Media News S30 A08

Como cada miércoles, algunos enlaces comentados a noticias que han pasado y no he tenido tiempo de desarrollar en posts.

Televisión
Cuentan que desde hoy allá en Soria ya no se recibe televisión analógica, que ya solo existe la TDT. El resto de España nos quedan aún un par de años para llegar a ese apagón y las cifras que da el Observatorio no acaban de ser buenas: la cobertura no llega al 100% (laSexta debe estar que trina, con le costó antenizar) y la penetración en hogares es del 37%. Aún así la cuota de pantalla está en el 14,9%.

Cine
No puedo evitar hablar de «El caballero oscuro». Que si la mejor película en el IMDB, que si Oscar póstumo, que si record de taquilla… hasta la música reclama mi atención. También le tengo ganas pero no quiero elevar demasiado las expectativas: casi siempre que hay ese ansia, la peli me defrauda.

Internet
Podría hablar de la impresionante cifra de 900 preinscritos al Evento blog pero me gustaría iniciar aquí el debate de la gestión de amigos en redes sociales: ¿soy amiga de quien conozco en persona, de alguien a quien leo o solo de quien me considere amiga? ¿Tendría que haber grados de amistad? Y para no parecer antisocial ante tal pregunta, dos enlaces a la creación de avatares: M&M (vía), en línea con el simpsonizate, y Minimise Me (vía), pensado para Messenger y muy cercano a otro que inundó twitter de imágenes manga. Me he reido un rato intentando crear uno parecido a mi, pero eran un desastre así que sigo sin foto en los perfiles públicos de las redes a las que pertenezco.

Publicidad
Sí, el iPhone sigue en boca de todos, ya no por las tarifas, sino por el primer spot de MoviStar pero me parece más interesante hablar de «Hancock» y su primera mitad de metraje que sirve para ejemplificar la importancia de la imagen personal. Durante esos minutos (antes de que la peli se convierta en insoportable) vemos lo que nos habían vendido: un tipo desastroso y nada popular que se convierte en superhéroe de la mano de un asesor de imagen. Y es que, por mucha fuerza que tuviese, no es un superhéroe hasta que la gente lo ve como tal (traje incluido), antes solo era un incordio. Está claro que la imagen es muy importante, para personas y productos, y me encanta que lo expliquen en el cine (aunque luego sea una película olvidable). También lo comenta Carlos (vía).

[CINE] Crítica de «El incidente»

Lo habitual es que salga del cine pensando en cómo será mi crítica. Algunas veces comento en voz alta las ideas que me preocupan, otras las escribo directamente en mi libretita. Pero ayer al encenderse las luces de la sala, no sabía qué decir de «El incidente».

La verdad es que no sé si eso es bueno o malo. Por un lado, si no salgo despotricando es que la película me ha gustado; pero por otro, si tampoco salgo contenta es que no me ha gustado. Así que esta crítica empieza bastante mal: no tengo una opinión clara.

De todas maneras, mejor que no sigas leyendo si aún no la has visto porque voy a hablar de detalles del argumento que no deberías saber.

La película, desde luego, no es una comedia y no se puede decir que sea del todo de miedo porque en realidad solo hay un par de escenas de las de asustarse. Los protagonistas se pasan prácticamente toda la hora y media que dura la peli huyendo y hay muchos, muchos muertos… pero no es una peli de acción. Tampoco es de intriga porque se nos dan pistas desde el principio de qué son y cómo acabarán los incidentes (¡hasta con un gráfico para que quede clarito!). Familiar no se puede decir que sea ni tampoco romántica aunque tenga un final, test incluido, bastante innecesario.

Entonces, ¿es ciencia ficción? Bueno, si crees que las anteriores de Shyamalan lo fueron, entonces sí porque de algo estoy segura: la película es muy de su estilo sobretodo por el guión que, aunque no tenga giro final, sí juega mezclando lo real y lo casual sin que sepas dónde está el límite entre lo inverosímil y lo que podría pasar de verdad.

Pero lo que más me llama la atención de sus películas es la tranquilidad con la que ocurren las cosas. Creo que la palabra más acertada es… paz. No son películas estresantes que te mantienen pegada a la butaca sin respirar. Al contrario, todo sigue su lógico curso y sabes que el círculo se cerrará perfectamente y no quedará ningún cabo sin atar (por muchos franceses que salgan al final).

La comparación con «Señales» es la más fácil: hay un ataque, un grupo reducido que lucha por sobrevivir y en las dos las noticias traen la verdad de los expertos y mantienen a la población informada aunque sea un ciudadano corriente quien avisa al protagonista antes (ahí el propio director, aquí un fan de los perritos calientes y amante de las plantas). Pero a diferencia de ésta e incluso de «La joven del agua», el elemento protagonista aquí es el aire, no el agua. Imposible olvidar la frase «Hay que huir del viento» aunque más bien sea de las plantas.

¿Con qué me quedo entonces de la película? Con algunas imágenes de los suicidios (no todas, que las hay que rozan lo gore), con la idea de que la naturaleza (y no las frías máquinas) nos tome como una amenaza, nos quiera hacer desaparecer y que la única salvación sea vivir en solitario… en medio de «El bosque».

Por cierto, ya que has leído hasta aquí, deja un comentario con tu interpretación de esta crítica a ver si así me aclaro: ¿crees me ha gustado la peli o no?

[CINE] Crítica de «Indiana Jones 4»

Esta tarde se ha estrenado «Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal» y ahí estaba yo dispuesta para disfrutar de la cuarta película del profesor más aventurero del cine. Pero la ilusión se ha ido cambiando por decepción a medida que avanzaba la historia.

Te aconsejo que no leas más si aún no la has visto porque esta crítica desvela partes importantes del argumento.

Empezando por el principio, la película está plagada de bichos: la montaña Paramount tranformándose en madriguera (más tarde saldrá una familia entera de esos animales, se llamen como se llamen), hormigas que arrastran a un hombre a su hormiguero (ahora tengo ganas de ver «Cuando ruge la marabunta») y monos atacando a los malos (patético el momento ‘soy Tarzán’ del joven protagonista).

Si algo tienen de bueno los actores de cierta edad haciendo continuaciones de películas de cuando eran más jóvenes, es que saben reirse de sí mismos. Por ejemplo, el lifting que se hace Harrison Ford en ese tren a reacción no se consigue ni con los mejores bisturís. Además, hay contantes piques con la edad del ‘anciano’ Dr. Jones que no quiere compartir su sombrero ni con las hormigas ni con su hijo.

Sí, hay un Henry Jones III: el joven Mutt que se preocupa más de su peinado y su moto que de los estudios para disgusto de su madre Marion y, después de saber que es su hijo, de su padre el profesor de la pajarita que esta vez no encandila a las jovencitas pero es capaz de dar consejos de lectura en una biblioteca después de rodar por todo el suelo con una moto o cuando está a punto de morir en arenas movedizas.

Un tema siempre interesante en películas de héroes, es la presentación de personajes. Idiana aparece siempre de manera espectacular pero no tanto por una escena de acción a lo James Bond sino por mostrarnos primero su silueta, su sombra, su sombrero… su cara es lo último que vemos. Por otro lado, su hijo aparece entre el vapor del tren como si fuese el espíritu de Marlon Brando, con causa pero en lugar de gorrito lleva un peine siempre cerca (si hace falta lo moja en refresco) como un Danny Zuko cualquiera. Y su amor de juventud aparece de una tienda de campaña (lugar que ya conoce de sobras).

Marion no tiene apenas protagonismo, se hunde en arenas movedizas, conduce un coche, conduce otro mientras enseña a su hijo dónde poner el pie en un combate de esgrima, desaparece un buen rato y vuelve a aparecer conduciendo, despeña el coche y… me atrevo a decir que no vuelve a pronunciar palabra hasta la boda final. Una chica florero pero que está cuando se la necesita.

Y es que Indiana, como todo héroe, siempre se rodea de quien le ayudan y a quien ayuda. El cuarto personaje ‘bueno’, quizá para variar un poco esta premisa, es en realidad malo y solo les acompaña para traicionarles y para que el protagonista pueda golpearle cuanto quiera y hasta romperle la nariz. El final de Mac me recuerda al del ambicioso Beni de «La Momia».

El quinto personaje, Ox, no se puede decir que esté muy lúcido durante toda la película pero lo poco que dice cuerdo es una gran verdad. Al final, con el beso de la novia, su frase «el tiempo que se pierde esperando» me hace pensar en el que hemos perdido nosotros los fans esperando esta parte. Para los que no se sepan de memoria los gestos de Indiana y sus gracietas, supongo que esta película les habrá parecido aceptable. Quizá incluso con poca acción y justillos efectos.

Para los nostálgicos simplemente nos quedan pequeños guiñitos, como una foto de su padre y de su amigo el profesor Marcus Brody, la estatua del cual pierde literalmente la cabeza por ayudar a su amigo. Podemos ver también una esquinita del arca en una caja rota donde cuidadosamente fue dejada en la película anterior. Incluso dos generaciones de Jones en una persecución en una moto.

De nuevo en la trama, las anteriores películas tenían el toque histórico, religioso, místico o como quieras llamarlo que enganchaba. Aquí también buscan una tumba y divinidades, hacen falta conocimientos de lenguas muertas y han de averiguar mecanismos de civilizaciones antiguas pero el resultado no es digno de Indiana Jones sino de «Stargate», donde también hay una puerta interestelar aunque aquí en lugar de egipcios se usa el referente maya.

Como en toda película de aventuras que se precie, la acción tiene lugar en varios lugares del mundo. Empieza en lo que se supone es el Área 51 (interesante presentación del esbirro atándose los zapatos), está a punto de coger un tren pero finalmente, con el clásico avión sobre el mapa, viaja a Sur América. Nada menos que a Nazca para disfrute de los amantes de lo extraterrestre.

Acabo como he empezado, con los animales porque al final la tierra se traga literalmente todo el templo, igual que las hormigas al soldado y los bichillos del desierto. La escena me ha recordado el Oasis de Ahm Shere, nuevamente, de «La Momia 2». Aunque que aparezca un enorme OVNI desprecia cualquier intento de recuperar el espíritu de Indiana Jones.

Media News S14 A08

Televisión
La cadena de esta semana es laSexta: hace 2 años que escribí dándole la bienvenida y cuando monté un tinglado para ver el estreno; ahora acapara deportes y se queda con los programas que no quieren los otros (quizá si haya una conspiración). Pero TVE también se merece una mención por ofrecer su archivo en Internet y por hacer un anuncio con el Rey, Pedrosa y Lorenzo.

Publicidad
Cuando todavía hay empresas que aún no han aprendido a hablar con la blogosfera, me entero por el twitter de José Luis Orihuela que ya se busca el PayPerTweet cuya base es CPTF o Cost Per Thousand Follower. Por cierto que mi último ejemplo de mal blogmarketing es preguntarme 4h después de enviarme la información si iba a escribir sobre ella. Igual sí que estaría bien hacer una lista para tener controladas las costumbres de las agencias. Lo pensaré para la segunda parte de cierto paper que tengo por actualizar.

Cine
Este fin de semana vi «Shot’em up» y recordándola aún me rio. Pensé que era de acción, pero se mezcla tan bien con la comedia que casi es lo segundo. Quizá sí sea una tontería matar a alguien con una zanahoria pero no puedes evitar soltar unas carcajadas. Otra cosa que tiene a favor es su duración: no llega a los 90 minutos. Todo eso redondeado por un trío de actores que no están nada mal.

Internet
Hace unos días que llegué desde Loogic al post de Jesús Encinar sobre los usuarios habituales y los casuales. Me gustaría pensar que en el símil de gente desconocida que se cruza cada día por la calle, al final reconoces a una o dos personas habituales y que, incluso, acabas saludando con un leve gesto y quien sabe si hablando sobre algo más allá del tiempo. Quizá sea, precisamente, cuestión de tiempo o de fijarse en lo que pasa a nuestro alrededor (y en Internet ésto es mucho más fácil y menos indiscreto).

[CINE] Crítica «Los crímenes de Oxford»

La vi y al final no necesité almohada, como mucho para echar una cabezadita. Mi (ahora absurda) idea de que «Los crímenes de Oxford» se podría parecer a «Los ríos de color púrpura» se esfumó a los pocos minutos. Quizá ya en los eternos títulos de crédito iniciales que parecían sacados de un telefilme. A partir de aquí, se me van a escapar detalles del argumento que no querrás saber si aún no la ha visto.

Ningún atisbo de tensión, ni mucho menos asesinatos raros o que hiciesen apartar la mirada. De hecho, se trata de crímenes que podrían pasar desapercibidos o, como los llaman en la película, «imperceptibles».

Empiezo la lista de cosas que no me gustaron con la palabrería sin sentido de los diálogos. Era como ver una peli basada en «Num3rs«, que se puede aguantar un rato pero al final es más interesante escuchar el ruido de las palomitas crujir. Y eso que siempre me han gustado las matemáticas pero filosofar con números no acaba de tener sentido para mi.

Tampoco me gustó la interpretación y el doblaje no ayudó a creerme lo que salía por sus bocas: veía a otros personajes. Cuesta ver a Elijah Wood vestido ‘de humano’ sobretodo cuando en los planos cortos parece que de un momento a otro vaya a llamar a Sam de ‘lo aflijido’ que se le veía. John Hurt parecía Dustin Hoffman y su actuación tampoco me lo hacía olvidar. Y quizá Leonor Watling no sea dobladora pero lo podía haber intentado porque la voz de Phoebe no le pegaba nada.

Además, Lorna es más mujer florero que secundaria. Eso sí, suda muy bien y sabe jugar al frontón. Además hace unos spaghetti muy ricos que cocina desnuda. No me extraña que el pobre Elijah la bese prácticamente siempre con los ojos abiertos, no se debe creer que esto pase en una película.

Algunas cosillas del argumento: flashbacks innecesarios que más parece que se filmasen para gastar presupuesto que por su relación con la historia; poner una máquina Enigma y un Scrabble en la misma habitación no puede ser casualidad, en Alemania lo habrán tenido más fácil aunque algo se podía intuir; nos dan un regalo para que no nos sintamos tan tontos y seamos de su secta (el «1, 2, 4» dicen que puede continuarse de varias maneras diferentes, pero el «1, 2, 3» invertidos sólo de una).

Acabo con el final de la película. Durante más o menos los últimos 15 minutos vemos cómo los culpables se van sucediendo. Tres, al final parece que hay tres. Y digo ‘parece’ porque el propio Elijah no se lo acababa de creer, su cara en el último plano de la peli reflejaba bastante bien la que se me debió quedar a mi: no me he creído nada.

En resumen, «Los crímenes de Oxford» no estará precisamente entre mis favoritas en ninguna lista (ni siquiera en la de ‘plano secuencia’) pero hacía tanto tiempo que no iba al estreno de una peli que algún buen recuerdo guardaré en el futuro de ella.

Para ser legal, te aviso de que utilizo cookies en esta web:    leer detalles y configurar preferencias
Privacidad