Media News S25 A18

Televisión
Otro año más llega el parón veraniego de series. Pero esta vez estoy preparada y he aprovechado las (¿malas?) costumbres que tienen algunos canales de emitir 4 o 5 capítulos seguidos una vez por semana o su variante que es poner cada día un capítulo de una serie antigua. Así que tengo casi 3 temporadas completas de un par de series que en su momento dejé de ver porque me cansé de ellas (con esos maratones, ¡cómo no!). Tendré que dosificarlas, claro. Pero al menos se me hará más llevadero esperar a octubre para que vuelvan las series que sigo con más o menos interés.

Cine
Leyendo en Espinof sobre la experiencia de ir al cine, no puedo evitar recordar cuando en la entrada se diferenciaba entre el inicio de la sesión y el de la película. Así era más fácil no tener que tragarte los anuncios previos pero, supongo, así se perdía efectividad. Quizá por eso ya no avisan y te los han de comer con las palomitas o lo que sea que te vendan. Comprar la entrada en el bar en lugar de una taquilla deja bien clara la intención de en qué quieren que te gastes el dinero pero la sensación de que vas a ver una película se enmascara con el olor a nachos.

Internet
No hace falta que te recuerde que online se pueden encontrar muchas cosas. Todos los sabemos, sí. Pero no deja de sorprenderme la facilidad con la que, tras descubrir lo que me parecía una buena idea, me encuentro con otra que es prácticamente igual. Y no porque lo estuviese buscando, no. Llámalo casualidad o cookies, no importa para esta reflexión. Lo que me pregunto es si esos creadores hicieron previamente una investigación para conocer la situación del mercado, si se toparon con su competencia y si decidieron que tenían algo diferente y por eso siguieron adelante.

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Por fin he visto el ya-no-sé-cómo-llamarlo de Estrella Damm para este verano, «Álex y Julia«. Bueno, verlo, verlo, lo que se dice verlo entero, no lo he visto. He ido saltando minutillos porque la duración me parecía excesiva, son casi 12 minutos de musical y ése no es precisamente mi género favorito. En otras palabras: me ha aburrido bastante. La parte de crear canciones está bonita (cosa de la inspiración) pero bailar con la botella en la mano me parece de secta. ¿Todos bebiendo cerveza y de la misma marca? Venga ya, ¡ni con un spot de refresco me lo creo!

[Contenidos] Redactores de contenidos: expertos, sí. Pero, ¿en qué?

En las últimas semanas, varias personas me han preguntado sobre este aspecto de mi trabajo y por eso me he animado a poner por escrito mi respuesta: ¡los comentarios son bienvenidos!

Hace ya muchos años que decidí que quería dedicarme a redactar contenidos para las páginas web de otros. Y en «mi cargo» está la clave de lo que quiero explicarte hoy: fíjate que he dicho «de otros», en plural, es decir, de diferentes empresas.

En aquel momento no lo pensé, pero ahora me doy cuenta que tenía sentido que acabase siendo freelance porque me gusta escribir sobre diferentes temáticas. Aunque otros compañeros de profesión se han decantado por la especialización, yo prefiero no redactar siempre sobre lo mismo. Me motiva más, quizá porque soy curiosa.

Yo me dedico a escribir, redacto textos, caso palabras. Esa es mi especialidad, no el tema sobre el que versen. ¡Ni mi título académico (comunicación audiovisual) tiene que ver con lo que hago (más allá de mi desahogo de los miércoles)! Los sectores en los que se mueven mis clientes son variados y no por ello me siento insegura al enfrentarme a la hoja en blanco que tengo que llenar para ellos.

Así que, cuando un posible cliente me pregunta cómo puedo escribir sobre un producto sin probarlo, le digo sinceramente que no me hace falta para entenderlo o transmitirlo. Entonces le explico que sí hay productos o servicios que podría probar, pero también muchos otros donde es literalmente imposible que pudiese hacerlo.

Ejemplos: ya he dicho más de una vez por aquí que no tengo carnet de conducir, pero he escrito contenidos sobre accesorios de moto. Tampoco soy broker, pero he escrito sobre inversiones en bolsa. He escrito rutas de viaje sobre lugares en los que no he estado ni me pagaría por visitar, guías de un software que no he instalado ni usado nunca y reseñas sobre equipamiento industrial que no me visto más que en catálogo porque ni se puede ver en este país.

Algunos lo entienden cuando se lo explico (espero que sea tu caso porque así nos llevaremos mejor) pero también me encuentro con otros que ponen cara de «no lo pillo». Los primeros supongo que serán los que publican ofertas de empleo en las que se requiere ser periodista para crear y escribir recetas de cocina. De los segundos diría que llevan muchos años metidos en el mismo sector y no quieren salirse de ahí (me atrevo a decir que preferiría no relacionarme con ellos… pero ¡nunca se sabe!).

Entonces, «escribe sobre lo que sabes» (el mantra de los escritores de ficción), ¿se puede aplicar a la redacción corporativa? Bueno, si tenemos en cuenta la temática de este blog, diría que sí: escribo sobre lo que sé. Y soy una profesional responsable: también sé de lo que hablo cuando redacto para mis clientes. Sobre todo pasados unos cuantos artículos, cuando ya conozco mejor el tema.

No digo que sea fácil o rápido, requiere documentarse mucho más de lo que necesitaría una persona experta en ese ámbito. Pero yo no tengo problema en pasar un par de horas investigando para un artículo. Forma parte de mi trabajo y me gusta descubrir cosas nuevas. Navego a la caza de informes o datos concretos, busco en redes sociales tendencias, consulto libros sobre el tema… y, claro está, pregunto al cliente porque él o alguien de su empresa es el experto.

El nivel de implicación por parte del cliente varía según el proyecto (algo complicado cuando trabajo para agencias intermediarias). Algunos proponen títulos que se les ocurren, otros me envían artículos de referencia… pero casi todos leen lo que les preparo antes de publicarlo. Es lógico, al fin y al cabo ellos son los que firmarán públicamente el contenido. Así que yo estoy tranquila porque confío en una mezcla ganadora: alguien que sabe escribir y alguien que sabe del tema.

En resumen: quizá yo no sea experta en el tema sobre el que escribo, pero dedico tiempo a aprender lo suficiente sobre ello como para que el que sí lo es (mi cliente y sus clientes) encuentre sentido y valor a lo que explico.

¿Cómo lo hago? Bueno, es que también dedico tiempo a aprender lo suficiente de estrategias de marketing, de SEO, de comunicación, de los medios online, de persuasión orientada a ventas… como para que el texto final sea bueno, más allá de la temática. También eso forma parte de mi trabajo y me encanta.

Acabo con una pregunta: se puede ser experto pero, ¿se puede ser experto en todo? Para animar el debate, he abierto una encuesta en Twitter.

Media News S24 A18

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Me gustan los anuncios con juegos de palabras, por algo me dedico a casar palabras. Así que era de esperar que esta propuesta gráfica para Volkswagen me gustase y apareciese en el párrafo de esta semana: ¡cómo cambian las cosas por 1 sola letra! No es la primera idea creativa de este tipo que veo, recuerdo una que también explicaba la diferencia del éxito y el fracaso al separar una palabra en 2 (lo siento, no consigo encontrar el link). También el recurso del ciervo es habitual en anuncios de coche, aunque las otras propuestas lo contrarrestan. Es un buen anuncio, aunque podría servir para cualquier otro modelo y marca, ¿no crees?

Televisión
Hay muchas cuentas de Twitter que comparten los TT pero aún no había encontrado una que se especializase en los hashtags promovidos por programas de televisión. Es curioso ver los que compiten en una noche o los varios que se utilizan en un magazine. La cuestión es, ¿hay relación con el audímetro? Habría que hacer un estudio más amplio pero si comparamos audiencias y TT del lunes, sí parece que ambos datos van de la mano porque están arriba los mismos programas. Quizá en datos inferiores, por ejemplo, en TT de 9 o 10ª posición sería más difícil ver la relación pero es inevitable pensar en las implicaciones que tiene esto para los responsables de poner audímetros. ¿Lo tendrán en cuenta en el futuro?

Cine
Leyendo estaba yo la Cinerama de este mes (sí, la revista gratuita que regalan en cines) cuando tuve la sensación de volver atrás en el tiempo. Y no porque hubiese otra vez un boom alrededor de los dinosaurios o porque se hablase del Quijote de Terry Gilliam, si no por 2 carteles que me sonaban demasiado. Juzga por tu cuenta: primero, el de «Amor ciego» y luego el de «Qué guapa soy«. Ahora el de «Cásate conmigo, por favor» y luego el «Os declaro marido y marido«. Claro, dirás, es normal porque son temas casi idénticos. Y yo, claro, precisamente por eso, ¿no tendrían que haber buscado otra forma de representarlo? ¿O ha pasado «tanto» tiempo que no creen que alguien se acuerde de las pelis previas?

Internet
El debate de si Internet ayuda o no en el aula viene de largo y hay puntos de vista para todos los gustos. Centrándonos expresamente en el momento de la formación, yo diría que distrae. En varias de mis clases no hace falta ni ordenador. Si se usa, es inevitable que salte alguna notificación o que haya problemas con la wifi y la conexión vaya lenta. Entonces el debate importante que es el de la clase se diluye por problemas técnicos o por distracciones de redes sociales o, peor aún, laborales. No digo que no sea útil para investigar algunos temas o, lógicamente, utilizar herramientas. Pero está demostrado que escribiendo en papel los alumnos también aprenden y están más centrados. Y son adultos, ¿cómo será son generaciones más jóvenes?

Unos cuantos cambios a mi web, aunque no lo parezca

He tenido que revisar la lista de entradas del blog para saber cuándo hice el último cambio de plantilla de mis webs: ¡fue en 2013 al cumplir 9 años! Desde entonces he añadido muchas funcionalidades y contenidos, tanto al blog como a mi centro de recursos. Pero no había vuelto a tocar el diseño y ya tocaba, ¿no?

En realidad, no parece que haya cambiado mucho: sigue siendo gris y azul y en una única columna. Pero el menú es más claro, la tipografía es un poco más fácil de leer y he recuperado el hilo de Ariadna (breadcrumbs) que hace tiempo tuve.

El principal motivo de la actualización es cumplir la ley en la medida de mis posibilidades, es decir, de la manera más legal pero también la más sencilla posible tanto para ti como para mí. Así que ahora, espero y deseo, mis webs cumplen con la ley de cookies y el RGPD. La esencia es la misma porque nunca he tenido intención de usar de formas extrañas los datos, pero así queda todo más clarito.

Precisamente por tener que dar de baja, literalmente, al 80% de suscriptores de mi newsletter (cosa común por lo visto) y tras revisar a fondo las estadísticas, he decido ofrecer abiertamente todos mis ebooks. Hasta ahora, algunos eran exclusivos y solo se podían descargar a cambio del correo electrónico. Pero ya no: sí, seguiré enviando semalmente artículos que recomiendo leer y avisos de mis nuevos recursos, pero sin contenidos exclusivos para captar leads. Más simple es transparente, ¿no te parece?

Quizá ése sea el cambio más evidente de la web, además de la plantilla. Por dentro sí que ha habido más actualizaciones porque he aprovechado para eliminar plugins obsoletos que no aportaban suficiente y añadir otros que espero ayuden a que todo funcione mejor. Aún así, sigo sin resolver un problemilla que algunas veces aparece sin que sepa muy bien por qué (si en lugar de la página que buscas te parece el feed, actualízala).

Si estás leyendo este post por el feed, pásate para ver el nuevo diseño. Además, quizá te interesa saber que para los cambios en mi centro de recursos tienes a tu disposición otro feed.

Llevo un par de semanas haciendo ajustes a las funcionalidades (y aún hay textos por mejorar) pero ya me atrevo a anunciar públicamente el cambio. Soy consciente de que algo se me habrá escapado y por eso dejaré unos días más aviso de que la página está en pruebas para prevenir al visitante. Así que si encuentras algo que no te cuadra (o te encanta porque también es agradable leer cosas buenas), deja un comentario o avísame.

Media News S23 A18

Cine
Los superhéroes viven en un mundo lleno de peligros pero ellos los afrontan valientemente ocultando su identidad detrás de un «uniforme» (preferiblemente sin capa) y poniéndose delante de los malos como si no necesitasen de toda la película/serie/cómic para vencerlos. Más o menos ocurre lo mismo en todas las historias, varía lo que les hace «súper» pero difícilmente el final. ¿Se disfruta menos del camino sabiendo que todo acabará bien? No lo creo pero pienso en ello tras leer la lista de algunos superhéroes considerados paródicos. Y es que ellos tienen otros, digamos, poderes pero también les queremos ver triunfando al final aunque su camino sea un poco más tortuoso.

Televisión
Cumplir 5.000 programas no lo hace cualquiera. «Saber y ganar» lo ha conseguido desde que se estrenó allá en el 97 del siglo pasado. Sí, hace 21 años que están haciendo preguntas a concursantes que saben mucho y premiando sus conocimientos. No necesitan un público que grita o anime sin criterio, ni una azafata que no hace nada ni un presentador en busca de protagonismo. No es ese tipo de concurso. Es una rareza considerando que los del otro tipo siguen apareciendo, pero nadie compite con su estilo tan particular. Siguen ahí y varias generaciones los conocen, aunque solo sea por memes.

Publicidad
Las agencias pueden descansar por un tiempo: ya se han entregado los premios de este año del Festival El Sol. Ya, se supone que no se hacen campañas pensando en lo que se puede ganar con ellas. Pero algo me dice que algunas agencias y ciertos clientes piensan justamente eso. Es como los actores que ya saben que un papel los pondrá en el camino del Oscar. No significa que no lo merezcan, solo que es predecible. Por eso, dentro de la propia campaña, se encargan de hacer un making of que explica los buenos resultados que han conseguido. La cuestión es que mientras unos se preguntan cómo entrar a esas agencias a ganar premios, otros bloquean la publicidad.

Internet
Algunos resultados del último estudio de uso de RRSS del IAB vienen a confirmar lo que podemos ver a diario si nos fijamos en las personas que nos rodean (hay que tener algo de curiosidad). No obstante, va bien tener números que lo demuestren a los que no prestan atención si no se les ponen los datos delante de su cara. Para ellos, la evidencia que responde cuándo es el mejor momento para publicar: «Tanto en el ordenador, como en la tablet, el uso de Redes Sociales se intensifica a partir de las 16:00, en ordenador especialmente a partir de las 20:30. En móvil la conexión empieza pronto, a las 8:30, y va creciendo a lo largo del día, siendo la franja de 20:30 a 00:30 en la que más se utiliza». ¿Está claro?

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