[Contenidos] De la versión final a la terminada hay un trecho

Cuando escribes contenidos, la teoría dice que tu labor termina al poner el último punto. Después de recoger feedback y autoeditarte para que no hay ningún error, mandas el archivo como versión final y se acabó. La pieza pasa por diseño para maquetación y ahí quien lo ha escrito no tiene ni voz ni voto. Cuando termina esa etapa del proceso, entonces es cuando se cocina la revisión final o la batalla entre redactores y diseñadores.

Lo primero en lo que hay que fijarse es en las mayúsculas de los títulos y subtítulos porque a la gente de diseño le encanta ponerlas a su antojo. A mí no me parece que así quede más legible, ni más estético ni ninguna de las razones que me han dado varios profesionales para hacer esos cambios. ¿Ponemos «Nuestros Servicios» o «Nuestros servicios»? Solución: «Servicios».

Igual de importante es que los nombres de las marcas estén perfectos. Para los externos esto no es tan evidente, pero para el cliente que lleva años escribiendo y leyendo «su nombre» es lo primero que ve. Relacionado con lo anterior, puede ser que haya que poner alguna mayúscula o quizá el nombre completo en lugar de lo que para el populacho es habitual. Con un «Remplazar todos» se arregla, pero suele pasar que al escribirlo a manita no lo tengan en cuenta.

Las frases que tanto cuidamos al escribir para que sean una unidad con sentido pueden sufrir cambios que solo entienden en diseño. ¿Separar párrafos para que las columnas sean iguales? O, peor aún, ¿para que cuadre el fin de la línea con el tamaño de la imagen? Esto sí es una batalla que muchas veces perdemos porque de un vistazo queda mejor, pero no tanto al leerlo. Entonces es cuando te das cuenta de qué es más importante para el cliente que acepta esa modificación.

Vamos entrando al detalle y resulta que muchas veces las negritas y cursivas desaparecen. Un error al seleccionar la primera o última letra es típico de no repasar la maqueta, pero ¿por qué quitarlas todas? ¿Pereza? No puede ser la creencia de que no sirven para nada porque está más que claro que unas facilitan la lectura y las otras cumplen con el estilo de la empresa.

Por suerte, la inserción de enlaces suele respetarse, SEO mediante, pero igualmente hay que revisar que van a las páginas correctas porque también pueden equivocarse ahí y repetir dos veces el https:// o incluso no poner el www y que falle la URL. Tardamos el mismo tiempo en comprobarlo, ¿por qué solo se fijan en lo bien que queda el estilo que le han aplicado al link?

Fácil: porque ya hay alguien que se fijará en ese y otros detalles de control de calidad, como que los puntos al final de frase estén bien copipasteados y no falte ninguno ni estén duplicados. ¿Es responsabilidad de quién lo ha escrito o de quién lo maqueta? ¿Hace falta un perfil diferente que ponga paz entre ambos?

No, no cuando se trata con profesionales con los que no hay que debatir nada porque entienden qué es un texto validado por el cliente al que no hay que cambiar ni una coma porque también se ha hecho una revisión lingüística. A todos los demás, mejor tenerlos bien lejos para no sufrir sus quejas sobre la dificultad de incluir todas las palabras de un texto en su idea.

Media News S10 A24

Cine
Este fin de semana se entregan los Oscars, lo que significa que ya deberías tener tu quiniela hecha porque podría decirse que ya se saben los ganadores. Si no tienes ni idea de las nominaciones, estás un poco como yo, aunque me parece que, vistos varios premios anteriores, no habrá grandes dudas de quién se lleva la estatuilla. La pregunta que me hago muchas veces es qué hubiese ocurrido de no competir con ESA peli que sabes que va a ganar. ¿Y si se hubiese estrenado otro año? Igual que hay algún premio que nomina a varias personas de la misma serie, ¿cómo sería que solo se pudiese nominar a una categoría?

Televisión
Pasar cierto tiempo por las redes te asegura encontrarte con alguna noticia relacionada con la actualidad televisiva. ¡Menos mal que todavía sirven para eso! Pero como también sirven para recuperar clips del pasado e inventarse nuevos que nunca han pasado, al leer una noticia pueden entrar dudas de su veracidad. Es lo que me ha pasado con esta sobre el programa «Atrapa un millón»… pensaba que ya no se emitía. Vi el titular y el clip, pero no me acababa de creer que era algo que había pasado hacía poco, aunque así parece ser. Supongo que también influyó que lo noticiable me sonase igual de antiguo que el concurso.

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Hubo un tiempo en el que el televisor tenía que calentarse un par de segundos para poder dar buena imagen. Cosas de la era de los tubos catódicos. Después vinieron las smart TV y puede que les acabe constando conectarse y arrancar todas las apps instaladas, como ocurre con los ordenadores que ya no son tan nuevos. ¿Y los televisores qué tienen que ver con la publi? Pues que ahora hay que dejarlos encendidos e irse para evitar el anuncio que te sale antes del menú. Ya no es suficiente con tener un carrusel que mezcla anuncios con promos ni que no puedas saltar el que sale antes de la serie. ¡Siguen inventándose formatos!

Internet
Las empresas que incorporan la IA entre sus funcionalidades parecen debatirse entre el «no tendrás que hacer nada» y el «seguirás teniendo el control de todo» para comunicarlas. Me parece que refleja muy bien lo que nos ocurre a los usuarios: encantados, horrorizados y todos los porcentajes que salen al mezclar esas sensaciones. Es interesante ver por dónde va posicionándose cada empresa porque todavía no hemos llegado al momento crucial de reposicionar o incluso hacer el típico rediseño de la web en el que se aprovecha para cambiar algunos mensajes. Todavía es pronto, queda mucho por recorrer.

[Contenidos] Externalizar sin perder la voz de la marca

Reconocer a una marca sin fijarse en su identidad visual es posible, aunque difícil si no ha desarrollado una identidad verbal. Entran en juego también la coherencia y la consistencia, es decir, ser fiel a lo que representa la marca a lo largo del tiempo. Así que algo puede sonarnos a alguien por lo que dice y cómo lo dice, pero, si un día cambia, se instala la duda y dejamos de percibir igual a esa marca (léase que lo hacen los fans, al resto del mundo seguramente le da bastante igual).

Quizá el cambio es deseado porque se quiere reenfocar la marca, pero un miedo habitual de las empresas es que se produzca porque se externaliza alguna tarea relacionada con los contenidos. Esta es una conversación que he oído más de una vez:

  • X: «¿Qué te parece si cambiamos de agencia? Hay algunas cosas que no me convencen de su forma de trabajar»
  • Y: «No, mejor no cambiar que ya nos tiene pillado el tono y vete a saber cómo lo haría otra agencia»

¿Te suena? Seguro que sí: es aquello de «más vale malo conocido que bueno por conocer» adaptado al mundillo de las agencias. Es totalmente cierto que a fuerza de trabajar con una marca es mucho más fácil crearle contenidos porque llega un momento en que se ha interiorizado su identidad, sobre todo si los encargos son frecuentes. Pero también lo es que una nueva podría hacerlo igual de bien si se le diese la herramienta para hacerlo: una guía de estilo.

Si hay un documento que traza las líneas maestras de cómo han de hacerse (o no) los diseños y los copys, ¿dónde está el miedo a que lo haga otra persona? El problema es que no existe la guía de estilo para la identidad verbal porque solo cubre la visual. Grave error. Así, todo el peso de los contenidos se queda dentro de la empresa y no se puede permitir externalizar.

Por ejemplo: la tipografía corporativa es X, la agencia actual ya lo sabe porque lleva tiempo usándola, pero la nueva lo sabrá si se lo dices y se la das. Es lo básico para ajustar la voz, lo mismo que el logo o cualquier rasgo de identidad visual. Ahora bien, el tono hay que afinarlo y quizá cuesta un poco más si no das ejemplos de aplicaciones gráficas o de campañas previas, función que cumple perfectamente el briefing. ¡Y lo mismo ocurre con el texto!

Da igual si es porque llega una persona nueva al departamento, se contrata a alguien externo para agilizar alguna tarea o se busca una nueva agencia: tener una guía de estilo es la única forma de ser consistente. Dedicar un tiempo a crear este documento (o invertir en que te lo hagan) sirve para distribuir mejor los contenidos y asegurarte de que los hace el mejor equipo (y no tiene por qué ser el de siempre).

La guía de estilo es un pilar de los contenidos y por eso le dedico un capítulo entero en mi libro.

Media News S09 A24

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No soy de comer helados, en ninguna época del año. Me ha de apetecer mucho para comprarme uno. Así que definitivamente no soy el target de la campaña «Find your summer» de Magnum. La idea me gusta porque eso de buscar un rayito de Sol sí lo hago en invierno, pero por muy plástico que quede visualmente el blanco y negro, hubiese preferido ver esa pizquita de luz sobre un cielo azul. Es una propuesta de esas que llaman mi atención porque no venden literalmente una marca, más bien un concepto que podría haber propuesto cualquier otra marca de helados… aunque quizá sin el estilo frac que tanto le pega a esta.

Cine
Tenía ciertas esperanzas puestas en «Silent night«, pero no las ha acabado de cumplir. La idea de hacer una película sin diálogos (aunque con el recurso de la radio y mensajes al móvil) me parece interesante, también la de recuperar a John Woo después de tanto tiempo sin ver nada suyo. Pero ya digo que el resultado no es tan bueno como esperaba. Le cuesta arrancar, se hace lenta y hasta repetitiva en algunas escenas. La acción parece casi de videojuego y antes este director no era así. Mi sensación al final es que la historia vale para ser un corto resultón, nada más. Quizá es que ya hay demasiados padres vengativos en el cine.

Televisión
Lo de «Operación Triunfo» en Amazon Prime parece que da para un caso de estudio. Lo cierto es que no he visto ni un segundo de la primera temporada en esta plataforma, ni por redes como me pasa con otros programas de cadenas en abierto, así que no puedo decir qué me parece… claro que tampoco vi ninguna de sus versiones en otras cadenas porque este tipo de concursos no es que me interesen. Aun así, viendo los números, puedo reconocer que les ha funcionado bien, siempre que te fíes de los datos que dan en las plataformas de streaming. Quizá sirva de buen principio para en el futuro hacer más directos.

Internet
Interesante reflexión la de Antonio Cambronero sobre los blogs. El título del post dice ya mucho: «Introspección«. Comparto mucho de lo que explica y seguro que muchos más de la vieja guardia también (mi blog tiene cuatro años menos que el suyo). Me identifico mucho con la sensación de que las redes me preocupan lo justo para equilibrar mi vida profesional con la personal, vamos que diría que no sufriría si las cerrase más allá de la típica primera ansiedad. Otra cosa sería este blog (o mi newsletter) aunque sí, algunas veces pienso en buscar ese rayito de Sol del principio y termino aquí sentada.

[Contenidos] Batching content, no sin mi plan de contenidos

Del informe «Social Media en Grandes Marcas 2024» de Marketing Paradise (descarga a cambio del correo) me quedo con un dato: el 26% no improvisa nada de lo que publica. Su conclusión, viendo que sumando la siguiente respuesta (hasta un 15%) se llega al 58%, es que «el plan de contenidos sigue mandando».

¿Tú tienes uno? No es una pregunta que parece hayan hecho a las empresas encuestadas, pero al menos en mi experiencia y por datos anteriores, entre los entregables relacionados con la estrategia de contenidos, el plan suele ser el documento más utilizado. Sirve en el día a día más que el calendario editorial y no necesita tantos recursos como otros.

Algunos lo ven viejuno, algo que acabará por no usar nadie porque nos dirigimos a otro tipo de redes sociales. Yo creo que es perfectamente compatible con improvisar y tener libertad creativa. El plan de contenidos puede ser flexible para combinar lo atemporal con la actualidad. Se pueden dejar huecos para publicar lo que nos salga del alma ese día y, si no hay nada que nos interese compartir, pues nada. No es un problema corporativo, aunque sí, el algoritmo puede quejarse un poquitín.

Batching content

Pongamos que haces un plan de contenidos para un mes. Suena mucho si medimos el tiempo tal cual se vive en redes, pero no es nada en la historia de una empresa y tienes otras muchas tareas que hacer. Yendo al día a día, dedicarás unas horas a preparar las piezas y otro par para programarlas. Quizá solo una parte, quizá todas de un tirón, pero así ahorras tiempo. El batching content tiene esa ventaja, pero también puedes acabar repitiendo demasiado y alejándote de «lo que se lleva».

Llenar la nevera es bueno y muy práctico, aunque cuanto más fresco mejor, ¿no? Pues toca ir más a la tienda, es decir, pasar de una visita para cargar para todo el mes a ir más veces a por ideas fresquitas… y guardar un poco de tiempo para cocinarlas todas. Así, en lugar de dedicar un día a preparar un mes de contenidos, inviertes media mañana en organizar la semana. Incluso puedes acabar dedicándoles varios días seguidos un ratín. Sigue siendo un plan de contenidos porque necesitas tener una visión más global y a medio plazo, pero más basado en la actualidad.

Claro que ya he dicho que tienes muchas otras tareas que hacer, así que llegamos al momento de la verdad: los recursos que se dedican a los contenidos. La mitad de las grandes marcas del informe (50,7%) dicen que las redes sociales las trabaja un equipo dentro de la propia empresa. El 29% dice que su presupuesto orgánico para este año llega hasta 30.000 (el segundo es el 20,3% y corresponde a más de 100.000) y que el 44,9% dedica el 15% del presu de medios pagados a promocionar el orgánico.

¿Y tú? ¿Hay una persona en el departamento de contenidos o hay tres o cuatro? ¿Tienes un presupuesto asignado para crear o promocionar los contenidos? Según tus respuestas, valora cuánto necesitas un plan de contenidos en tu vida.

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