Publicidad
Con el año nuevo vienen los nuevos precios. Todo sube, ya lo sabemos porque lo vemos al comprar y en las noticias nos lo recuerdan para que se nos atragante aún más la comida o la cena. Lo que ya es un poco más raro es que nos demos cuenta de ello por la publicidad. Y no me refiero a que suba el precio de los coches que es más difícil de ver para los que contamos los miles de euros pensando aún en pesetas. Se ha hecho evidente en algo tan sencillo como en el café diario: ahora la taza de Nescafé ya no cuesta 5 céntimos, si no 6. Eso dicen en el último anuncios suyo. No que sea 1 céntimo más caro, no. Solo dicen que vale 6, supongo que creyendo que no nos acordaríamos o sin darle ningún tipo de importancia al cambio. ¿Cuántas tazas puedes hacerte con un bote de Nescafé? Pues eso es lo que han subido el precio.
Televisión
Eso del salvamiento en el último minuto, literalmente, es algo que hacía tiempo no veía. Para no soltar spoilers, no diré en qué serie ha sido pero dejémoslo en que se ha emitido este año. Así que, por un momento, pensé que el actor se había despedido o lo habían quitado del guión. Antes (o en algunas series que aún veo traducidas) se podía pensar eso de que si aún se está haciendo allí es que aquí no le va a pasar nada porque llevábamos mínimo una temporada de retraso (¡las de «CSI Las Vegas» que nos faltan!). Pero ya no es tanto tiempo, algunas series afortunadas tardan poco en verse. Entonces, digo yo, ¿por qué poner uno de esos horribles cartelitos de ’12 horas antes’? No hay necesidad de querer dejar pegado al telespectador al sofá (si es que la está viendo desde ahí).
Internet
Una de las consecuencias de dar clase a emprendedores es que te rodean de sus ilusiones, te quieren contagiar de su visión. Pero la obligación de los profes, consultores, coaches o como quieras llamarnos es devolverles a la realidad. Muchos de esos negocios se basan en las ventas online, con la excusa de que es fácil montar una web y, por aquello de ahorrar, ir a Correos a llevar los paquetes. Pienso guardarme el dato que publican en Loogic para el próximo alumno que quiera poner una tienda online y hacerle una sencilla: ¿vivirás con una tasa de conversión del 1%? Seguramente me dirá que su producto tendrá más que eso porque es innovador o cualquier otra palabra típica. No es por desmoralizar, es por ser realista.
Cine
Hace tiempo que no piso una sala de cine pero uno de los motivos, además del poco interés que me despiertan las películas, es la falta de educación de otros espectadores. Recibir patadas en el asiento o pelear por poder apoyar el brazo; oír niños quejarse, llorar o jugar; escuchar comer como si devorasen, comentar la película, escuchar el partido por la radio… todo tiene un límite. Mi solución es fácil, no voy al cine. La de los locos USA es un poco más drástica: disparar al que habla por el móvil. No es para tomárselo a broma pero ya me estoy imaginando detectores de metal en la entrada de los cines… más fácil poner un inhibidor de señal y una vida salvada.