Cine
Entre la gente que visita un cine, están los que saben por qué van a ese en concreto y los que no (también hay quienes no tienen claro la película, pero eso es otro tema). El censo de salas en España asegura que hay más cines, aunque menos butacas porque ahora son más cómodas (léase más anchas, más separadas, ocupando más espacio). Los exhibidores se esfuerzan en diferenciarse para que les elijamos y se preocupan por asociar su marca a una experiencia, porque el resto es demasiado parecido. Cambiar de nombre es la opción que ha elegido Balañá que desde hoy llama a sus 54 pantallas Mooby Cinemas. Adiós al nombre de la familia, hola a una palabrita que solo se entiende al leerla.
Publicidad
La propaganda electoral suele generar todo tipo de debates, lo que incluye pintadas que modifican el mensaje original y que, se supone, lo acercan más a la realidad. Por eso me ha gustado el enfoque de la Fundació Arrels, cambiando el aspecto de todos los candidatos y sus lemas para llamar la atención sobre su causa. Además, ha sido creado por inteligencia artificial, lo que también es algo que demuestra que puede funcionar también con ideas que no son tan irreales como se puede presuponer. Ahora solo falta que esto haga reaccionar a los alcaldables.
Televisión
Los televisores son cada vez más parecidos a los ordenadores, siempre conectados. Eso sí, volverse smart tv implica cosillas negativas, como la publicidad en los menús o en los previos a los programas. Inevitable, de algo han de vivir. Así que era cuestión de tiempo que alguien regalase televisores a cambio de aceptar ver los anuncios. El planteamiento es interesante: ya que los tengo que ver sí o sí, al menos que sea a buena calidad porque la podré aprovechar para mis series o pelis favoritas. Es posible con Telly al otro lado el charco. Mientras, YouTube hará que tengas que ver spots de 30 segundos en la tele sin posibilidad de saltártelos. Solo espero que estas posibilidades hagan que mejore también la calidad de la publicidad.
Internet
El tráfico online es algo que miramos, con más o menos atención, pero solo tenemos datos a pequeña escala. Nuestra web o nuestros canales, ¿y qué pasa en el resto del mundo? También existe esa información, aunque nos afecta menos. En teoría, porque resulta que casi la mitad de tráfico proviene de bots y una buena parte de ellos son malignos, lo que significa que se usan para bloquear páginas o apropiarse de cuentas. Viendo por dónde van los tiros y más sabiendo que hay quien navega sin rumbo, casi me parecen pocos.