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Desde que «CSI» ha vuelto a los lunes de TeleCinco, me siento como hace un tiempo (¿ya han pasado años?) cuando el primer anuncio del primer bloque era como un gran estreno semanal. Un nuevo anuncio, normalmente de una empresa con presupuesto para comprar ese momento y para hacer que la parte creativa valga la pena. La serie, más bien la franquicia en general, ya no es lo que era así que busco alicientes donde sea. Quizá por eso el anuncio de Mitsubishi me alegró hace unos días, porque tenía ganas de ver un spot tipo gran estreno semanal… pero resulta que no era tal, hace ya unos meses que vio la luz. De todas formas, es un tipo de anuncio que hace que valga la pena la pausa: entre pose y pose de H y su equipo, reflexionar de lo que nos llena es interesante… quizá incluso incita a apagar la tele.

Cine
Pagar o no pagar, quizá esa no sea la cuestión si no cuánto estamos dispuestos a pagar para que nos dejen entrar a una sala con otras cien personas para ver una película en una butaca no siempre cómoda y no siempre bien situada. Dependerá de la película y de la sala y de ahí la excusa para que en cines con 3D aumenten el precio porque no se puede comparar con un cine que no tiene ni película digital. Ya me gustaría a mi que bajasen el precio de las entradas pero suena igual de utópico a que bajen el del transporte público. A todo lo que aspiramos es alguna promoción, algún descuento… algo que justifique la contribución a un arte que queda sobrevalorado la mayoría de las veces por lo que se acaba recibiendo.

Televisión
Y sigo con el tema del pago aunque sea con un post de hace casi un mes: el pago por visión y su camino hacia el olvido. Así que vuelvo a la nostalgia de cuando se les ocurrió que ha de tener una tarjetita para poder ver esos programas de pago… era una época en la que barajaba la posibilidad de ofrecer la Fórmula 1 de pago, no solo partidos de fútbol concretos. También por entonces los canales de la TDT empezaban a numerarse en nuestro mando a distancia, buscando un hueco que no todos han llenado. Parece que hace mucho de aquello porque ahora la preocupación no es la tele si no el 4G y con ellos los canales que van a desaparecer. Quizá en un par de años, cuando el espectro se estabilice, volvamos a oír de pagar por ver algo en televisión pero es más probable que sea descargarlo en el móvil.

Internet
Si un teleoperador quiere venderme ADSL, ¿cómo no tiene prevista una réplica preparada para los que tenemos fibra óptica? Bueno, algo sí me dijo pero ‘¿necesita toda esa velocidad?’ me parece poco inteligente. Es una respuesta tan tonta como la de los que decían eso de ‘¿no quiere ahorrar en su factura?’. Cuando suena el teléfono y el número no es conocido, hay dos opciones: no atender y que dejen un mensaje o contestar y ver a dónde te lleva esa conversación. Según el tiempo y las ganas, yo hago una cosa o la otra pero si interrumpen mi trabajo para venderme algo que no he pedido lo menos que puede hacer el teleoperador es tener respuestas preparadas que tengan algún sentido.

[Contenidos] Las estadísticas y estudios han de ser razonables

Cada lunes republico aquí un artículo antiguo de mi newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes a los suscriptores pero con contenido exclusivo.

Los white papers o libros blancos suelen ser el tipo de contenido que más datos estadísticos tiene. Informes o estudios más o menos sesudos comentando resultados a encuestas que se han hecho a una base de clientes o con resultados públicos. Son una buena forma de aumentar nuestra notoriedad o de conseguir emails a cambio de la descarga pero tienen que ofrecer valor.

Silvia Cobo nos recuerda desde su perspectiva periodística que tenemos que fijarnos en el universo del estudio para que tenga credibilidad y que no puede estar muy alejado del tema de la empresa. Además, si queremos que sea publicado en algún otro lugar, evidentemente, tendremos que crear un titular que sea noticiable.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 77 (30 de enero de 2012). Suscríbete para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

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Internet
Hacer zapping siempre te regala alguna sorpresa en algún canal que no sueles visitar mucho, por eso es un buen lugar para buscar ideas. Así es como encontré una serie titulada «Mi perro tiene un blog«. Menuda sorpresa porque aquello de que un perro hable estaba ya muy visto pero ¿cómo hemos pasado a que una mascota mantenga un blog? ¿Será porque es la que más desapercibida pasa en una casa y por eso está al tanto de todos los cotilleos y enredos de familia (clásica serie, por cierto)? Hace unos días precisamente recordaba con nostalgia aquella época en la que los bloggers no tenían otra preocupación que la de explicar lo que pasaba a su alrededor. Pero ahora algunos son medios y, como tales, muchos tienen más intereses de los que un perro pueda llegar a entender. Eso sí, si un perro puede, ¡cualquiera puede bloggear!

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Llevo un tiempo queriendo hablar de la campaña de Ono Móvil porque por mucho que la vea, y mira que la repiten de veces, siempre encuentro la misma pega. El spot empieza con un aviso a sus clientes y, aunque debería ser a las personas, en realidad se dirige a los móviles. Sí, sí a los aparativos que se pagan con puntos para hacernos sentir que gastar tiene su recompensa. La voz en off dice que ‘os usarán para chorradas’ mientras salen móviles con cara y cuerpo escondiéndose de los malos, de sus dueños. Yo que tengo la gran parte del tiempo el móvil apagado me pregunto si ese spot es para mi o para el trasto que tengo durmiendo sobre la mesa. Es lo que no me gusta, que no se dirijan a mi que soy la que paga las facturas porque, en este caso, el aparatito no toma decisiones.

Cine
Por un lado, ver películas en DVD en kioskos junto a revistas y diarios es algo habitual. La vinculación entre estos canales de distribución de contenidos es muy estrecha, seguramente debido a que se necesitan para su mútua supervivencia. Por otro, los medios digitales y los sociales parecen ir cada vez más de la mano, quizá también para agarrarse a lo que puede conllevar el éxito. Solo con la mezcla de estas dos ideas se me ocurre que pueda tener sentido la primera línea de la noticia del nacimiento de Cine Orbyt. Léela y vuelve, te espero. ¿Qué tiene que ver una cosa? ¿Si no los llega a conseguir, no lanzan la oferta? ¿Qué clase de número de celebración es 175.000?

Televisión
De tanto en tanto, la realidad supera la ficción y aquello que creemos falso y preparado es algo que sucede sin que nadie lo haya guionizado. Soltamos un ‘¡no puede ser!’ al que tendríamos que añadir varias exclamaciones para reflejar nuestra sorpresa y nos quedamos con cara de ‘me han timado’. Me pasa en ciertos programas, algunas veces porque se ve el pinganillo del presentador e inevitablemente pienso que alguien le chiva las cosas ‘graciosas’. Pero al ver el vídeo de «Lo sabe no lo sabe», estoy con los de Vaya Tele que se parece mucho a «Señoras que»… tanto que también tengo la sensación de que la realidad supera la ficción para no pensar que me están timando.

[Contenidos] Que no, que branded content y content marketing no son lo mismo

Cada vez veo más referencias a estos dos conceptos así que cuando desde Foxize me propusieron participar en su documento sobre branded content, se me ocurrió aprovecharlo para clarificar un poco las similitudes y diferencias con el content marketing. Este es el resultado… en 400 palabras.

Nos empeñamos en utilizar palabras porque son tendencia y eso, se supone, nos da un aire de modernidad que ayuda a vendernos mejor. Ese falso ‘estar a la última’ es lo que hace que algunos conceptos se entremezclen y surjan confusiones. Es el caso del branded content y el content marketing: se parecen pero no son siempre iguales.

¿Qué tienen en común?

Tanto el marketing de contenidos como el contenido de marca:

  • buscan acercarse al usuario mediante contenidos (el ‘content’ de sus nombres)
  • consiguen que los posibles clientes se sientan cómodos por su presencia (no son intrusivos, el usuario los busca)
  • tienen algunos formatos comunes como pueden ser vídeos, aplicaciones, revistas, cómics… (repito, algunos)
  • venden indirectamente la marca o los productos (no incluyen un ‘corre que se acaba la oferta’)

Sí, son similares pero no todo el contenido de marca es marketing de contenidos o al revés.

¿En qué se diferencian?

Aunque el límite entre lo que es branded content y no es content marketing no siempre es evidente, la mejor forma de encontrar las diferencias es buscarles sinónimos o hermanos:

  • El contenido de marca se acerca a la experiencia, a la promoción, a la publicidad. El factor entretenimiento es importante y usa formatos televisivos y de medios tradicionales.
  • El marketing de contenido es más cercano al periodismo y a la comunicación por lo que usa muchos de sus formatos. La información y la educación son elementos determinantes.

No obstante, hay ejemplos en los que estas diferencias son muy evidentes y otras en las que no lo son tanto. Y es que en la mezcla está la innovación.

¿Vamos un poco más allá?

Hay quien considera el uno la evolución del otro y quien opina que uno está dentro de otro. ¿Cuál es cuál? Sinceramente, no creo que tenga importancia (además, hay opiniones para todos los gustos). Sí, poner nombre a las cosas es una manera de clasificarlas, de entenderlas. Pero es cuando se juega, se trabaja con ellas cuando se las conoce de verdad.

¿Y si añadimos a la lista brand journalism? ¿Transmedia? ¡A saber cómo lo llamaremos mañana! Los contenidos siguen expandiéndose mientras nos dedicamos a ponerles nombre. Así que crea y usa los contenidos como quieras, no te preocupes de qué es. Si hace falta, ya vendrá alguien y le pondrá una etiqueta para la historia.

Originalmente publicado en el Documento colaborativo sobre Branded Content de Foxize School.

[Contenidos] ebooks y estrategia de contenidos

Los ebooks son buenas herramientas para conseguir notoriedad ya que están muy centrados en un tema concreto. Son contenidos que deben buscar la atemporalidad ya que producir uno interesante cuesta más tiempo que otros tipos contenido así que por eso también suele tratar de rentabilizarse como veremos al final del post (que ya aviso me ha quedado larguito).

Pero empecemos por el principio, por la propia palabra porque ebook puede traducirse o interpretarse de dos maneras diferentes:

  • ebook como libro digital: es seguramente la más evidente, una versión del libro en papel para ser leída en un ereader. Sus formatos o extensiones habituales son .epub o .mobi para Kindle.
  • ebook como documento online: una versión online de un documento que podría imprimirse y tener en papel pero que se distribuye para leer online desde una plataforma como SlideShare o Issuu, por ejemplo, o que se descarga directamente para leer en ordenador. Su extensión es .pdf.

Se trata de dos tipos de archivo diferentes pero con el mismo nombre lo que en principio puede llevar a confusión a la hora de hablar de ebooks… aunque con el tiempo se irá normalizando. El motivo es sencillo: cuanto mayor sea distribución de nuestros contenidos, mejor para poder evolucionar igual que la tecnología o los gustos o la forma de consumirlos de nuestros usuarios. Y es que facilitar la lectura también es una cuestión de formato: un documento de cierta extensión es más fácil de leer en epub mientras que un documento corto no supone tanto problema leerlo en pdf. Además, vender un libro digital en pdf es una forma que debería abandonarse hacia los epub y, por su parte, los documentos online deberían ir adaptándose hacia dispositivos de lectura digital.

Por ejemplo, cuando hicimos el ebook de «Claves del nuevo marketing», aún no había facilidad para autopublicar un libro digital, por eso hicimos un pdf (que, por cierto, lleva casi 150.000 descargas). Si lo actualizásemos hoy, seguramente haríamos un epub o usaríamos la plataforma Kindle Direct Publishing (KDP). Otro ejemplo. Son los muchos autores que han aprovechado la propuesta de Amazon para crear sus ebooks de temática muy diversa (incluyendo historias cortas). Son documentos de no más de 50 páginas, algunas veces incluso 20 o 30, que se pueden comprar por menos de 3€ y leer cómodamente en Kindle.

Los ebooks tipo libro digital tienen ISBN propio, independiente del que tienen en papel. Por ejemplo, «Marketing de contenidos» ha sido publicado en este formato tanto para Kindle como epub, igual que otros de mis libros. Pero conseguir un ISBN para proteger un documento más corto no siempre sale rentable para los autores independientes (aunque las empresas de autopublicación ya lo ofrezcan, tiene un coste adicional que hay que considerar). Además, hay que editar y maquetar el texto para que los ereaders lo muestren adecuadamente.

Así que, para calcular lo que puede costar producir un ebook, hay que tener en cuenta la investigación, redacción, maquetación y forma de distribución (recuerda que hay plataformas que no son gratis). Pensando en tiempo, todo ello puede ser una semana o un mes, según los recursos que se dediquen.

A la hora de medir lo que devuelve esta inversión (por si piensas en cierta fórmula), es cuando hay que considerar para qué se ha hecho ese ebook. Algunos objetivos dentro de una estrategia de contenidos serían:

  • Si queremos aumentar nuestra visibilidad, podemos pedir a los usuarios que nos ayuden a conseguirlo, por ejemplo, con un tuit o actualización social como hacen en Foxize para el documento colaborativo sobre Branded content en el que he participado.
  • Si lo que queremos es recopilar datos de posibles clientes, podemos pedir a los usuarios que rellenen un formulario para recoger esta valiosa información y hacer crecer esos leads poco a poco. Es lo que hacen en InboundCycle con la guía «Marketing de contenidos: usuario VS Google» donde también he participado.
  • Si lo que queremos es premiar la fidelidad de nuestros seguidores, podemos hacer contenido exclusivo para suscriptores de correo, como he venido haciendo con los ebooks de mi newsletter.
  • Si queremos informar sin importarnos tanto el resultado previo a la descarga, ofrecer el contenido libremente es la mejor opción. La rentabilidad se consigue después, una vez consumido, como sugerencia de interacción (seguir en redes sociales, compartir el documento, solicitar información vía formulario…). Un ejemplo sería el informe «Estado del Marketing de contenidos en España 2012» que puede descargarse gratuitamente sin tener que hacer nada a cambio.

Todos estos ejemplos son archivos en pdf que se pueden descargar pero fíjate que cada uno lo llama a su manera: ebook o white paper, guía, documento… y es que la verdad es que poco importa cómo llamemos a este tipo de contenido más extenso si sirve a los objetivos de nuestra estrategia de contenidos. En lo que seguro coincidirán quienes hacen ebooks es que son útiles a largo plazo y, aunque puedan costar un poco hacerlos, merece invertir en ellos.

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