[Contenidos] Cómo encontrar tu momento para publicar

Hoy es festivo, así que a la clásica pregunta del pasado «¿cuál es el mejor momento para publicar?», se le añade el matiz de la no menos típica «¿debería publicar solo en días laborables?» (prima hermana del dilema veraniego). Hoy te sugiero que olvides las respuestas que hay conocerás a ambas cuestiones y que, simplemente, seas egoísta: ¡publica en tu mejor momento!

Yo lo hago: déjame que te lo cuente.

Al principio, publicaba aquí cuando encontraba tiempo para escribir lo que quería contar. No importaba ni cuánto ni cuándo. Entonces no existían las redes, así que no había la preocupación por «publicar cuando la gente esté conectada». ¡Qué libertad! Después, decidí (por mi cuenta y riesgo) que el lunes a las 10h era el mejor día y hora de la semana para enviar mi newsletter, así que se convirtió también en el día fijo para postear aquí, en este caso a las 8h.

Así llevo más de una década y no encuentro motivos para cambiar de días/horas. Son mis momentos.

Eso es lo que se ve, pero mi newsletter la escribo el fin de semana y, por tanto, también mi post de los lunes queda programado con antelación (en realidad, estas primeras líneas las estoy esbozando el miércoles al mediodía). ¿Debería darle al botón de publicar en cuanto termine? Pues no porque no lo terminaré hoy, pero también porque prefiero mantener la consistencia.

Escribo en el mejor momento para mí y también publico cuando creo que es el más adecuado porque elijo los temas según me convienen. Para eso me resulta imprescindible el calendario editorial, para saber cuándo me interesa hablar de cada aspecto de mi trabajo (o de las categorías de blog). Mi criterio suele seguir los proyectos que tengo previstos o en marcha, pero tú has de encontrar el tuyo porque cada negocio es diferente.

¿Cómo encontrar «tu momento» para publicar? Se me ocurren varias respuestas, según:

  • Tu audiencia: sigue su ritmo, no el estándar que marque no-sé-qué-estudio. Analiza lo que quiere e intenta dárselo. Prueba con diferentes frecuencias y horarios hasta dar con el que obtenga mejor respuesta para ti.
  • Tus recursos: si tu competencia está dándolo todo a todas horas, no hace falta que la imites dejándote una piel que podrías aprovechar para otras tareas más rentables. Si has de elegir entre facturar o postear, está claro cuál importa más.
  • Tu horario: pon límites para intentar que quede todo dentro de tu jornada, no fuera. Programa, dosifica, sé consistente, pero no te obsesiones porque la recomendación sea a las 20h de un sábado (es la mía en Instagram desde hace meses).
  • Tu calendario: si lo usas bien, no podrás vivir sin él. Si te lo saltas constantemente, es que no lo has preparado a conciencia. Dedica tiempo a llenarlo con lo que te conviene, a ti y a tu audiencia, no lo que dicen que has de hacer.
  • Tu estado mental: pasamos por diferentes momentos en la vida y hay que escuchar al propio cuerpo. Y parar si hace falta. No importa si estás un tiempo sin publicar: te esperarán los que importan. Al resto: ¡adiós!

Dejar reposar los contenidos y no publicar «porque toca» debería ser obligado. El slow content no gusta a quien tiene prisa, pero sí a quien la experiencia le ha confirmado que es la mejor forma de asegurar la calidad de una pieza. Así se puede crear el mejor contenido (sí, también pensando en el algoritmo), no lo que sea que te ha permitido el tiempo. Esto tampoco es bueno.

Por si te lo estabas preguntando, dejé el post aparcado a medio escribir y lo estoy rematando ahora, domingo por la tarde. Sigo.

Los algoritmos están ahí, ejerciendo su propia tiranía: Google para los blogs y cada red social con sus respectivos usuarios. Existe la opción de darles la espalda, pero hay que ser realista: dependemos de ellos para tener algo de visibilidad. Así que lo fácil es caer bajo su dominio («todo el mundo está aquí»), lo difícil es salir de él («voy a buscar nuevos canales que sean míos»).

Te animo a encontrar un equilibrio en el que ganes tú tanto (¡o más!) como el algoritmo. Te reto a que publiques según tu momento. Escúchate y decide sin la calculadora delante. Hazlo con un ojo en la optimización, pero sin depender demasiado. Dedica tiempo a la promoción, por supuesto, pero no te olvides de disfrutar del proceso de creación. Si te obsesionas con algo, que sea con sentir orgullo de todo lo que has publicado, no con un número que le da ventaja a otra empresa.

¿Cómo decides en qué momento has de publicar tus contenidos? Compartir en X

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Televisión
Nuevo cambio en el dial de Movistar+… ¿y qué? Pues nada en especial, solo que resulta curioso que sigan teniendo que mover los canales. Sí, hay más, pero el problema es la falta de previsión por no querer dejar huecos. En realidad, a mí el salto de numeritos siempre me ha parecido bueno para las plataformas porque parece que te estás perdiendo algo si no los ves todos seguidos. Así que, cuanto más grande sea el total de canales saltados, más interés en saber qué paquete debería tener para verlos. Ahora dicen que agrupan por formatos/temas los canales. Suerte que no tocan la lista de favoritos.

Cine
Hay titulares que ya se sabe que van a provocar comentarios, quizá porque de fan a troll hay un paso. Al leer los de este post de Espinof no puedo evitar reírme porque el título promete, pero es otro ejemplo más de que algunas listas son imposibles de justificar. Metapelículas, vale; secuelas, también; pero, ¿secuelas metapelículas? ¡Venga ya! Yo misma podría haber escrito este comentario quejándome porque, como se suele decir, me representa. Algo falla porque seguramente el cine es uno de los sectores que más noticias puede dar, vamos que no hace falta inventarse nada tan enrevesado para ganar visitas.

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Siempre es interesante ver anuncios premiados, esta vez son los del Día C 2022 del Club de Creativos. Algunos los conocía, otros no, por eso me he acordado de los de la Super Bowl de este año: algunos sigo sin haberlos visto (y fue en febrero). Las marcas pueden presumir de lo que ganan, pero en realidad son las agencias quienes más fardan de lo que consiguen sus ideas en su mundillo. Así que entiendo a Pepsi, le veo sentido a que se retire después de tantos años detrás del espectáculo del descanso. Nos ha dejado grandes campañas, pero seguro que nos dejará otras allá donde reconduzca su inversión.

Internet
Recibo un par de newsletters cada semana dedicadas a recopilar novedades de redes sociales (solo nuevas funcionalidades y rumores de lo que está por venir). Es lógico que se repitan, al fin y cabo tienen las mismas fuentes, pero confieso que más de una vez las he marcado como leídas sin abrirlas. ¿Por qué? Un poco de pereza porque suelen ser muuuchos datos, pero sobre todo rabia por saber algo que quizá no acaba cuajando. ¿No les saldría más a cuenta a las redes centrarse en un par de cosillas con futuro que en tantas que se caerán en el olvido? Ya, la gran pregunta: ¿cómo distinguirlas sin probarlas antes?

[Contenidos] Motivos por los que sí/no se paga una suscripción

¿Cuánto pagarías por tener acceso a estos posts? ¿O por leer mi newsletter? ¿O por contenido exclusivo en redes? Es la gran pregunta que ronda la creator economy. ¿En cuánto se valora el esfuerzo de crear un contenido? En realidad, antes viene otra, aún más importante: ¿pagarías? Si la mayoría de respuestas son «no», no tiene sentido plantearse «cuánto», solo cabe una pregunta: «por qué». ¿Tan malo es el contenido que no vale nada? ¿Qué factores influyen en la decisión?

Motivos por los que no se paga una suscripción

Leo en el Laboratorio de Periodismo sobre un estudio con las razones por las que no se quiere pagar por una suscripción. Obviamente, tú sabes bien tus tuyos, pero siempre viene bien saber lo que opina el resto (aunque sea prensa en Holanda).

Los motivos por los que no se paga una suscripción a un periódico (y que pueden aplicarse a otro tipo de contenido) son:

  • Precio: puede ser que se perciba como caro si se ha de quitar de otros gastos o también que se tenga como referencia un precio de otro tipo de suscripción que ya se tiene activa (televisión de pago, por ejemplo).
  • Gratis: muy relacionado con lo anterior, hay mucho contenido gratuito y, aunque algunas veces sea con un nivel de profundidad interior, ya se considera suficiente.
  • Compromiso: tres submotivos posibles, a cuál más interesante. Uno que implica vincularse a largo plazo (¡y acordarse de darse de baja!), dos que sea con un medio concreto (¿cómo elegir a qué blog suscribirse?) y tres que también te hace invertir tiempo y energía en consumir su contenido (como ir al gimnasio).

Son razones que sirven también con un blog, newsletter o podcast porque todo es contenido, aunque lo produzca una persona en su tiempo libre y no con un medio detrás.

De hecho, a veces alguien se hace esas preguntas y hace una encuesta. Suele empezar con una duda tipo «me estoy planteando…» y acabar con «¿qué modelo de suscripción aceptarías?» y una lista de precios. No suelen preguntar por la pregunta que de verdad importa: ¿cómo tendría que ser el contenido para que quisieses pagar (o pagar más)?

Motivos por los que sí se paga una suscripción

El mismo estudio holandés apuntaba, también según el Laboratorio de Periodismo, qué razones llevarían a los participantes a querer darse de alta y pagar la suscripción a un diario. Repito que no se puede decir que sean datos representativos, pero sirven para incentivar el debate.

Los motivos por los que sí se pagaría una suscripción a un periódico (y que pueden aplicarse a otro tipo de contenido) son:

  • Precio: entre 3 y 5 euros al mes como máximo, y mejor si se puede compartir entre varios.
  • Flexibilidad: para superar el miedo al compromiso, una opción es el pago por uso.
  • Calidad: un servicio premium se asocia a mejores piezas, más largas o profundas, pero también a las gratuitas para elegir según el momento de consumo.

Sí, son casi las mismas razones por las que se decide no pagar, pero precisamente por eso me lo creo: son caras de la misma moneda. Lo ideal vendría a ser algo así como un precio ajustadito justificaría la inversión en un contenido mejor que el que ya hay gratuito, pero solo si se puede pagar de forma conveniente.

Esta visión no soluciona ni de lejos el dilema de elegir qué suscripción se prefiere (un contenido semanal difícilmente puede competir con Spotify o Netflix si no es muy especializado, léase profundo). Pero, al menos, sí pone un contexto a quienes están pensando en dar el salto al contenido de pago.

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Televisión
Es época de renovar o cancelar series. Te dejo la lista, aunque puede ocurrirte como a mí y descubrir series que tienen buena pinta, pero que aún no se han estrenado aquí. Surge entonces la típica duda: ¿la veo si la van a cancelar? ¿La busco sabiendo que no termina ahí? Claro que también incluyen series que han conseguido el aprobado para su lanzamiento. ¿Cuándo llegarán? Eso ya es otro tema, así que puede repetirse otra duda típica: ¿la busco para adelantarme o me espero a que alguien la emita? Quizá lo mejor es no hacer caso de la lista y simplemente disfrutar de cada capítulo de las que ya estás viendo.

Cine
Aprovechando el artículo de Espinof sobre malos dobladores, me da por analizar mi propio comportamiento y diría que hay tantos momentos en los que he pensado «mejor verla en versión original» como los contrarios «prefiero la voz doblada». Mi conclusión es que la segunda opción es perfecta para pelis antiguas, cuando ya las he visto tantas veces que, en mi cabeza, el doblador es el actor. Cuando son pelis más recientes, es más fácil reconocer su voz. Interpretación, traducción, doblaje, subtítulos… todo puede generar dudas porque hasta se puede desconfiar de la fidelidad al guion o al libro en el que se basa.

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Habré dicho, ya no sé cuántas veces, que los anuncios de cerveza siempre me parecen increíbles. Tanta alegría queda muy bien en pantalla, pero no me resulta creíble tanto buenrollito. Tienen suerte de que no soy su target. Pero sí lo soy de Donuts y tampoco me creo nada su última campaña «El círculo perfecto». Me parecía más fácil encontrarme algún refresco o botellín en todas esas aventuras vividas que un Donut. De hecho, casi lo estuve buscando porque me parecía que cualquier marca podría estar detrás de un flashback de este estilo. Fantástico título, fatal historia.

Internet
Marchando un nuevo estudio sobre cómo utilizamos las redes sociales. El de la IAB nos sirve para recordar que: 1/ cada generación es (ligeramente) diferente; 2/ hay modas que hacen subir y bajar a los favoritos, pero otros siguen estables; 3/ aunque para unos es trabajo, la mayoría las usa para entretenerse, por eso las cuentas más seguidas son las de contactos cercanos; 4/ el vídeo está por delante de los formatos, el streaming el último; 5/ casi equilibrio de preferencia entre contenido efímero (40%) y duradero (60%); y 6/ al 18% le mola la publi social (¡tantos!).

[Contenidos] Una estrategia para gobernarlas a todas

La semana pasada rescaté el apartado sobre qué tipo de contenidos necesitas de la «Guía práctica para la construcción de una estrategia de contenidos» propuesta por la BCMA Spain, pero ya avisé de que aprovecharía sus páginas para plantear un tema más complicado. Redoble de tambores: ¿es una estrategia de contenidos, de marketing de contenidos o de branded content?

Partamos de la base de que una estrategia de contenidos, en el sentido más amplio posible, cubre las dos anteriores (y más) y de que, como cualquier estrategia, tienen puntos comunes y algunos matices que las diferencian (entre sí y respecto a otras: hablo de ello en «Cultura del contenido«). Un ejemplo es el plan de empresa que puede servir de base para crear otros muchos documentos internos e incluye el germen de lo que será el storytelling de la marca.

Además, es difícil estandarizar entregables cuando cada negocio y cada estratega es diferente. Aunque ambos deberían preocuparse por la audiencia, los primeros se fijan en sus necesidades y los segundos en sus intereses, sobre todo cuanto es un perfil interno. Así que el resultado acaba siendo a gusto del consumidor tanto como del fabricante (léase empresa y persona responsable, respectivamente).

Por eso, por un lado, cualquier acercamiento a cómo hacer una estrategia de contenidos es válido, porque hay muchos puntos de vista posibles: unos valorarán más que tenga una auditoría previa, otros se centrarán en la medición y habrá quien se fije solo en la inversión que se propone para llevarla a cabo. Claro que habrá otros que ni incluirán esos apartados porque preferirán explicar la elección de canales, el estilo de los contenidos o su distribución en el mapa.

El estratega de contenidos es quien prepara el documento que ha de guiar las publicaciones de la empresa, por eso es quien elige qué apartados son los que ha de incluir. En su mente, tiene un gran índice con todas las posibilidades, es decir, todo lo que podría relacionarse con los contenidos y elige en cada situación qué detalle le interesa desarrollar según sea el objetivo. Una aclaración: la mente interna no piensa igual que la externa, así que tienen índices y prioridades diferentes.

Y, por otro lado, cuando se tomen decisiones, alguien ha de representar a la audiencia, no solo al negocio. El estratega investiga, crea perfiles y se mete en sus cabezas para identificar qué piezas resonarán en su interior y qué experiencias están buscando. Pensar únicamente en la marca es insuficiente para crear contenidos que funcionen (llámalo customer centricity si quieres, aunque es el marketing de contenidos «de toda la vida»).

Esta figura puede ser alguien de dentro de la empresa, aunque lógicamente yo creo que aporta más alguien de fuera porque trae aires nuevos y porque está más acostumbrado a ponerse diferentes sombreros para defender tanto a la marca como a su audiencia: sí, ¡a ambos! Esto es algo que sigue costando hacer desde dentro. La prueba es algo tan básico como hacer content curation: aunque los seguidores lo valoren, las marcas todavía son reticentes a nombrar a otras fuentes.

¿Es posible tener una estrategia para gobernarlas a todas? Compartir en X

Acabo volviendo a los tambores del principio: la propuesta de la BCMA Spain me parece que es de branded content, es decir, va bien para este enfoque porque identifica algunas partes de ese gran índice del estratega y asociarlas a ese tipo de contenidos, pero hay otros puntos de vista que no se incluyen. Por eso siempre hay que seguir pendientes de cualquier punto de vista, porque es muy difícil tener una estrategia para gobernarlas a todas (aunque sea de contenidos).

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