[CINE] El futuro de nuestra alimentación

Es sabido que las tres opciones para ver el futuro en una sala de cine son:

1/ Informatizado y con máquinas por todas partes para hacernos la vida más agradable.

2/ Deshumanizado y semi-desértico con bandas que se atracan a todo el que pueden.

3/ Tal y como estamos ahora.

Mezclando las tres visiones futuristas tenemos todas las películas que queramos sobre un futuro patético, maravilloso o incoloro. Cómo llegaremos hasta allí (con una guerra, una rebelión de las máquinas o un desastre natural) es tan importante como la manera de vivir en ese futuro incierto.

La imaginación de los guionistas nos ofrece un día a día lleno de diversión. Tan pronto puede ser que te disparen por caminar por la calle o que tu única preocupación sea cambiarle las pilas a tu robot. Pero hay algo que no cambia en la rutina diaria: el comer.

Se me ocurren un par de ejemplos sobre el futuro de nuestra alimentación. En «El 5º elemento» Leeloo Dallas multipase mete en una especie de microondas un bol vacío y lo saca lleno de muslitos de pollo. Lo mismo hace la abuelita de «Regreso al futuro» y convierte una pequeña porción de masa en una enorme pizza. Curiosamente en «Demolition man» el Pizza Hut es el único restaurante que hay en la ciudad y se ha convertido a la deconstrucción y ya no sirve esa rica comida italiana.

Así que el futuro pasa por invertir en esas fantásticas máquinas de hidratar alimentos. ¡Hay que averiguar cómo hidratar la comida sin añadir agua! Claro que ¿y si en el futuro el agua no es un bien tan común, como pasa en «Waterworld»? Una posible solución en los primeros minutos de esta película.

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