Televisión
El trabajo del guionista no siempre es reconocido en televisión. Pero basta con mirar los créditos de algunos programas para darse cuenta de que sin ellos sería imposible de realizar. Aún así, lo más probable es que si te pregunto por el nombre de uno, no se te ocurra ninguno. Cuesta, lo sé. Pero están ahí y su trabajo es tan importante como el del director, aunque éste sea mucho más visible. Están ahí incluso cuando el programa es un reality. Sí, la telerealidad necesita un guión para no aburrirnos, para entretenernos. Leo que hablaron de ello en el FesTVal de Vitoria y aplaudo la iniciativa. A ver si así la gente se da cuenta de que no todo es tan real como parece.
Cine
Me gusta la idea de que los usuarios ganamos en experiencia y somos más capaces de ver una película con sentido crítico. Lo cuentan en Espinof a raíz de un estudio que sobre la web Rotten Tomatoes. Por lo visto, no solo no influye en taquilla si no que las opiniones entre público y crítica son bastante similares. Es una buena noticia que puede interpretarse como he empezado el párrafo, que se tiene mayor conocimiento del medio, o siendo un poco menos optimista: que los que escriben son quienes tienen esa experiencia y que el resto sigue sin preocuparse mucho de qué va a ver. Claro que quizá éstos últimos son los que miran las estrellas o números de la crítica para decidirse.
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Trabajar en casa hace que sepas a qué hora viene el cartero (cosas de autónomos, para el resto sonará raro). Hace unas semanas llamaron pero no era él si no alguien que dijo traerme el catálogo Ikea y, claro, abrí. Al día siguiente, esperaba encontrarlo en el buzón o apilado de alguna forma como hacían los listines o guías de Telefónica, pero no. Pensé que habría sido una estratagema para colar algún panfleto en los buzones y recordé riendo el spot de hace un par de años. Ahora, leyendo que los de Ikea sugieren que alguien te lo puede robar, me pregunto si realmente alguien de mi comunidad de vecinos se ha apropiado de mi catálogo. ¡A ver si resuelvo el misterio!
Internet
Leer sobre Vibuk me ha traído cierta nostalgia de cuando los usuarios se unían en lo que ahora llamamos redes sociales, antes comunidades. Registrarse era algunas veces complicado pero se hacía porque se quería formar parte de ella. Incluso había directorios en los que tenías dar tus datos para que saliese tu web en una categoría específica y que así los lectores te encontrasen. Un proceso que algunos no habrán hecho nunca, claro, pero que da una idea de los pocos que éramos. Los listines telefónicos tienen ese mismo trasfondo: tener una lista de a quién llamar. Ahora, Facebook te da los teléfonos de tus amigos o, mejor incluso, no los necesitas porque puedes usar su Messenger.
Organizo, redacto y sugiero contenidos. Freelance.
Escribo en este blog desde 2004. He publicado 16 libros sobre contenidos, medios sociales y marketing. El último (2021) es «Cultura del contenido» y te ayudará a utilizarlos en todos los departamentos de tu empresa.