Cine
Si hace unas semanas mencionaba cómo nos hace sentir saber que una película «cumple» años (mal, claro), resulta que esta «Love actually» entra en la segunda década. Han hecho un especial por sus 20 años y yo no sé si quiero verlo o lanzarme al DVD porque… ¿la he visto ya 20 veces? Quizá sean 15 porque hay pocas navidades que me salte, pero aun así me sigue pareciendo que no hace tanto que la vi por primera vez. Y qué más daaa, si son cosas de la edad (dice la canción, para quienes tampoco hubiesen nacido por entonces).
Televisión
Igual que los programas buscan renovarse cada cierto tiempo, también los eventos lo hacen para mantener el interés o despertar nuevos. Eurovisión es uno de ellos, pero la innovación venía más bien por la escenografía que por las bases del concurso. Sí, redujeron el tiempo de los votos en televisión y modificaron el peso del voto telefónico para que no fuese una gala taaan larga, pero ¿dejar votar a cualquier país? Ya, algo tenían que hacer para evitar el fraude, pero ¿qué será lo próximo? ¿Que se pueda votar al propio país?
Publicidad
Hay un par de campañas polémicas estos días, ambas relacionadas con la sexualidad: Balenciaga tira balones fuera y la otra no tengo ni idea de quién es (me ha llegado por varias vías y ninguna dice la marca, ¡qué cosas!). Me gusta más la publicidad que se pelea, agencia contra agencia, un poco como con el tema de la lona y con aquel ya clásico de latas de refrescos, porque me parece más creativa. Con la polémica de este tipo se persigue otra cosa, ver quién se atreve más, pero no creo que sea equivalente a quién lo ha pensado mejor.
Internet
Acabo con otra dosis de nostalgia porque «Los mercados ya no son conversaciones«. Lo dice Carlos Molina y, aunque me pese, no le falta razón. Han pasado 10 años desde que dije que era inevitable citar al Cluetrain Manifesto, pero ya no hace falta porque las empresas no publican contenidos buscando el diálogo, se contentan con el mínimo esfuerzo de la reacción (aunque la creación sigue siendo igual o más compleja si cabe). Hace ya tiempo que lo venimos notando, pero leerlo en un titular así de directo lo hace más real.