Internet
El tiempo es relativo, ya, pero hay veces en las que retrocede en lugar de avanzar. O quizá es que se queda quieto cuando yo pensaba que seguía moviéndose. Lo digo porque hablar de influencers me suena a otra época, cuando todavía no había saturación de ellos. Pensaba incluso que esa burbuja ya había explotado después de ventas que no subían. Pues parece que no. Tres sobre el tema: 1/ la charla de la IAB «El Branded Content desde los influencers«, 2/ las croquetas de Lucas (más bien de la tiktoker de la que habla) y 3/ el precio que cobran, según cuentan en el Periódico de la publicidad.
Televisión
Una amenaza no sirve de nada si no se está dispuesto a cumplirla. Y los guionistas de Hollywood ya saben el daño que pueden causar en la industria si paran, así que es lógico que la votación sobre ir a la huelga haya ganado de forma tan aplastante. Lo curioso es que no me parecía que hiciese tanto de la otra porque aún recuerdo que afectó a varias series de las que seguía. Pero, inevitablemente relacionado con el párrafo de arriba, cuentan la anterior fue en 2007-2008… lo que vendría a ser hace 15 años. Me extraña que a nadie se le ocurra hacer una serie sobre una serie que se ha visto afectada por dos huelgas.
Cine
Hace unas semanas ya comenté el extraño fenómeno de la duración de las películas, pero hoy vuelvo sobre el tema después de leer sobre movimientos en el ranking de las que tienen más metraje. Parece ser que alguien le ve sentido a tener al público 4h en la sala de cine. He hecho clases en las que mis alumnos no aguantaban 2h sin salir, así que es imposible que se animen a ir. Vejigas o educación aparte, para ellos se trocea en dos, como han hecho con la última de «Los mosqueteros». Cobrar dos veces tiene sentido (cuando la peli lo merece, claro). Si existen las tv movies, ¿por qué no una miniserie en pantalla grande?
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Cuando las marcas se toman a ellas mismas con un poco de humor, se convierten en más cercanas. No se trata de acabar todos los comentarios con «jiji» o un emoji al que se le salten las lágrimas ni tratar de ser polémicas metiéndose con todo ser vivo sobre la Tierra. Hay que encontrar el tono con el que se sientan cómodas al expresarse (hay una buena selección en este post). Luego vienen frasecillas de «formal, pero no serio» porque lo primero da impresión de profesional y lo segundo aburre. Vale, no quieres ponerle color a la vida, pero al menos recuerda que la escala de grises es muuuy grande para elegir el tuyo.