Media News S04 A18

Internet
El tema de cuánto nos fiamos de las opiniones online (o si no lo hacemos) viene de lejos. Los datos dicen que sí, más incluso de alguien que no conocemos que de lo que dicen las propias marcas en mensajes comerciales. Resulta curioso que siga siendo así, considerando que palabras como posverdad y fake news están en boca de los que precisamente hacen las noticias. Pero ahí están los sitios de reviews para demostrar que parecen más fiables que las que se muestran en webs oficiales. El caso de electrónica es quizá el más evidente pero también el de hoteles. Que hayan pensado una app para detectar comentarios falsos demuestra que cada vez somos más desconfiados. ¡Todo sea por mejorar la reputación!

Televisión
Los platós han de renovarse cada cierto tiempo. Los informativos lo hacen cada año aprovechando nueva programación y cambios en las cortinillas. Es algo que no suele ir más allá de cambiar los muebles, replantear algunos espacios y quizá poner otros colores. Es casi como lo que se puede hacer en casa para darle un aire nuevo a alguna estancia aprovechando que se pintan las paredes o cuando se rompe algo y cierto catálogo se cuela en nuestros sueños de diseñadores de interiores. Pero en la tele es casi obligado hacerlo, no hace falta que disminuya la audiencia o que aparezca un nuevo competidor: lo que tratan de evitar es que nos aburramos de ver siempre lo mismo. En cambio, los colaboradores no varían mucho.

Publicidad
Me ha llamado la atención que en la lista de anuncios más vistos en YouTube el año pasado salgan casos que yo considero más branded content que spots. Claro que diferenciarlos es complicado y cuesta ponerse de acuerdo, en éste y otros casos más generales (mira/participa en mi tuitencuesta sobre ello). El debate nos persigue desde hace tiempo y todos tienen su opinión, más o menos fundamentada. Viendo el tipo de anuncios de la lista, el que más me sorprende es el 3º, precisamente el más publicitario: ¿por qué tantas visualizaciones online si se ha emitido hasta la saciedad en televisión? ¿Quién busca un anuncio de pañales cuando hay otros mucho más creativos y visualmente atractivos?

Cine
¿Salas para ver buenas pelis en 4D, no documentales ni experimentos? ¡Ya tocaba! Hace varios años (por no decir décadas) que se habla de ello pero no nos llegaba porque no se construían salas preparadas para una experiencia inmersiva de este tipo. Ahora hay una en Madrid y quizá llegue a otras ciudades. La entrada cuesta 14 euros que casi es el triple de lo que se paga en algunas sesiones normales, por no hablar de las fiestas del cine. Sin probarlo, no puedo asegurar que merezca la pena. Además, como ya he dicho alguna vez, las películas en 3D me suelen dar dolor de cabeza, así que quizá saliese de una en 4D digamos que con muy mala cara. Pero, si así es cómo evoluciona el cine, ¡quiero probarlo!

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Publicidad
El anuncio del Ford Edge lleva a un cortometraje que solo puede verse online. Ya tengo dos a la lista para ver: éste y el retorno del Conductor de los BMW Films en «The Escape». ¿Por qué aún no los he visto? Pues confieso que me pasa un poco como con algunas películas: prefiero verlas en pantalla grande. Estos cortos seguro que son buenos así que verlos en el móvil o en el portátil me parece de baja calidad: prefiero verlos en el televisor. Sonará raro porque han sido pensados para ver online pero yo me esperaré a verlos tranquilamente en el sofá y no como estoy ahora con varias pestañas abiertas en el navegador.

Televisión
Hace ya tiempo que se cocinaba «MasterChef Celebrity» pero, igual que con «MasterChef Junior», no han conseguido que lo vea. Supongo que es porque prefiero ver a gente que lucha por algo y no a quien ya se dedica a otra cosa o a quien no tiene edad de planteárselo. Así que espero que llegue pronto «MasterChef» o «Top Chef» y así el Canal Cocina también puede hacer nuevos programas protagonizados por los concursantes/ganadores. Supongo que es el camino lógico porque pocas salidas quedan después de abrir un restaurante y escribir un libro de recetas, igual que los deportistas acaban su carrera como comentaristas.

Cine
Los tráilers definen una película y una de acción ha de tener mucha pero mucha, mucha. Bueno, la justa para que se tenga la sensación de que al ver la peli entera habrá mucha más. Viendo el de «xXx: Reactivated» parece que la hayan puesto toda. Claro que, ¿qué otra escena pueden poner cuando lo raro es que haya diálogos en una peli así? Frases, las justas; escenas de efectos, las que quieras; explosiones, otras tantas; invitados estrella, unos pocos para darle más interés: lo mezclas todo y ya tienes un tráiler. Si además le pones una buena canción para ver a los actores lucir palmito: ¡a vender entradas!

Internet
En mis clases suelo encontrarme con alumnos que están empezando en sus negocios. Algunos aún no han empezado ni con su web y por eso me preguntan si puede hacerse marketing de contenidos sin tener una plataforma propia. No deja de sorprenderme que no se lancen a crear alguna con las muchas formas que hay para hacerlo, tanto gratis como de pago. Claro que también entiendo que dar el primer paso es difícil si no se tiene a alguien que te guíe. Pero es necesario darlos de alguna forma, aunque sean pasos indecisos y se tropiece: solo así será posible después correr y sacar rendimiento de todo el esfuerzo previo.

[Contenidos] Branded content: definición, objetivos, orígenes, ejemplos y futuro

Hoy quisiera hablarte de branded content porque no sé si por casualidad, imitación o tendencia pero en las últimas semanas parece que está en boca de todos. Aquí agrupo ideas de varios eventos y alguna que otra aportación propia así que prepárate para una newsletter un poco más larga de lo normal y con muchos enlaces.

Empiezo hablando del documento colaborativo de Foxize por dos motivos: el primero porque me parece recordarlo como el primero en este ‘curso’ escolar; el segundo porque mi participación la dediqué a diferenciar el branded content y el marketing de contenidos, lo que sirve como buen principio para hablar de este concepto.

Y es que si tienen algo en común estos eventos es la preocupación por que la audiencia sepa qué es… y aún así cada uno da una definición diferente. Por ejemplo:

Que la gente que se dedica a ello no se ponga de acuerdo en qué es, no debería sorprendernos porque suele pasar con algunos términos hasta que se asientan lo suficiente. Pero llama la atención porque no es tan nuevo como puede parecer.

Se habló de sus orígenes y en eso sí que coinciden, en recuperar el publirreportaje y el product placement como los primeros casos, cuando los medios controlaban la distribución de contenido. María José, por ejemplo, habló de Popeye y de “ET “pero también de cómo nos colaban los productos de alimentación en “Médico de Familia” o de “Farmacia de guardia”.

Antes de hablar de futuro, hubo una buena sesión de cine para casos actuales. Por ejemplo, Víctor dedicó alabanzas al trabajo de l’Oreal en la parte de contenido editorial y QuickSilver como ejemplo de vídeo para reforzar el sentimiento de pertenencia. María José también usó vídeos de marcas de deporte como Adidas pero también de coches clásicos como BMW.

Ante la búsqueda de ejemplos más cercanos por tamaño y geografía, Víctor abogó por aconsejar a las pymes que usen el contenido editorial (blogs, revistas…) y, lógicamente porque trabaja allí pero ciertamente inevitable, habló un poco de RedBull Stratos. María José por su parte explicó el caso de Noñoño que también utiliza el texto (concretamente libro) en su estrategia de contenidos.

El branded content es popular en la actualidad por los motivos que también lo son los medios sociales: medición, coste, inmediatez, segmentación… pero también fragmentación de las audiencias y cansancio de la publicidad. Así que hay que usar formas de destacar más eficazmente, pero también de integrar la marca de forma creíble. Decía María José que no podemos hablar de que sea el futuro porque ya está aquí y quien no lo tenga en consideración puede quedarse en empresa que aburre con publicidad.

Como resumen, recordar algo en lo que también coincidieron los ponentes: el objetivo no es la venta directa y rápida, es el resultado del trabajo a largo plazo. Es crear historias que impacten porque la conexión es más fuerte por la parte emocional que por la racional.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 151 (1 de julio de 2013).

«Del Branded Content a las marcas con contenido», por Aleix Gabarre

La 12ª y última colaboración para el ebook “Contenido eres tú” viene de la mano de Aleix Gabarre, consultor de marca senior. Así que contenido eres tú, branded content.

Puede parecer una perogrullada, pero te sorprendería saber la de profesionales con varios Masters que olvidan que significa la C cuando escriben “estrategia de BC” en sus powerpoints.

Creo que en parte se debe a la inercia profesional. Muchos de los que hablamos de las virtudes del Branded Content venimos del mundo de la comunicación y el marketing, gremios donde el peso de la conversación ha recaído en la marca (sus valores, su posicionamiento, su imagen, sus mensajes…) y muy poco, tarde y mal en los demás factores (ya sabes, la gente, lo que le interesa, lo que piensa de esas marcas, cómo las usa… vamos, lo irrelevante).

Perdona el sarcasmo, pero es que ahí es justo donde el BC aporta valor real a una estrategia de marca. Frente otras formas de comunicación mucho más unidireccionales y basadas en la presión que puede ejercer la marca (ya sabes, publicidad, marketing directo, etc), el contenido de marca no genera absolutamente ningún valor si ese contenido no es relevante, interesante y/o útil para las personas que queremos como parte de nuestra audiencia. Si no entendemos quiénes y cómo son, qué les interesa o qué les preocupa, habremos gastado bastante tiempo y dinero en 0 retorno.

Así que recuerda, sin contenidos que interesen no hay Branded Content.

Vale, vamos a ponernos un poco serios. El Branded Content exige un diseño, esto es, por muy experimental y arriesgado que quieras ser necesitas tener muy claras una serie de variables básicas, sin las cuales no podrás crear contenidos que ayuden a tu marca. El resultado final, el tipo de contenidos en concreto y lo que lograrás a través de ellos, va a ser distinto en cada caso, pero los fundamentales no; sin ellos más vale que te encomiendes a San Viral, e incluso así descubrirás que tener muchas visitas no implica tener una marca mejor.

Actualización 9 de junio de 2014: ya puedes descargarte el ebook «Contenido eres tú» con este capítulo y muchos más.

Carnaval: marketing de contenidos o cómo lo llamamos

Cristina y Carlos han puesto en marcha un nuevo carnaval, esta vez sobre RRPP. Un tema que me toca más de cerca que el de salud, más aún porque han dedicado el primer tema al marketing de contenidos a ver si entre todos conseguimos ponernos de acuerdo. La pregunta que lanzan incita a contestar: ¿el marketing de contenidos es comunicación, marketing o algo nuevo?

Más o menos yo ya contesté en mi libro y en esta pregunta frecuente: no es nuevo (eso es seguro) y tiene algo de marketing y algo de comunicación (ahí es donde está el problema). Mi aportación al debate podría terminar aquí pero reconozco que se pueden llenar páginas y páginas sobre el tema (en mis clases lo evito para no comerme todo el tiempo). Las primeras aportaciones ya lo han demostrado: es muy fácil escribir sobre ello porque todos tenemos una opinión. Y (sigue aumentando la bola del problema) se puede contestar sin haberlo practicado, igual que cualquiera puede hablar de política solo por ser ciudadano que sufre las consecuencias.

Pero la comunicación, el marketing, las RRPP, el periodismo… no son democracias, cada uno hace lo que quiere (y este problema sigue creciendo cada vez que alguien hace lo que quiere). El contenido ha estado siempre presente en todas estas disciplinas, ¡lógico! Entonces, ¿por qué se nos ha ocurrido ahora cambiarle el nombre? Dicho rápido, porque podemos y, además, queremos. Lo explico con dos ejemplos de sectores muy diferentes: detergentes y cine.

  • Cada cierto tiempo, nuevo detergente. Añaden (por decir algo) ingredientes que se sacan de la manga y los añaden también al nombre. Resultado: ¡novedad en el mercado! Sigue siendo detergente pero ahora es concentrado, líquido, con lejía, con suavizante… cualquier cosa que se le quiera poner. Y seguirá evolucionando, de eso se encargan los departamentos de i+d+i.
  • Los inventores en los inicios del cine (una época en la que las patentes eran dudosas) añadían o cambiaban una pieza, le ponían nombre al nuevo aparato y a triunfar. Eran pioneros dignos de admiración por sus innovaciones y nunca se ha parado de añadir más tipos de cine: sonido (mono, estéreo, envolvente, con altavoces hasta en el techo…), color, panorámico, digital, 3D, IMAX… Por no hablar de los soportes domésticos o de las versiones que se comercializan para venta (¿cuál debe ser la diferencia entre ‘edición diamante’ y ‘platinum’?).

El objetivo siempre ha sido el mismo para cualquier empresa, utilice la disciplina que utilice: diferenciarse para vender. Unas más indirectamente que otras, con más prisa que otras, a más gente o menos, pero siempre vender a alguien. Y ése alguien es quien tiene el poder de elegir (¡con el usuario hemos topado, menudo problema porque cada uno quiere una cosa!). La evolución del mercado la dicta día a día el ser humano dejando fuera lo que no le gusta, lo que no cumple sus expectativas. Solo hay que dejar que el tiempo pase y analizar las consecuencias de ésas elecciones para seguir evolucionando. La Historia está llena de cosas que han dejado de usarse, es algo normal, pero cuesta dar el brazo a torcer.

Por eso, mientras, debatimos y nos dan rabietas cuando alguien no utiliza bien el nombre que creemos es el correcto porque es el que usamos nosotros. ¡Y hay tantos ejemplos! Porque, para vender más, hay que seguir la moda (¿o no?) y si ahora toca hablar de marketing de contenidos, estrategia de contenidos, storytelling, transmedia, branded content, periodismo de marca… pues se habla desde la perspectiva que sea para incluir esas palabras clave y salir bien parados en buscadores. Y no importa mucho el resultado de la mezcla porque se habrá conseguido lo que quiere, en este caso, no el cliente si no la empresa. Vender, siempre vender.

Está claro que poner un nombre ayuda a estandarizar, define tareas y eso es importante también desde el punto de RRHH. Y ahora sí, implicando a toda la empresa, vamos a acabar de petar el problema que no ha parado de crecer en todo el post (y en los ya casi 4 años que llevo hablando de marketing de contenidos): ¿a quién contratamos para hacer estas tareas si no somos capaces de distinguir cuáles son?

  • Si contenidos es igual a escribir, ¿busco periodista, blogger, copy, redactor? Pero ellos no me harán un plan de comunicación, de marketing, de medios social o de contenidos, ¿o sí? Es más, ¿necesito uno de cada? ¿Se llama estrategia de marketing de contenidos, plan de contenidos, estrategia editorial…? Mejor busco consultorías pero de marketing online, de RRPP, de SEO, de inbound marketing… Espera, ¿consultorías o agencias?
  • Vamos a más porque dentro de la estrategia de contenidos también está la curación de contenidos y entonces, para decir que no hace falta una etiqueta nueva para hacer lo que ellos ya hacen, saltan documentalistas, periodistas y hasta community managers (y éstos ya tienen sus propios problemas porque los social media strategists aún buscan su hueco).
  • Soluciones al problema: ¿nos dejamos de rollos y contratamos a quien lleva años haciéndolo (nombres reconocidos como marketing, comunicación, periodismo) o a quien se ha especializado en una cosa concreta aunque tenga un nombre que no nos suena de nada?

Dudar y debatir es sano para el corazón, menos mal… pero solo para algunos porque los que tratan de aprender para ponerlo en práctica en su negocio o empresa no tienen la culpa de que no nos pongamos de acuerdo. Y, como en política, son ellos los que pagan las consecuencias: se apuntan a cursos que dicen que son de una cosa pero acaban siendo de otra; se ponen a ello y acaban haciendo algo que no es ni una cosa ni la otra; se desengañan porque no consiguen lo que querían (vender, ¿recuerdas?) a pesar de que ya hayan comprado algo (un curso o una consultoría, porque alguien sí ha vendido algo).

La evolución no se detiene así que las personas que se sienten engañadas se quejarán de esa palabreja nueva que no les ha servido (como con el detergente) y buscarán algo similar con otro nombre que otros les venderán (como el cine busca nuevas experiencias) aunque los que inicialmente lo habían hecho seguirán buscando clientes… ¿de quién es la culpa? ¿Del cliente que se deja asesorar sin informarse antes, del vendedor sin escrúpulos que se aprovecha del momento o del que tiene buena fe pero no consigue llegar al cliente? El tiempo, tan sabio como siempre, ya se encargará de dejar a cada uno en su lugar y se deshará de los culpables (si es que hay que culpar a alguien de todo este embrollo o burbuja).

Debates de este tipo hay en todos los sectores y no lo vamos a solucionar a corto plazo. Solo espero que este carnaval sirva para quitar algunas máscaras. Será el lector de todos los posts que se están generando quien decida si las quita a los conceptos de debate o a las personas que los utilizan en su beneficio. Y, ya que has llegado hasta aquí, 1.150 palabras después, no te vayas sin dejar un comentario o participar en el #carnavalRRPP.

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