No hay que confundir copywriting con marketing de contenidos. El copywriting suele definirse como textos pensados para vender, es el arte de la persuasión con un origen claramente publicitario. Por su parte, el marketing de contenidos es más periodístico y tiene como objetivo atraer a los usuarios, también es un arte pero el de ponerse en su piel y ser capaz de inspirarlos.
Vender es el principal objetivo del copywriting (directamente relacionado con los anuncios de AdWords). Pero hay otros igual de importantes como crear una marca o construir una relación con la audiencia escribiéndoles contenidos que conecten con ellos (muy del marketing de contenidos). En la realidad se mezclan constantemente y muchas veces van de la mano.
El copywriting puede enfocarse de muchas formas y en Copyblogger las enumeraron hace algún tiempo:
- Plain copy, siguiendo la filosofía de plain language, es decir, sin florituras para hacerlo sencillo de entender.
- Storytelling copy, aprovechando los mecanismos narrativos para conectar con el lector.
- Conversational copy, escribiendo tal cual hablarías con el posible cliente para que vea que le comprendes.
- Imaginative copy, haciendo que el usuario imagine un mundo mejor gracias al producto.
- Long copy, explicando todo, todo y todo para que no haya dudas de por qué debería comprarnos algo.
- Killer poet copy, combinando con estilo la parte creativa y de marketing de un texto.
- Direct-from-CEO copy, dejando que hable el jefe (combinable con cualquiera de los otros tipos).
- Frank copy, siendo honesto y contando la parte negativa para ganar la confianza del lector.
- Superlative copy, usando datos o testimoniales que engrandecen la realidad quizá más de la cuenta.
- Rejection copy, tratando de disuadir al usuario de que no le conviene el producto para lograr el efecto contrario.
Elegir cuál es la mejor forma de enfocar un texto depende del objetivo y la audiencia, como cualquier estrategia de contenidos. Algunos ejemplos:
- Para una marca nueva, un texto imaginativo que cuente su historia es una buena forma de empezar.
- Para una gran empresa, un texto plano serviría para acercarse a su público.
- Para un producto de alta gama, un texto poético es la opción habitual aunque disuadir con lo contrario ayudaría a destacar.
- Para un producto nuevo, un texto largo con superlativos es también un recurso fácil.
- En una crisis de reputación, lo ideal es que hable el jefe de manera honesta y conversacional.
Ya ves que no tiene por qué ser solo un tipo de copy cada vez, algunos pueden mezclarse en el mismo texto o crear diferentes campañas. No obstante, el estilo de una empresa se define por cómo son tus textos, es decir, por su copywriting. Así que conviene ceñirse al tipo elegido para no desfigurar la personalidad de la marca.