Existe una ley que, en teoria, ha de evitar la contraprogramación. Es esa que las cadenas se saltan cuando quieren y creen que la multa que han de pagar les compensa más que si pierden unos puntos de share.
Pues bien, esa ley que dice que la programación se ha de anunciar con 11 días de antelación y que se ha de cumplir… o pagas una multa. Pero hecha la ley, hecha la trampa. Así que si la justificación para saltársela es la actualidad. Cuando hay una última noticia nos podemos saltar la ley como queramos. Todos lo recordamos con el 11S y con el 11M. Y estos días, la noticia es el Papa.
Pasearse por un kiosko es como hacer zapping por los noticiaros españoles y, supongo, de medio mundo. Titulares que escapan a mi entendimiento, ¿cómo se pueden permitir? No quiero entrar en temas religiosos, sólo dejar constancia de la dedicación de los medios a esta noticia. Conexiones para poder dar en directo la noticia, a la espera de que pase algo, los telediarios duran 1 hora y programas como «Salsa rosa» se dedican a ello en vez de sus telebasuradas habituales.
Estos momentos históricos que vivimos también me han pensar en un programa de televisión que se dedicaba a grabar entrevistas a personajes famosos para emitirlas cuando estas personas muriesen. Existen memorias o libros póstumos (¿no fue Katherine Hepburn quien sólo permitió que se publicase su libro biográfico después de su muerte?) y entrevistas póstumas.
¿Tan «vendible» es la muerte? ¿Tanta audiencia puede generar la noticia de una muerte famosa?
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