Cine
El titular de EspinOf viene a ser una sensación compartida: «Sony seguirá haciendo lo mismo mientras el público responda en taquilla». Se refiere a un par de secuelas, pero podría aplicarse a otros géneros y estudios. La taquilla manda, como los audímetros en televisión. Y hasta que no sea evidente que falla la millonésima versión de la misma historia, no se cambiará. Es algo bueno para ti si te gustan, malo si ya te has cansado de ver a los mismos hacer lo mismo o demasiado parecido. El riesgo está en las productoras que apuestan por traer lo que gusta a una minoría con la esperanza de que llegue a ser mayoría.
Televisión
Teles en los bares, ¡qué gran tema! Fíjate cómo ha cambiado. Antes de que estos aparatos reuniesen a los fans de los deportes dominicales, estaba la radio. También había prensa en el mostrador y se podía ver a alguien leyéndola en las mesas. Mucho después, se compraron suscripciones a partidos para que el pueblo tuviese su opio y consumiese entre grito de gol, «uys» y quejas del arbitraje. El resto del tiempo, informativos o videoclips como si fuese hilo musical. Ahora, sí, algunos todavía se congregan en las grandes finales, pero es más fácil ver a varios niños pegados a los móviles porque son su tele portátil.
Internet
A poco que busques, seguro que encuentras algún estudio con datos que te da respuesta a cualquier pregunta. Entonces, tienes dos opciones: 1/ Quedarte con la primera como si fuese la verdad única o 2/ seguir buscando hasta que des con la que confirma lo que ya sabías antes siquiera de plantearte preguntarle a Google. La primera es para quien no quiere complicarse la vida y confía en los demás; la segunda para quien necesita reafirmar sus creencias. La diversión está en, a la hora de leer lo que escriben estos dos tipos de personas, llegar a entrever quién ha pasado de la primera página y quien ni ha buscado.
Publicidad
A quienes nos gusta la publi, nos gustan tanto los anuncios complicados como los sencillos. Entre los primeros están las grandes producciones que alimentan a un montón de profesionales y los segundos suelen estar hechos con menos recursos y un estudio más modesto. Ambos pueden ser efectivos y presentarse a premios o ser un desastre y ganar el despido del equipo, según la idea que haya detrás. Un ejemplo de campañas que dicen mucho con poco es la de Bristar porque se basa en una imagen (lo reconozco, es mejor que el texto); uno de las que necesitan más de la cuenta sería casi cualquiera de la Super Bowl.