Después de 14 veranos, mi blog ha pasado por todo tipo de agostos: meses normales en los que he seguido el mismo ritmo de actualizaciones que el resto del año, meses en los que he publicado menos, incluso meses en los que he publicado más. Mi blog es profesional y sigue mi ritmo así que es normal que haya un poco de todo.
Decidir si publicar o no en agosto forma parte de la estrategia de contenidos y depende básicamente de la actividad de la empresa: si el negocio está en temporada alta, los contenidos también. Si no, pueden quedarse en pausa o en mantenimiento mínimo. Por ejemplo, en mi barrio empiezan ya a verse los carteles de «cerrado por vacaciones» así que sería absurdo que esas tiendas siguiesen actualizando sus redes sociales si la tienda cierra.
Pero, ¿qué pasa con los negocios que no tienen ventanilla que cerrar? Pienso en tiendas online, instituciones o empresas de servicios en los que los empleados se turnan para cubrirse. ¿Merece la pena seguir publicando en agosto? Yo diría que sí, exactamente al mismo ritmo que está funcionando el resto de la empresa. Si hay una cuarta parte de la plantilla, pues un cuarto de publicaciones. Hay varias opciones para conseguirlo y demostraría que los contenidos no son unos accesorios sin importancia.
Precisamente porque conviene pensar en el contenido antes de irse de vacaciones, existe la posibilidad de que nadie se entere de que la empresa está a medio gas por vacaciones. Mezclando automatización y programación se puede conseguir. Esta es la solución a la que solemos recurrir los autónomos porque estamos acostumbrados a tener siempre un ojo mirando a nuestros proyectos, aunque alguno se pierda por el camino.
La duda sería si merece la pena o no publicar en agosto, es decir, si no va a haber nadie escuchando. Qué opinas: ¿desconectamos menos en verano o nos enganchamos más? Cada sector funciona de forma diferente, pero la buyer persona debería tener la respuesta. Si no, recurrir a las estadísticas es lo mejor para saber si tus contenidos reciben la misma, menos o más atención.
Por ejemplo, te cuento un dato de mi web del año pasado: en agosto tuve casi un 2% más de visitas que en julio (lo cual hace suponer que mi audiencia no desconectó), pero en septiembre tuve un 5% menos de visitas (supongo que la vuelta al cole es peor de lo que parece). Entonces, ¿quizá debería publicar más en agosto y menos en septiembre?
Es posible, pero al fin y al cabo mi blog es también personal y puedo hacer lo que quiera con él. Así que, como me estoy centrando en acabar mi nuevo libro (¡el 15!) y además desconectaré por vacaciones (sí, también las hago y tan feliz), desde hoy dejo el blog en pausa hasta septiembre. Pero no te abandono del todo: por un lado, modificaré el contenido de mi newsletter para, en lugar de hacer una nueva guía en 10 pasos, revisar las que ya tengo y que se hayan quedado algo desactualizadas. Y, por otro lado, seguiré en redes sociales un poco como hasta ahora: publicando lo que pueda y me apetezca.
Así que la cuestión del título, de si publicar o no en agosto, tiene muchas respuestas posibles. Te he contado la mía, pero no significa que deba ser la tuya. Si tu carga de trabajo te lo permite, puedes seguir con el mismo ritmo que hasta ahora o relajarte y aprovechar para revisar la calidad de tus contenidos, actualizar tu plan de contenidos o incluso cambiar el diseño de tu web, es decir, cualquier otra tarea para la que «no tenías tiempo».
Es tu decisión.