[Contenidos] Qué se puede aprender de los videoclips musicales

Hoy quisiera hablarte de música, más concretamente de videoclips musicales y cómo éstos se parecen a los mensajes que algunas marcas comunican. Y es que las empresas son como un artista o grupo: usan historias para llegar a su audiencia. Por un lado, las empresas tienen productos o servicios que vender comercializados bajo una marca comercial; por otro, los cantantes venden sus canciones en todos los formatos posibles (CD, concierto, Spotify, YouTube…) bajo el sello de una discografía aunque lo que realmente vende es su nombre.

Como cualquier otro tipo de marca, ambos lados de este cuadrilátero imaginario utilizan las redes sociales, publicidad, patrocionio… cualquier tipo de contenido, todo lo necesario para poder sacar el mayor rendimiento a esa marca personal o comercial. La diferencia con la gran mayoría de empresas es que las canciones son tanto producto como contenido así que pueden analizarse igual que se haría con cualquier mensaje corporativo que pudiera publicar cualquier marca comercial.

Es interesante ver cómo esa letra se convierte en un videoclip para explicar, efectivamente, una historia audiovisual porque las empresas también cuentas historias con sus contenidos. Así que recurro al Rey del Pop para comparar la forma en que algunas marcas utilizan los contenidos: ves conectando los altavoces porque sus canciones serán la BSO de esta newsletter.

Si se habla de Michael Jackson, es lógico hablar de “Thriller”, un hito de la historia de la música que seguro has visto. Pues bien, míralo como ejemplo de contar una historia: videoclips de este estilo empiezan, mezclan y acaban sin música. Además, el cantante canta interpretando lo que explica la letra. Los mejores videoclips de Michael Jackson cuentan una historia de forma más o menos extensa y explícita: “Bad”, “Smooth Criminal”, “Remember the time”, incluso “You rock my world”.

Aplicado a las empresas, son las que encuentran su historia, su diferenciación, y son capaces de explicarla en todo lo que hacen porque se la creen y la ven como algo propio que deben cuidar y comunicar. No son fáciles de encontrar pero, después de haberlo hecho, cuesta separarse de ellas.

Por un lado, tenemos videoclips como el de “They don’t really care about us” o de “You are not alone” que son buenos ejemplos de hablar de uno mismo: videoclips de este tipo tienen un momento o varios de lucimiento del intérprete en los que típicamente éstos cantan mirando a cámara como si contasen algo a la audiencia directamente. Mezclan, alguna vez, referencias a la historia pero es secundaria. Por otro, esta forma puede llevarse al extremo con la autopromoción: un concierto es el ejemplo clásico. Para el Rey del Pop, serían ejemplos “Dirty Diana” o “Give it to me”, aunque no tiene por qué ser una grabación en directo puede ser falseada y sacar a gente disfrutando en una sesión más controlada.

¿Y la empresa? Pues suelen ser contenidos pensados para lucimiento de la empresa, léanse notas de prensa publicados en blogs corporativos, enlaces en redes sociales que siempre van a la web oficial, fotografías de productos…  Las empresas que se lo creen demasiado tienden a ver el autobombo como la forma prioritaria, sino única, de crear contenidos.

El equilibrio, como siempre, es la mejor opción. “Thriller”, en realidad, mezcla ambas opciones. Quizá por eso una no se cansa de verlo como tampoco se cansa de consumir contenidos corporativos que hablen de otra cosa que no sea el ego de una empresa. La próxima vez que veas un videoclip o tengas que crear contenido de ese tipo, piensa cómo quieres que te recuerden los que leen.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 163 (23 de septiembre de 2013).

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Hay anuncios que, es justo decirlo, no entiendo. Literalmente, cada vez que los veo me entran ganas de hablar con la marca para preguntarles qué tenían en la cabeza al aceptarlos. Me pasa con Cornetto: ¿»el amor no tendría que tener precio»? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra, amor y helados? Lo intentan explicar en un spot: salir y cenar es caro, pero sus conos no. Desastroso. Recuerdo haber leído sobre una campaña de branded content de Cornetto orientada precisamente al amor (Cornetto films). Muy bonito, amor adolescente pero, nada, que sus spots por van por una línea diferente. Pero, oh, sorpresa, en su canal de YouTube tienen el spot completo que habla saborear el camino y disfrutar el final. ¡Bingo! Eso sí es su cono. ¿Cómo se les ha ocurrido mezclar un spot en el que se compara el precio de una langosta con el de un helado con un cortometraje ‘romántico’?

Cine
¿Qué pasa cuando no has visto el tráiler más visto de la historia? Nada. ¿Qué pasa cuando has visto la película que más veces se ha revisto? Que la quieres volver a ver. Un tráiler de una película que no quieres ver, no te dice nada. Leer sobre una película que has visto varias veces, te trae recuerdos de cuando la viste por última vez. Un tráiler no es más que ‘los mejores momentos’ elegidos por otra persona mientras que en el recuerdo conservas las frases y escenas que te gustan a ti. Ahora bien, ¿qué pasa cuando ves en el DVD/BR de la película que has revisto varias veces un tráiler de una película que has revisto varias veces? Que una sencilla sesión de cine se convierte en sesión doble.

Televisión
Los actores en una serie, por muy ricos y protagonistas que sean, son prescindibles. Los guionistas tienen el poder de ‘retirarlos’ o inventarse cualquier historia para que la serie siga aunque no se parezca en nada a la idea original.  Los directores cambian en cada capítulo y, aunque algunos destacan, no tienen por qué repetir. Al final, ¿quién tiene el poder de la controlar una serie? Podría decirse que es la audiencia, claro. Pero está demostrado que no siempre es así. Entonces, solo quedan las mismas cadenas que las compran. ¿Son ellas las responsables últimas de que una serie tenga éxito? Si no es el equipo, ¿será por el tema, la hora de programación…? Demasiados factores que, bien combinados, dan una buena serie o una mezcla sin sentido.

Internet
Montones de series y de películas ahí fuera, ¿cuál elegir? En este mundo digital que dice ser social, lo suyo es escuchar las recomendaciones de los amigos o de una comunidad bien (in)formada. Pero no siempre tienes amigos expertos en ese tema o la comunidad no siempre coincide con tus gustos. Por eso me ha gustado la web de omive: puedes encontrar series y películas por año, género, equipo artístico y hasta por duración, además de los consabidos votos. En algunos casos puedes ir a verla online (ellos que pueden) así que en un par de clicks puedes encontrar qué ver cuando no tienes ni idea de qué ver. Me parece una fantástica forma de listar pelis y series, muy práctica y sencilla… cosa que no se puede decir de muchas otras páginas que en lugar de hacerlo fácil lo complican.

[Contenidos] ¿Cómo elegir el canal para publicar un contenido?

Hoy quisiera hablarte de canales, plataformas o medios, como quieras llamar a los lugares en los que se publican los contenidos. Hay muchas formas de acercarse a ellos pero la de hoy es cómo elegirlos. De hecho, la forma en que llamamos a los lugares es importante porque tiene unas ciertas connotaciones:

  • Canal: asociado a forma de distribuir el contenido, es el uso más habitual que inevitablemente remite a los elementos de la comunicación
  • Medio: se usa para hacer referencia  a medios sociales y de comunicación de masas o para separar entre medios pagados, propios o ganados
  • Plataforma: puede verse como un lugar desde donde promocionar o lanzar algo, aunque también se asocia a algo desarrollado de forma personal vía programación

Semántica a un lado, lo que importa es ser capaces de distinguir lo que queremos explicar (contenido) de ese lugar donde lo que queremos dar a conocer (continente).

También hay que tener en cuenta a nuestra audiencia, es decir, elegir en función de dónde están ellos. Hay una pregunta similar que es dónde podré llegar a más gente pero no es exactamente la misma: céntrate en tu perfil objetivo y no en los que no te interesan. Para responder a esto, es necesario recurrir a las estadísticas que pueda dar ese canal o hacer una monitorización y descubrir así la forma en la que nuestra audiencia potencial maneja ese canal.

Otra forma de enfrentarse a la elección de canal para nuestros contenidos es cuando ya tenemos varios y hemos de decidir dónde publicar.  Sería interesante haber descrito previamente la línea editorial de cada canal porque de esta manera sabremos fácilmente el sitio en el que encaja mejor.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 162 (16 de septiembre de 2013).

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«One is the lonely number» repitiéndose hasta la saciedad es la banda sonora del último spot de Axe. El slogan «No te fíes del destino» también se demuestra durante el minuto que dura el anuncio con un repaso acelerado a algunos momentos por los que ha pasado la humanidad y el hombre protagonista: desde las cavernas hasta la actualidad pasando por varias guerras. Una historia más interesante que las habituales en esta marca… hasta que llega el final y (spoiler) explota una gasolinera. Mejor dicho, hasta que (unos minutos antes en el spoiler) el chico prueba en una tienda el desodorante en cuestión. Dos hechos que no me encajan nada en lo que estaban contando: ¿tenía que ser una gasolinera donde él lo usase por primera vez?

Cine
Los cambios que las marcas hacen a sus logos suele ser motivo de noticia… y análisis. También ocurre así con los símbolos de los héroes cinematográficos, más que se basan en cómics donde, además, puede compararse con la fidelidad al original de la época correspondiente. Es lo que ocurre en este repaso al traje y símbolo de Batman. Para los que aterrizan con la nueva marca, todo este tipo de análisis no es más que una curiosidad. Para los fans, es un motivo de agravio o algo para elogiar. Para ambos, una excusa como otra cualquiera para hablar de la próxima película que se estrene… no tengo tan claro que sea un empujón adicional para ir a la sala de cine. Eso sí, siempre queda bien comentar la historia de las películas en ciertos círculos.

Televisión
¿Es lo mismo trabajar en cine que en televisión? Pues no. Para los actores, hay motivos de elección de personajes, de dedicación y hasta de suelo. Pero para los (tele)espectadores, ¿influye en nuestra percepción si antes esa persona ha trabajado en cine y ahora lo hace en la tele? ¿O si ‘da el salto’ a la gran pantalla? Yo diría que no. Nos lleva de un sitio a otro, nos da su bagaje, nos hace soltar frases tipo ‘¿de qué me suena?’ o ‘¿qué habrá hecho mientras?’. No es algo malo de lo que tengan que renegar o arrepentirse los actores. Tampoco es algo sobre lo que tengamos que discutir cada cierto tiempo: la tele y el cine se pueden complementar igual que también lo hacen con la Red o la publicidad. ¿O es que no pueden hacer también webseries y llevarse un buen nombre con ellas?

Internet
Pasear por alguna de las categorías de mi Feedly es sinónimo de encontrar listas de cosas, estadísticas y cualquier tipo de número. ¿Qué tienen de especial los números? Que gustan. Estan en todas las listas de tipos de posts ganadores. Hay incluso listas de motivos por los que las listas gustan. Y estas listas también gustan. También gustan las preguntas. ¿Por qué? Pues porque saber cómo, cuándo o dónde tiene su interés. Cómo hacer algo, cuándo es el mejor momento para hacerlo y dónde hacerlo para que sea más satisfactorio. Grandes preguntas que todo el mundo se ha hecho alguna vez y que hay montones de formas de responder. Por eso triunfan aún más las listas de posibles respuestas.

[Contenidos] Preguntas para una estrategia de contenidos en Facebook

La estrategia de contenidos que podemos desarrollar dentro de Facebook, evidentemente, tendrá que crearse bajo la misma línea del resto de contenidos. Pero resulta curioso que ‘lo que pasa en Facebook’ no se considera tanto una cuestión de contenidos si no de un plan de medios sociales.

Sea quien sea el responsable de pensar cómo alimentar a los fans (casi de cualquier red social), conviene que piense en:

  • La línea editorial: ¿de qué irán los contenidos? ¿Quién o qué más se publicará en el canal?
  • El origen de los contenidos: ¿creación o curación de contenidos? ¿De qué manera se mezclarán ambos tipos de contenidos?
  • El formato de los contenidos: texto, imágenes, vídeos… ¿qué se primará más? ¿Cómo tendrían que ser, hay guía de estilo?
  • El calendario de actualizaciones: ¿cuándo se publicará durante el día y en la semana?

Para contestar a todas estas preguntas haría falta saber los objetivos de la empresa y el perfil del público objetivo, pasos previos de documentación dentro la redacción online. Precisamente las variantes en la respuesta son las que crearán una estrategia u otra. Pero hay algunas recomendaciones que servirían para todos.

Una de ellas tiene que ver con el origen de los contenidos: deja para otros canales corporativos el discurso de venta y ofrece más recomendaciones de otros que de autopromo. Está claro que todas las empresas pasan por algún momento en el que hace falta una promoción más intensa. Vale, todos somos conscientes de eso, pero que no sea la tónica dominante. Recuerda que ‘fan’ y ‘amigo’ ya no significan lo mismo de antes.

La otra está relacionada con el lenguaje a utilizar en Facebook y, en general, en redes sociales. en Twitter aún tengo la sensación de conversación). Se supone que esos simbolitos sirven para añadir matices que habitualmente aporta la comunicación no verbal. Pero el exceso convierte en poco serias ciertas actualizaciones. Una cosa es mantener una conversación tirando a informal, algo propio de redes sociales, y otra diferente es pasarse el día riendo o guiñando el ojo. ¡Hay empresas con verdaderos tics!

Eso en cuanto a texto. Pero, en realidad, se escribe poco en Facebook. Se da más importancia a las imágenes porque está demostrado que funcionan mejor, es decir, que el fan reacciona e interactúa más con fotos que con un enlace o texto. Pero para quienes solo usan imágenes surge otro problema: ¿y los derechos de las fotos? Se puede recurrir a un banco de imágenes gratuitas. Y es que eso de coger fotos alegremente de los resultados de Google no debería hacerse. No está de más intentar citar de dónde se han sacado o hacerlo vía el botón de compartir dentro de Facebook para que quede constancia de la fuente.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 161 (9 de septiembre de 2013).

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