Mi calendario editorial parece estar diciéndome: «Pero, Eva, ¿otro post sobre libros en Sant Jordi? ¿Qué te queda por contar?». Muy listo. Sí, he escrito unos cuantos porque es una fecha especial para quienes escribimos (más si firmamos) y sí, algo me queda por contar para complementar el que ya publiqué con mis aprendizajes del primer año de autoedición.
Hace cinco años, «Diario de un libro» y «Estrategia de contenidos» eran mis únicas autopublicaciones, pero he sumado algunas más: la segunda edición de «Marketing de contenidos», «Pilares del contenido»y «Cultura del contenido». También he probado con algo más cortito como «Manual de Notion», así que en total son 6 títulos que he publicado por mi cuenta en Amazon.
¿Qué ha cambiado en estos 6 años? Todo y nada a la vez. Me explico mirando a los tres actores implicados en el proceso.
Las editoriales
Siempre se han considerado un filtro para elegir a los que la sociedad llama escritores. Ahora las editoriales intentan afinar más en sus elecciones, haciendo un poco más endogámicas sus temáticas, sobre todo las de empresa. Ir a lo seguro no siempre es sinónimo de éxito. Yo tuve un contrato editorial y lo perdí por la pandemia. Lo asumí y publiqué por mi cuenta porque podía.
Plataformas como Amazon (y otras) permiten a cualquiera publicar lo que quiera. Es gratis, así que parece muy democrático, pero ¡cómo no! tienen un algoritmo que se encarga de elegir quién va más arriba en los resultados. Además, también hay publicidad y fórmulas para ganar posiciones. Así que es una mezcla de las editoriales y tener un blog: no se vive solo de Google.
Amazon ha añadido unas cuantas funcionalidades en estos años, dando un poco más de margen a los autores para configurar su obra (¡cuánto han tardado en ofrecer tapa dura!) y autopromocionarse. Aunque, en realidad, son herencias de lo que se puede hacer con cualquier producto en su tienda. Solo se salva Kindle Flash y un par más de opciones específicas para libros.
Los autores
Sigo con el símil porque, cuando publiqué mi primer libro (en 2009), no éramos muchos los que teníamos blog. Así que no había tanto autor en potencia, es decir, alguien que quisiera contar su punto de vista y la capacidad para transmitirlo. Pero aparecieron nuevos canales, con menos texto y más velocidad. Algunos desaparecieron con la misma rapidez con la que llegaron, pero sí me quedó la sensación de que se valora menos el tiempo que implica crear y leer 50 o 100.000 palabras.
Quien sí le otorga valor es el creador: la creator economy busca rentabilizar el esfuerzo que supone dejar de hacer cualquier otra cosa para crear contenidos. En este sentido, un libro no parece encajar porque implica mucho más trabajo previo que las pequeñas dosis que quieren rentabilizar de forma recurrente (un blog, un podcast, una newsletter). Pero sí si se considera un proyecto paralelo a la jornada de un profesional que quiere conseguir ingresos pasivos cada mes (y no cada año).
Si la autopublicación nos pone etiqueta de segunda a los autores, la rentabilidad lo hace con los creadores. Están los que crean sin pensar en sacarse uno dinerito, los que empiezan ya pensando en el retorno y los que, con el tiempo, pasan del primer grupo al segundo. Así que todo gira alrededor del dinero porque la cultura es una industria, no lo olvides cuando la consumas.
Los lectores
Hablemos de ti porque, si he hilado bien los párrafos, estarás leyendo esto preguntándote si has cambiado o no en estos años. Ya te digo yo que sí. Los primeros años quizá no lo notaste tanto, pero está claro que los dos últimos todos hemos sufrido algún tipo de modificación en nuestro comportamiento. Te dejo unas cuantas preguntas para que reflexiones sobre tus hábitos.
¿Tienes más o menos tiempo para leer? ¿Cuántas veces vas a una librería y cuántas compras libros autoeditados? ¿Es comparable la suscripción a Amazon Prime con la de Amazon Kindle Unlimited? ¿Series y películas VS libros y revistas? ¿Eliges ambas si por el precio de la segunda tienes otra de la primera? ¿Kindle o Netflix? ¿Kindle o podcast/newsletter de pago?
Te animo a que hagas una lista de libros leídos, aunque sea en lo que llevamos de año para fijarte en la repetición de editoriales y autores. Seguramente lo que no haya cambiado sea la librería donde los compraste. Sí, ellas también juegan un papel en este mundillo, igual que las distribuidoras, pero quienes nos autopublicamos no solemos tener acceso a ellas.
Lo bueno es que esto ha cambiado un poco porque antes no ocurría, pero ahora puedes lograrlo si pagas un extra. Quizá tengamos que esperar unos cuantos años más para tener un acceso más directo a los lectores. Ayudaría que ellos se quejasen, es decir, fuesen a preguntar por libros autoeditados a librerías. Pero no me parece que pase muy a menudo.
Mi visión para los próximos años
Viendo el detalle, quizá sí han cambiado algunas cosas, pero la sensación general que tengo es que todo sigue igual. Así que los próximos libros que me gustaría publicar seguramente acaben en Amazon con el resto de mi colección. No niego que, en el fondo, me da pena salir del circuito editorial, pero prefiero sacarlos por mi cuenta que guardar las ideas en un cajón: se merecen llegar a quien las pueda aprovechar. A ti, si las quieres.