[Contenidos] Escribe con convicción

Las marcas quieren ser líderes, pero no autoritarias, arrogantes o prepotentes. Son rasgos de personalidad de los que huir. Es mejor no pasarse de dominante y proponer algo casi indirectamente. ¿No? Pues no siempre, a veces conviene demostrar quiénes somos de forma contundente (léase, marcarse un «porque yo lo valgo»).

Por ejemplo: 1/ «somos una herramienta que te puede ayudar a conseguir ahorrar tiempo en…» y 2/ «somos la herramienta que te ahorra tiempo en…». ¿Cuál prefieres? Si no has contestado que la 2, vuelve a leerla: es más directa y corta porque está escrita con convicción.
La 1 deja abierta la puerta a que tu cliente siga buscando, ¿es lo que quieres? Si tú no crees en tu marca, estás dando razones al resto del mundo (competencia incluida) para que tampoco lo hagan.

Antes de seguir, aclaro: me estoy refiriendo a copywriting para vender, no para escribir posts en los que se expresa una opinión. En este caso, no hace falta aplicar la persuasión para convencer, al contrario, es interesante favorecer el debate.

¿Cómo escribir con convicción?

Lo primero es tener claro el briefing: conocer el tema sobre el que hay que escribir para creer en lo que se está vendiendo y el perfil al que te diriges para hacerlo con sus palabras. Después ya puedes ponerte a escribir quitándote de encima el síndrome del impostor porque, si el cliente lo percibe en el texto, se alejará en busca de alguien con más confianza en lo que vende.

Sigo con algunos ejemplos:

  • Conjuga bien los verbos: ni voz pasiva ni condicional ni futuro. Escribir en presente con voz activa siempre funciona. No: «Si reservas ahora, te puedes ahorrar un….»; mejor: «Reserva ahora y ahórrate un…».
  • Evita las negaciones: es fácil caer en ello, pero se arregla en la edición. En lugar de «No volverás a…», «Olvídate de…».
  • Concreta qué quieres decir: «creo» o «en mi opinión» son propias de posts, no de textos orientados a la venta. Tampoco «puede servir» o «es una opción». No dudes, no hipotetices, no balbucees. Cierra bien la puerta, que se queden contigo.
  • Hazlo claro: cíñete al nivel elegido y usa la empatía para destacar lo que es importante para tu audiencia, no para ti. No: «Nuestro equipo es especialista en encontrar los mejores descuentos en cruceros para que tú no tengas que perder tiempo buscándolos»; mejor «Te encontramos el crucero que estás buscando y al mejor precio».
  • Ves al grano: se tiende a escribir mucho porque parece que así se dan más argumentos, pero la mayoría de las veces se repite la misma idea, aunque sea con otras palabras. Solución: editar, editar, editar.

De hecho, yendo al grano todo es más claro y los verbos suelen ser los más directos. ¿Me podría haber ahorrado los puntos anteriores? Quizá, pero es una forma de ejemplificar mi punto de vista y así convencerte de que tengo razón. Eso es también escribir con convicción: demostrar un posicionamiento de forma clara y directa.

¿Crees en lo que vendes? Demuéstralo escribiendo con convicción. Share on X

Acabo con la idea que ha provocado este post: Harry de Marketing examples publicó una imagen y Greg Bussmann la republicó. De ahí saco el último ejemplo: no digas «Te ayudaré a crear posts más persuasivos», mejor solo «Crea posts más persuasivos».

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Solo el 6% declina las cookies, lo cual parece lógico al saber que el 64% está de acuerdo con que se usen sus datos personales para fines comerciales, dicen. Para convencerles de que cambien de opinión (y gustar un poco más al resto), Apple hace visible qué ocurre con esa información en una subasta. Es una manera muy tangible de demostrar el rastro que dejan nuestros datos, aunque parece que a la mayoría le da un poquito igual. Me imagino una tienda más grande que la del spot, con muchas más puertas, una para cada usuario… ¿cuántos decidirían atravesarla? Eso sí demostraría quién es su público potencial.

Televisión
Dos enlaces. 1/ Para mirar al pasado y los 40 años que cumple el Pirulí de RTVE. Es una de esas torres que se identifican con la ciudad y que, a la vez, no se sabe muy bien qué emiten. Incluso entra la duda de si siguen en funcionamiento, considerando que ya las antenas de cuernos pasaron a mejor vida. 2/ Para mirar al futuro no muy lejano en que el streaming estará gobernado por Disney+ y no por Netflix como ocurre ahora. Dicen que solo hacen falta tres años para que esto ocurra, pero viendo los catálogos de cada una está claro que persiguen públicos diferentes.

Internet
Para saber dónde publicar, hay que saber dónde está tu audiencia, ¿no? Ahora imagina que no estás en ninguna red social (aún hay gente así de libre) y tienes que elegir en cuál crearte una cuenta. Quieres seguir esa premisa y vas a parar al estudio del IAB y Elogia en el que se detallan los perfiles que habitan en cada red social. Lo miras y remiras varias veces y acabas llegando a la conclusión de que necesitarás estar al menos en dos de ellas. Y, claro, viendo el tiempo que dedican, serán unas buenas horas las que tendrás que echar para que sea rentable. Confiesa: ¿te arrepientes de haber conocido el estudio? No te preocupes, pronto lo olvidarás.

Cine
Quentin Tarantino sacará un libro en octubre de este año. Algo se intuía, pero no estaba todavía claro cómo sería. Fotogramas cuenta lo poco que se sabe de «Cinema Speculation» y ya está preventa en Amazon. Por lo que puedo interpretar, aún sin ver una muestra, será más un repaso personal a la historia de un momento del cine que un manual de cómo él hace cine. Claro que están relacionados, todo son miradas, y es posible que sea una mezcla de ambos elementos porque, claro, Tarantino mezcla a su gusto y el mundo asiente satisfecho con la creación.

[Contenidos] Cómo encontrar tu momento para publicar

Hoy es festivo, así que a la clásica pregunta del pasado «¿cuál es el mejor momento para publicar?», se le añade el matiz de la no menos típica «¿debería publicar solo en días laborables?» (prima hermana del dilema veraniego). Hoy te sugiero que olvides las respuestas que hay conocerás a ambas cuestiones y que, simplemente, seas egoísta: ¡publica en tu mejor momento!

Yo lo hago: déjame que te lo cuente.

Al principio, publicaba aquí cuando encontraba tiempo para escribir lo que quería contar. No importaba ni cuánto ni cuándo. Entonces no existían las redes, así que no había la preocupación por «publicar cuando la gente esté conectada». ¡Qué libertad! Después, decidí (por mi cuenta y riesgo) que el lunes a las 10h era el mejor día y hora de la semana para enviar mi newsletter, así que se convirtió también en el día fijo para postear aquí, en este caso a las 8h.

Así llevo más de una década y no encuentro motivos para cambiar de días/horas. Son mis momentos.

Eso es lo que se ve, pero mi newsletter la escribo el fin de semana y, por tanto, también mi post de los lunes queda programado con antelación (en realidad, estas primeras líneas las estoy esbozando el miércoles al mediodía). ¿Debería darle al botón de publicar en cuanto termine? Pues no porque no lo terminaré hoy, pero también porque prefiero mantener la consistencia.

Escribo en el mejor momento para mí y también publico cuando creo que es el más adecuado porque elijo los temas según me convienen. Para eso me resulta imprescindible el calendario editorial, para saber cuándo me interesa hablar de cada aspecto de mi trabajo (o de las categorías de blog). Mi criterio suele seguir los proyectos que tengo previstos o en marcha, pero tú has de encontrar el tuyo porque cada negocio es diferente.

¿Cómo encontrar «tu momento» para publicar? Se me ocurren varias respuestas, según:

  • Tu audiencia: sigue su ritmo, no el estándar que marque no-sé-qué-estudio. Analiza lo que quiere e intenta dárselo. Prueba con diferentes frecuencias y horarios hasta dar con el que obtenga mejor respuesta para ti.
  • Tus recursos: si tu competencia está dándolo todo a todas horas, no hace falta que la imites dejándote una piel que podrías aprovechar para otras tareas más rentables. Si has de elegir entre facturar o postear, está claro cuál importa más.
  • Tu horario: pon límites para intentar que quede todo dentro de tu jornada, no fuera. Programa, dosifica, sé consistente, pero no te obsesiones porque la recomendación sea a las 20h de un sábado (es la mía en Instagram desde hace meses).
  • Tu calendario: si lo usas bien, no podrás vivir sin él. Si te lo saltas constantemente, es que no lo has preparado a conciencia. Dedica tiempo a llenarlo con lo que te conviene, a ti y a tu audiencia, no lo que dicen que has de hacer.
  • Tu estado mental: pasamos por diferentes momentos en la vida y hay que escuchar al propio cuerpo. Y parar si hace falta. No importa si estás un tiempo sin publicar: te esperarán los que importan. Al resto: ¡adiós!

Dejar reposar los contenidos y no publicar «porque toca» debería ser obligado. El slow content no gusta a quien tiene prisa, pero sí a quien la experiencia le ha confirmado que es la mejor forma de asegurar la calidad de una pieza. Así se puede crear el mejor contenido (sí, también pensando en el algoritmo), no lo que sea que te ha permitido el tiempo. Esto tampoco es bueno.

Por si te lo estabas preguntando, dejé el post aparcado a medio escribir y lo estoy rematando ahora, domingo por la tarde. Sigo.

Los algoritmos están ahí, ejerciendo su propia tiranía: Google para los blogs y cada red social con sus respectivos usuarios. Existe la opción de darles la espalda, pero hay que ser realista: dependemos de ellos para tener algo de visibilidad. Así que lo fácil es caer bajo su dominio («todo el mundo está aquí»), lo difícil es salir de él («voy a buscar nuevos canales que sean míos»).

Te animo a encontrar un equilibrio en el que ganes tú tanto (¡o más!) como el algoritmo. Te reto a que publiques según tu momento. Escúchate y decide sin la calculadora delante. Hazlo con un ojo en la optimización, pero sin depender demasiado. Dedica tiempo a la promoción, por supuesto, pero no te olvides de disfrutar del proceso de creación. Si te obsesionas con algo, que sea con sentir orgullo de todo lo que has publicado, no con un número que le da ventaja a otra empresa.

¿Cómo decides en qué momento has de publicar tus contenidos? Share on X

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Televisión
Nuevo cambio en el dial de Movistar+… ¿y qué? Pues nada en especial, solo que resulta curioso que sigan teniendo que mover los canales. Sí, hay más, pero el problema es la falta de previsión por no querer dejar huecos. En realidad, a mí el salto de numeritos siempre me ha parecido bueno para las plataformas porque parece que te estás perdiendo algo si no los ves todos seguidos. Así que, cuanto más grande sea el total de canales saltados, más interés en saber qué paquete debería tener para verlos. Ahora dicen que agrupan por formatos/temas los canales. Suerte que no tocan la lista de favoritos.

Cine
Hay titulares que ya se sabe que van a provocar comentarios, quizá porque de fan a troll hay un paso. Al leer los de este post de Espinof no puedo evitar reírme porque el título promete, pero es otro ejemplo más de que algunas listas son imposibles de justificar. Metapelículas, vale; secuelas, también; pero, ¿secuelas metapelículas? ¡Venga ya! Yo misma podría haber escrito este comentario quejándome porque, como se suele decir, me representa. Algo falla porque seguramente el cine es uno de los sectores que más noticias puede dar, vamos que no hace falta inventarse nada tan enrevesado para ganar visitas.

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Siempre es interesante ver anuncios premiados, esta vez son los del Día C 2022 del Club de Creativos. Algunos los conocía, otros no, por eso me he acordado de los de la Super Bowl de este año: algunos sigo sin haberlos visto (y fue en febrero). Las marcas pueden presumir de lo que ganan, pero en realidad son las agencias quienes más fardan de lo que consiguen sus ideas en su mundillo. Así que entiendo a Pepsi, le veo sentido a que se retire después de tantos años detrás del espectáculo del descanso. Nos ha dejado grandes campañas, pero seguro que nos dejará otras allá donde reconduzca su inversión.

Internet
Recibo un par de newsletters cada semana dedicadas a recopilar novedades de redes sociales (solo nuevas funcionalidades y rumores de lo que está por venir). Es lógico que se repitan, al fin y cabo tienen las mismas fuentes, pero confieso que más de una vez las he marcado como leídas sin abrirlas. ¿Por qué? Un poco de pereza porque suelen ser muuuchos datos, pero sobre todo rabia por saber algo que quizá no acaba cuajando. ¿No les saldría más a cuenta a las redes centrarse en un par de cosillas con futuro que en tantas que se caerán en el olvido? Ya, la gran pregunta: ¿cómo distinguirlas sin probarlas antes?

[Contenidos] Motivos por los que sí/no se paga una suscripción

¿Cuánto pagarías por tener acceso a estos posts? ¿O por leer mi newsletter? ¿O por contenido exclusivo en redes? Es la gran pregunta que ronda la creator economy. ¿En cuánto se valora el esfuerzo de crear un contenido? En realidad, antes viene otra, aún más importante: ¿pagarías? Si la mayoría de respuestas son «no», no tiene sentido plantearse «cuánto», solo cabe una pregunta: «por qué». ¿Tan malo es el contenido que no vale nada? ¿Qué factores influyen en la decisión?

Motivos por los que no se paga una suscripción

Leo en el Laboratorio de Periodismo sobre un estudio con las razones por las que no se quiere pagar por una suscripción. Obviamente, tú sabes bien tus tuyos, pero siempre viene bien saber lo que opina el resto (aunque sea prensa en Holanda).

Los motivos por los que no se paga una suscripción a un periódico (y que pueden aplicarse a otro tipo de contenido) son:

  • Precio: puede ser que se perciba como caro si se ha de quitar de otros gastos o también que se tenga como referencia un precio de otro tipo de suscripción que ya se tiene activa (televisión de pago, por ejemplo).
  • Gratis: muy relacionado con lo anterior, hay mucho contenido gratuito y, aunque algunas veces sea con un nivel de profundidad interior, ya se considera suficiente.
  • Compromiso: tres submotivos posibles, a cuál más interesante. Uno que implica vincularse a largo plazo (¡y acordarse de darse de baja!), dos que sea con un medio concreto (¿cómo elegir a qué blog suscribirse?) y tres que también te hace invertir tiempo y energía en consumir su contenido (como ir al gimnasio).

Son razones que sirven también con un blog, newsletter o podcast porque todo es contenido, aunque lo produzca una persona en su tiempo libre y no con un medio detrás.

De hecho, a veces alguien se hace esas preguntas y hace una encuesta. Suele empezar con una duda tipo «me estoy planteando…» y acabar con «¿qué modelo de suscripción aceptarías?» y una lista de precios. No suelen preguntar por la pregunta que de verdad importa: ¿cómo tendría que ser el contenido para que quisieses pagar (o pagar más)?

Motivos por los que sí se paga una suscripción

El mismo estudio holandés apuntaba, también según el Laboratorio de Periodismo, qué razones llevarían a los participantes a querer darse de alta y pagar la suscripción a un diario. Repito que no se puede decir que sean datos representativos, pero sirven para incentivar el debate.

Los motivos por los que sí se pagaría una suscripción a un periódico (y que pueden aplicarse a otro tipo de contenido) son:

  • Precio: entre 3 y 5 euros al mes como máximo, y mejor si se puede compartir entre varios.
  • Flexibilidad: para superar el miedo al compromiso, una opción es el pago por uso.
  • Calidad: un servicio premium se asocia a mejores piezas, más largas o profundas, pero también a las gratuitas para elegir según el momento de consumo.

Sí, son casi las mismas razones por las que se decide no pagar, pero precisamente por eso me lo creo: son caras de la misma moneda. Lo ideal vendría a ser algo así como un precio ajustadito justificaría la inversión en un contenido mejor que el que ya hay gratuito, pero solo si se puede pagar de forma conveniente.

Esta visión no soluciona ni de lejos el dilema de elegir qué suscripción se prefiere (un contenido semanal difícilmente puede competir con Spotify o Netflix si no es muy especializado, léase profundo). Pero, al menos, sí pone un contexto a quienes están pensando en dar el salto al contenido de pago.

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