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Dos anuncios conviven estos días que vistos el uno detrás del otro provocan más risas de lo normal. Por un lado, Coca Cola que (al menos hasta que lo han retirado) habla de que el amor/corazón puede más que los colores de un equipo de fútbol. Por otro, Mahou que claramente dice que «hay cosas que se eligen para siempre, como tu equipo de fútbol». Vamos a ver si los creativos se ponen de acuerdo porque sería curioso hacer una encuesta para ver cómo piensan los que toman ese refresco o esa cerveza. Y los que beben las dos cosas, ¿con quién estarán de acuerdo? ¿Tiene que ver la edad o la madurez de los bebedores?
Cine
Los estrenos son los viernes y el día del espectador es el miércoles. El cine tiene su propio calendario… hasta que viene un festivo o un posible ‘día negro’ y se adelantan los estrenos o se inventan una fiesta del cine y los descuentos son cualquier día de la semana. Todo por mantener o aumentar la recaudación. Lo cual me lleva a pensar en cómo se eligen las fechas de estreno de las películas: vacaciones, verano, Oscars… muchas cosas influyen y así de voluble es el público, ¿de verdad? ¿No esperamos meses a que estrenen? ¿Por qué va a cambiar tanto el taquillaje si la peli es buena? Ah, ya, que el fútbol se lleva en el corazón.
Televisión
¿Para qué una cadena de televisión pone un programa en su web y en abierto? ¿Para que quien no lo ha visto pueda verlo o para que alguien a quien le ha gustado pueda volver a verlo? Los dos se tragarán la publi, eso está claro, pero el primero no sabe la resolución del programa mientras que el segundo sí. Esa es la gran diferencia y el motivo por el que me inclino a pensar que el público que quieren las cadenas es el segundo, es decir, al fan repetidor. En caso contrario, ¿por qué explicarían el final en el texto previo o en la foto que acompaña el vídeo? No tiene sentido este maltrato a lo que no lo han visto… y quizá dejen de verlo con tanto spoiler.
Internet
Ver la tecnología como algo malo es, sí, algo malo. Mitad porque es casi inevitable que acabemos todos sumergidos en ella, mitad porque nos perderíamos muchas cosas que nos ayudan. Los excesos no son buenos, claro está. Pero no intentarlo, tampoco es bueno. Como personas, nos podemos permitir no probar; como empresas, deberíamos tener una cierta predisposición a probar. No digo que se tenga que experimentar con todas las tecnologías, pero sí con aquello que gusta a nuestra audiencia. Si no lo hacemos, perdemos la posibilidad de conectar con ellos y otros lo harán por nosotros.