Televisión
Si hace unos días matábamos a la tdt de pago (aunque aún hay fórmulas para la tele de pago), es turno para otro invento reciente: la tele en 3D. También parecía algo anunciado, está claro que ha habido poca oferta y los datos de ventas de este tipo de televisores confirman que a casi nadie le interesa ponerse gafas para ver la tele. Los que ya las llevamos de diario y nos cuesta verlo en cine estábamos sufriendo pensando en de qué otra forma nos podían fastidiar los medios. Podemos descansar porque parece que esto no prosperará pero estoy segura de que se inventarán otra cosa. Siempre ha sido así, avance tras avance, hasta llegar a algo que interese de verdad y revolucione la experiencia televisiva.
Publicidad
Bloques de 20 minutos de publicidad, ¿a quién se le ocurre? La atención del telespectador no dura tanto… solo en el cine, cuando no hay otra que tragarse lo que va antes de la peli. Y eso porque está la promesa de que no te interrumpirán antes, claro. Sentados delante de la tele, llega un momento que te olvidas qué estás viendo. Eso no puede ser bueno, para anunciantes seguro que no porque el interés y el malestar va creciendo a cada minuto que se retrasa la emisión de lo que sí queremos ver. Las moscas que antes servirían para avisarnos de en qué canal estábamos, ahora nos engañan y a mitad de programa ya dicen ‘a continuación’ cuando aún queda demasiado para que eso sea verdad.
Cine
Las sagas en cine no siempre son buenas ideas. Alargar las posibilidades de una historia o de unos personajes, no siempre funciona en 3 o más películas. De ahí que se hagan reboots, remakes y todo tipo de ‘re’ para intentar resurgir lo que parecía una buena idea. No es lo común que se dé el salto a la pequeña pantalla sin haber tratado de agotar los resultados de la grande. Pero, de tanto en tanto, pasa. Le ha pasado a «La liga de los hombres extraordinarios», una película que parecía cantado que tendría que tener segunda parte, por cómo acaba y por el tipo de personajes. Así que podremos verla convertida en serie próximamente. Será interesante ver hasta qué punto orientan a la película o a la novela gráfica.
Internet
Comprar un dominio es bastante barato en comparación con algunos servicios relacionados con su mantenimiento como puede ser el hosting o la creación de la web corporativa. Lo mismo que registrar usuarios en servicios que no se usan pero que como son gratis pues se hace en un momento. El problema viene para los que luego quieren realmente utilizar esos dominios aparcados durante años o esos usuarios que hicieron un tuit y nunca más se supo de ellos. Quizá debería existir algún tipo de control sobre ello, que pasado un tiempo se borrasen estos usuarios fantasmas y redirecciones sin sentido. Pero, claro, a los registradores ya les va bien decir que tienen tantos usuarios sin importar si son activos o no.