas persona o empresa, puedes moverte de un lado al otro sin tener que dar explicaciones, aunque la verdad es que se suelen dar porque, al ser todos perfiles públicos, hay esta tendencia a justificarse (quizá mitad para convencernos a nosotros mismos de que tiene sentido querer cobrar por lo que creamos, mitad para convencer a los demás).
Una cosa está clara a estas alturas: es posible monetizar la presencia online, tanto directa como indirectamente. La cuestión no es cómo hacerlo, ni siquiera por qué o cuándo es buen momento para dar el paso «al pago» (es raro volver atrás y hacerlo todo gratis de nuevo). Son preguntas que muchas personas han contestado y que ya no me parecen interesantes. Lo que ¡aún! sigue sin resolverse es cuánto:
- ¿Cuánto es mucho, cuánto es poco, hay un porcentaje correcto?
- ¿Cuánta promo se considera aceptable en un contenido gratuito?
- ¿Cuánto puedo intentar vender a los que ya han pagado por una pieza?
La conclusión al final del artículo de Founder SO (vía) es que seguramente más de lo que ya lo estás haciendo. Aquí que cada cual haga su cálculo. El mío para este blog, por ejemplo: está en mi web así que doy por hecho que sabes que soy freelance y me puedes contratar (lo pone arriba en el menú). Por eso te evito elementos promocionales, aunque sí que pongo algún enlace a mis recursos y, claro está, hago posts específicos si tengo alguna noticia que dar, aunque en porcentaje suelen ser pocos.
¿Qué más podría hacer? Insertar en cada post eso de «como especialista en contenidos…» o «en mis 20 años de experiencia…» (solo lo hago cuando viene a colación). También colocar algún banner para que te entrasen unas ganas irrefrenables de hacer clic y contratarme, suscribirte a mi newsletter o comprar alguno de mis libros (eso lo tengo en el pie, sin más). Pero cambiaría mi estilo porque, en el fondo, sigo pensando que este blog es más personal que profesional. Cosas de que me guste escribir.
Cuando hablamos de blogs corporativos o, en general, contenidos generados con un fin comercial, se trata de pasar de audiencia alquilada (redes sociales) a propia (registros) y de ahí a monetizada (clientes). Para eso, sugieren usar lo que llaman «momentos de monetización», una especie de entrenamiento para que no esperen que todo sea gratis.
Por ejemplo, pedirles que realicen acciones concretas y básicas, como interactuar y apuntarse a la newsletter para después, claro, comprar aprovechando alguna oferta exclusiva. De menos a más engagement, si prefieres verlo así. Esto sí que lo cumplo un poco desde que introduje recursos de pago, pero seguro que aún podría hacer más por mis libros.
Entonces, ¿cuánta presión ejercer para conseguir la conversión? Para resultados a corto plazo, quema a la audiencia; si apuestas por una relación con tus clientes, tendrás más paciencia. Por ejemplo, una campaña publicitaria agresiva es lo opuesto al marketing de contenidos. Vender VS conectar. Gritar VS inspirar.
Llegamos a la respuesta que vengo dando desde hace más de una década: equilibrio. Encuentra el que necesitas en tu estrategia de contenidos para atraer y retener a tu audiencia: ¿cuánto valor aportas? ¿Cuánto valor estás dando gratis y cuánto justificaría pagar por esa pieza?
Recuerda tres puntos claves:
- Considera los objetivos del usuario para consumir tu contenido. No siempre quieren comprar, así que combina diferentes micro objetivos que cubran todo su viaje.
- No compares el valor que aportas o la calidad de tus contenidos con lo que haga tu competencia. Aunque sea a un nivel que todavía no has explorado, sois diferentes y tenéis públicos diferentes.
- Insiste, no temas repetirte demasiado. Mentalízate: nadie ve todo lo que publicas, solo los fans y a ellos no les importa porque son eso, fans (no confundir con «simples» seguidores).
Hacerse preguntas constantemente es importante para que la estrategia funcione, así que es posible que el cuánto varíe en el tiempo para ajustarse a nuevas realidades y contextos. Además, siempre puede experimentar (o preguntar a un profesional).
¿Sabías que podría estar cobrándote por leer esto? Pues sí, pero he decidido no hacerlo. #creatoreconomy Share on XOrganizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.