El personaje que me gustaría comentar hoy dentro de mi serie de posts sobre películas en las que aparecen escritores está basado en un escritor real, Alan Bennet. Él es el protagonista junto a la siempre espléndida Maggie Smith del libro, la obra de teatro y la película «The Lady in the Van«. Está basada en hechos reales pero, como en otras ocasiones, no voy comentar otra cosa que no sean los aprendizajes que se pueden extraer del film sobre la redacción de contenidos. Quede claro pues que no se trata de un análisis de la obra del autor, solo de lo que se puede ver en pantalla. Además, también te aviso de que hay spoilers sobre lo que ocurre al final así que lee este post bajo tu responsabilidad.
Una de las cosas que más llaman la atención en la peli es que haya dos misters Bennet: uno vive y otro que escribe lo que el primero vive. Es un poco raro dicho así y quizá demasiado literal, pero muy real: los escritores suelen tener una vida interna muy interesante que no siempre es comprendida desde fuera. El monólogo interior aquí se representa duplicando al protagonista, manteniendo conversaciones con él mismo y vistiéndole de manera ligeramente diferente. «Escribe de lo que sabes» es una recomendación clásica pero aquí muestran visualmente cómo ocurre esto en la mente del escritor.
Estar cerca del tema sobre el que escribes es una consecuencia de «escribir de lo que sabes» y sin duda Mr. Bennet se lo toma literalmente porque permite que Mrs. Shepherd aparque su furgoneta y coche en su casa (debe ser por eso porque en varias ocasiones afirma categóricamente no ser caritativo). Al principio, solo toma unas notas porque, dice, no sabe si podrá usar nada de lo que apunta para sus obras. Pero sigue atento a lo que pasa a su alrededor y finalmente saca bastante inspiración de ella.
Otro aprendizaje se desprende de ahí: hay que fijarse en las pequeñas cosas, tener curiosidad. Es verdad que cada escritor tiene una manera diferente de interpretar su función como narrador: algunos son muy descriptivos con todo lujo de detalles pero otros prefieren explicar lo justo para que el lector se imagine como quiera el entorno u otro aspecto de la obra. En «The Lady in the Van» hay muchos pequeños detalles que nos explican cómo es Mrs. Sheperd. La magia del cine hace que en algunos no esté presente Mr. Bennet (lo que ocurre en el pueblo costero) pero sí en otros más o menos directamente (cuando vienen a buscarla para llevársela, lo mira desde la ventana y lo describe en voz en off).
La otra mujer de su vida, su madre, también forma parte de su obra. De hecho, incluso Mrs. Sheperd se lo recrimina en una ocasión: usar así a su madre no está bien. No sabe que ella también está siendo utilizada porque, tal y como él mismo explica en una escena en el teatro: el público no tiene por qué saber que son dos mujeres las que le inspiran, es decir, de dónde saca sus ideas no es importante para la historia. En ficción esto es muy real (¿cuántas bibliografías has leído en novelas?) pero, cuando se trata de una redacción más periodística, las fuentes han de atribuirse.
Una última cosa que se puede aprender de Mr. Bennet en esta película es algo que he comentado al inicio y que quizá te ha pasado desapercibido: aprovecha al máximo tu material. Todo empieza con unas notas escritas a mano en una libreta, luego ya lo escribe a máquina, después lo representa en el teatro, lo acaba convirtiendo en libro, se lee en la radio y acaba en película como puede verse en la escena final en la que incluso aparece el auténtico Alan Bennet como espectador. Así que, ya sabes, ¡recicla el contenido todo lo que puedas!