Hubo un tiempo (tampoco muy lejano) en el que no todas las empresas tenían una web corporativa. Poco a poco aquello de «si no estás en Internet no existes» fue calando y las agencias tuvieron que ponerse las pilas para reinventarse y cambiar el apellido ‘de diseño gráfico’ a ‘interactivas’.
Fue la solución para las empresas que ya tenían agencias en nómina o para aquellas que disponían de un mínimo presupuesto. Para el resto (las de presupuesto bajo mínimos), el hermano del jefe (CEO sería exagerar tratándose de una micropyme) fue el que las hacía por un precio tan ridículo como la simpleza que tenían las páginas que copiaba de alguna plantilla gratuita.
Ahora que la mayoría de agencias habían demostrado que aportaban más valor que el familiar de turno, sumamos 1 y llega la web 2.0. Llega la revolución social y con ella de nuevo el ‘yo conozco a uno que sabe mucho de esto’. La frase se convierte en «si no tienes un blog no existes» y hasta en un «hay que estar en pon-aquí-la red-social-que-todos-sabemos».
Todo ello, claro, sin el menor atisbo de estrategia detrás. Por eso, cuando «el amigo ese que tiene un blog y seguro que me hace uno» recibe el encargo de hacer un blog, no lo duda. Son unas perrillas y hay que pagar el hosting de alguna manera, se entiende. Lo que no consigo comprender es el que hace un blog por encargo y no sabe qué es un RSS.
Ahora bien, fíjate que he escrito ‘hacer’ no ‘crear’ porque para ganarse bien el sueldo hay que aportar algo más que el conocimiento técnico que, para desgracia de muchas agencias y beneficio de muchos, es bajo en el caso de los blogs.
La primera frase de «Tu blog paso a paso» es: «Puedes crear tu blog en unos minutos». Así lo creo pero cuando entramos en terreno corporativo, la aventura es más gratificante si se vive en compañía de alguien que conoce el camino y sus secretos.
Diseñar un blog es fácil, diseñar la estrategia que lo acompaña no siempre lo es. Por eso hay plantillas gratuitas para blogs y para crear estrategias hay que pasar por caja.