Existe una regla en Internet que define la participación de los usuarios en comunidades, por ejemplo, la blogosfera. Según parece, y doy fe de que se cumple demasiadas veces, sólo hay un 1% de personas que realmente tienen una participación activa (los que crean los contenidos). Del resto, el 9% participará algo (los comentaristas) y el 90% no participará nada (los lectores).
Puedes imaginártelo: la regla del 1% es una fórmula matemática que deprime a los del 1%.
Seguramente a los que hacen negocios en Internet estos números ya les compensan. Ser una minoría que oferta algo (1%) y tener a muchos que lo consumen (99%) debe ser bueno. Pero es inaceptable para los que creemos que se puede vivir en un mundo online donde el conocimiento y las opiniones circulan libremente para enriquecimiento de la comunidad (1%) porque los que se aprovechan del trabajo y tiempo de los demás desde el silencio (90%) solo consiguen reducir las posibilidades de crecimiento colectivo (100%).
Esto es evidente cuando el 1% necesita al 99% restante para conseguir algo, es decir, cuando se cambian las tornas. Y aún es más evidente cuando se pide la colaboración para sacar datos estadísticos. Entonces es cuando duele ver que eso de ‘dar antes de recibir’ no se cumple, cuando el 9% no es suficiente ni representativo, cuando el 1% queda aislado y sin posibilidad de aportar algo que interesaría a la mayoría.
Te estarás preguntando a qué viene todo esto y para contestarte debo hacerte recordar que hace dos semanas pedía ayuda para conocer datos de CTR de las campañas de email marketing y banners; que hace un año (mes más, mes menos) pedía ayuda para saber cómo las agencias y los bloggers se relacionaban; y que hace ya cuatro años pedía ayuda para conservar la memoria televisiva española.
Todo esto viene a que tengo otro proyecto en mente. Podría ser un gran proyecto si consiguiese que la gente participase pero no me quito de la cabeza ni esos porcentajes ni mis fracasos anteriores. Sólo tuve éxito una vez y no es bueno confiar en la suerte. Así pues, mi nueva idea va a quedar reducida a la mínima expresión, a aquello que puedo hacer sin depender de los demás en lugar de lo que podríamos hacer todos juntos.
Es una lástima pero al menos saldrá adelante porque soy del 1% que construye Internet… aunque a veces, también me deprima por ello.