Media News S44 A19

Televisión
Históricamente, un telefime es como una película de serie B, es decir, algo que no está bien valorado. Aunque algunas no lo merezcan, suelen tener pocos recursos y eso acaba notándose en algún aspecto de la producción. Con las teleseries o telenovelas ocurre lo mismo, no destacan en nada. Más recientemente y en el extremo opuesto, han ido apareciendo las series que parecen pensadas para disfrutarse en un cine. Casi siempre son miniseries, los recursos siguen siendo importantes, y pueden permitirse ser artísticas en mayor o menor medida. Si el televisor lo permite, ¿por qué no mezclar formatos?

Cine
Comentaba hace unos días cómo las redes forman nuestra imagen de actores/personajes de películas. Otro ejemplo es el vídeo grabado por un fan en el que muestra cómo su héroe le dedica unos minutos de atención para su goce (y el nuestro). Esto es hoy, cuando las redes también permiten denunciar públicamente lo que está mal. Pero el mundo del cine llevaba años ocultando lo que hacían sus estrellas, sin que a nadie le preocupase porque nadie se enteraba. Puedes leer unas cuantas historias relacionadas y darte cuenta de que la impunidad ha estado al alcance de unos cuantos desde siempre. Ya no, pero todavía queda mucho por hacer para que se depuren responsabilidades.

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Llegar el segundo no sirve para nada más que para que te comparen con el primero. Es lo que me ha pasado al ver el anuncio de Coca-Cola: automáticamente lo he comparado con el que Estrella lanzó este verano. Si lo pienso bien, los únicos parecidos son el tema de la sostenibilidad y algunos planos del océano con plásticos. Además, leo que la nuestra es una adaptación de una versión emitida en otros países. Pero ni así, mi cabeza lo ve como una copia y automáticamente no me convence. Intento quitármelo de ahí imaginando cómo haría Pepsi una campaña similar, si podría también compararla o al tercero en llegar lo vería aún peor.

Internet
Encontrar la «X» para salir no siempre es fácil, esta semana me ha puesto cara de «Pero qué…» intentando salir de un par de banners intrusivos. En ambos casos porque ¿casualmente? la «X» se confundía con el color de fondo de la página, además de estar a la izquierda en lugar de la derecha como se acostumbra a situar. Acabé haciendo click a modo de pequeña venganza. Les costé un par de céntimos (no creo que mucho más), pero no compré lo que anunciaban. Seré optimista y pensaré que se darán cuenta de que no es una buena estrategia si no termina en conversión. Mientras, he conseguido que no me vuelva a salir su anuncio… al menos de momento.

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