Desde el problema con la lumbalgia de los pageses, Bocatta intenta mostrar de la mejor manera posible de dónde vienen sus productos. Intentó la parodia de Casa Tarradellas con un nieto heavy, pero se pasó rápidamente de nuevo al origen de lo natural (y ya se sabe que lo natural es más sano y alejado del fast food): el campo.
Primero fue con «Bocatta sólo te trae lo mejor de campo». Una foto del alimento en cuestión (patata, lechuga o jamón serrano) sobre fondo blanco y una oda a los alimentos que finalizaba con esa frase. Te explicaba de dónde venían y lo bien que los cuidaban hasta que nos los proporcionan en su punto óptimo de cosecha.
Ahora es con «En Bocatta sabemos de dónde vienen nuestros ingredientes». ¿Hay una manera mejor de mostrar el origen de algo que dibujando su árbol genealógico? Ahí está Bocatta poniendo nombre a vacas y construyendo el árbol del queso, o poniendo semillas y tierra que crean olivos para el árbol del aceite.
Hay que ver qué daño puede hacer un anuncio más hecho/entendido. Ya no pueden anunciarse con «Si es tan fácil hacer bocadillos, por qué nadie los hace como Bocatta». Ahora no anuncian bocadillos sino sus ingredientes. No el ‘cómo’ si no el ‘con qué’, su denominación de origen.
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