d+m, el blog de Eva Sanagustín

Hace ya tiempo que estoy rondando la idea de hacer una enciclopedia de la televisión en España (nombre aún provisional: Enciclopedia catódica). Fue uno de los motivos por lo que dejé otros proyectos, pero desde entonces me he ido encontrando con algunos motivos para no hacerla y que han frenado mi entusiasmo.

Los más importantes son: 1/ ¿por qué hacerlo si ya lo están intentando otros? (alrededor de la Wikipedia, en catalán y en forma de Wikiproyecto:Televisión de España) y 2/ ¿a alguien le interesará participar o me quedaré sola actualizando?

Mi ego me hace responder: 1/ porque ninguno es 100% lo que yo quiero hacer y 2/ si Homo Telespectator está bien posicionado, ¿por qué no su wiki? Pero mi razón me hace responder a las dos preguntas: es una pérdida de tiempo, concéntrate en otra cosa.

Así que, como decía el poeta, mi corazón y mi cabeza batallando proseguían… hasta hoy. Mis ánimos se han ido renovado al descubrir hace unos días TV IV, TVwiki y hoy la TeeVeePedia (vía Sonia Blanco).

Para convencerme a mi misma de que debo seguir con este proyecto personal, acabo de buscar lo mismo en los tres wikis («House» en TV IV, «House» en TVWiki y «House» en TeeVeePedia). Los tres resultados (diferentes claro) han sido la respuesta a la pregunta 1/: se puede enfocar un mismo tema de diferentes maneras, cada una bien válida y más o menos completa.

Para la pregunta 2/, necesito tu ayuda… ¿crees que es interesante/útil una enciclopedia de la televisión en España? Algo inspirado en la genial Encyclopedia of Television, pero con datos de España. De momento sólo tengo el índice.

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En la revista Kane 3 de febrero (¡ya casi estoy al día!) Nacho Cabana dedica su columna a descubrir «¿Por qué las series americanas son mejores que las españolas?». Merece la pena leerlo, al menos, para hacernos idea de cómo funciona la tele más allá del charco. Nacho plantea los siguientes motivos, más allá del presupuesto.

Tamaño del mercado. La población de los USA es mucho mayor que la de España por lo que aunque una serie tenga un bajo rating (porcentaje respecto al total de la población) suponen muchos millones.

Esto hace que las cadenas no pretendan llegar a toda la población de golpe, sino que hacen diferentes producciones para cada tipo de público. Aquí, en cambio, tenemos a los guionistas estresados por intentar meter a representaciones de toda la sociedad en la misma serie. Por eso también muchas series se parecen tanto, porque van dirigidas al mismo público.

Cortes publicitarios. Una serie de 45 minutos en USA se interrumpe tres o cuatro veces con tres o cuatro minutos de anuncios. Los cortes coinciden con la trama de manera que los guionistas ya escriben pensando en dónde habrá un parón. Como habrás sufrido incontables veces, en España la publicidad es imprevisible. Cortan al empezar o a medio diálogo, 20 segundos o 15 minutos. Así, una serie no sabes ni cuándo empieza ni cuando acaba.

Prime time. En España el prime time de las series empieza a las 22h (aunque laSexta está intentando cambiarlo) y acaba a las 24h. En esas dos horas sólo hay espacio para 1 serie, por lo que si no funciona bien, los datos de la cadena bajan en picado. En los USA el prime time es de 20.30h a 23.30h por lo que entran más de un espacio y para más de un público.

Duración de las series. Las series estadounidenses son más cortas: 50 minutos los dramas y 22 las sitcoms. Esto supone menos tramas y personajes pero mejor desarrollados. Aquí, no sólo son más largas, sino que yo no recuerdo ninguna serie de media hora.

Cabana acaba con el deseo que el nuevo panorama televisivo español corrija estas situaciones. Yo acabo diciendo que cada vez veo menos series españolas… por algo será. Prefiero ver dos «House» y «Sin rastro» que «El comisario». La una al lado de las otras… no hay color.

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Fidelizar es uno de los objetivos de cualquier marca. Pero cuando el top of mind lo tiene la competencia, el objetivo de la publicidad es entonces convencer al consumidor de que sea infiel a su marca habitual. Se me ocurren dos ejemplos de este tipo de publicidad a raiz de la actual campaña de Nordic Mist.

Burger King VS McDonald’s. Arturo nos mostraba hace unas semanas la genial idea de Burger King: poner a Ronald McDonald de incógnito en la cola de una de sus tiendas. Con el símbolo de la competencia consumiendo sus productos, Burger King nos hace creer que hasta él, icono de iconos, prefiere el fast food de su competencia.

Pepsi VS Coca-Cola. Hace ya unos años que Pepsi puso a dos repartidores de refrescos frente a la barra de un bar, uno de Coca-Cola y uno de Pepsi. Éste le hacía probar a su compañero su refresco. Aquí la infidelidad es menos descarada, pero caer en la tentación es una forma de infidelidad.

Nordic Mist VS Schweppes. ¿La tónica? ¡Schweppes! Nordic Mist es la apuesta de Coca-Cola por hacerse un hueco en este mercado tan claramente dominado por Schweppes. En la anterior campaña creo recordar que usaban algo tipo «¿Por qué no probarla?». Ahora, también en un bar y con un barman como demonio tentador, apelan directamente a la infidelidad: «Sé infiel».

El barman le cuenta al cliente la historia de un hombre que juega a las «cocinitas» con su amante cuando su mujer les interrumpe. Ésta parece que les vaya a echar la bronca, pero al final también se llena las manos de harina. Y es que «una infidelidad te puede salir bien».

Así que cuando le va a retirar la Nordic, el cliente se la queda y la prueba, por si acaso. Esta vez el barman se lleva su comisión.

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La publicidad, en su afán por vender, nos da siempre una idea idealizada de sus productos. Son «inventos» para mejorar nuestra vida, hacerla más fácil, más divertida, más agradable… en definitiva, mejor de la quien no tenga el producto en cuestión. Pero también la publicidad vende productos que no existen.

No me refiero a vendernos características falsas del producto, sino, directamente, un producto que no existe en el mercado, algo que se inventan los creativos para vender el verdadero producto. Mejor un ejemplo práctico: el nuevo spot de Zurich.

Bajo el slogan «because things happenz» vemos un navegador de coche que tiene en cuenta la posición de los otros coches para conducir y evitar accidentes. ¿Cómo es que no se ha inventado ya un GPS así? En realidad sería el final de las aseguradoras, por lo que a Zurich y similares no les iría muy bien que se inventase, aunque ellos digan que tienen un «nuevo concepto de seguro».

Y, ¿qué me dices de una tienda que cambia de producto cada 4 horas? Entras por la mañana y es una cafetería, por la tarde una boutique y por la noche un bar de copas. ¿No es un genial invento para que las tiendas no se queden sin clientes? No sé si a las aseguradoras les importa qué tienda aseguran, pero para los empresarios sería ideal.

Estas dos ideas, que me parecen geniales, no existen. En realidad, tampoco tengo claro que sirvan para vender un producto que sí existe. Las dos son fruto de la imaginación desbordada de algún creativo que quizá debería hacerse «algo innovador» (no se me ocurre el oficio adecuado) para inventar la tecnología necesaria para que se hagan posible cosas como estas.

Como mínimo, yo patentaría la idea. Quizá en el futuro también sea posible recoger una casa con un click, como pasa en un anuncio de coches.

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Uno de los grandes estrenos de laSexta, por ser gran estrella más que por ser gran programa, es «El intermedio». Parece un latenight, pero no lo es. Podría ser un magazine, pero tampoco lo es. ¿Qué es? Un programa a medida de Wyoming.

Empezó con un monólogo con cierta gracia y ¡pidiendo un ballet porque en televisión «calidad» y «ballet» van siempre juntos! ¿Y a cambio de qué? De gastar menos en el Mundial. Buen apunte: les ha costado una pasta, pero de momento no parece que hayan descuidado el resto. Tiene gracia empezar criticando a tus jefes… aunque sea suavemente, se agradece.

Wyoming tuvo a Vicente Molina Foix (crítico de El País) en una sala para, cada vez que volvían de publicidad, preguntarle por cómo veía el programa. Me gustaría ver qué escribe realmente en su columna (ayer nada, hoy aún no lo sé). Uno de los comentarios de este crítico fue que los programas hoy en día siempre tenían misterio porque nunca sabías cuánto iban a durar. ¡Qué gran verdad!

Pero nueno, como dijo el propio Wyoming, a ellos aún no se les mide la audiencia así que pueden ir tirando durante algún tiempo. Por cierto que ha de ser muy duro hacer un programa «a ciegas» sin saber qué está pasando al otro lado. Tendrán que confiar en lo que la prensa diga de ellos. Quizá por eso sacaron a Yolanda Ramos con recortes de diarios para ver qué había dicho la crítica de su estreno. Wyoming soltó ahí un apunte gracioso: «porque no tenemos, sino te diría que te quedan dos telediarios».

Ojalá hubiese sido siempre igual de ingenioso porque el programa le quedó un poco soso. Se echó en falta un poco más de mala leche, más crítica para decirlo finamente. Quizá irá afilando colmillos y sus chicas (que ni siquiera hacían de florero) limando sus uñas.

A la pregunta de Molina Foix que de dónde venía el título del programa, Wyoming respondió que porque su programa habla de los medios y aclaró que no tenía que ver con los cortes publicitarios. La verdad es que quedaba muy bien el nombre de programa cada vez que iban a publicidad, muy apropiado.

Pero oyendo esa explicación, pensé en el nombre de este blog. Yo también hablo de medios o lo pretendo… si fuera un programa de televisión, ¿sería «El intermedio»?

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