Televisión
Se acabó Canal+ como canal, ahora es #0 (sería divertido per una campaña para llevar ese número al mano a distancia). Siempre da nostalgia cuando un canal desaparece, quedan muchas cosas en el recuerdo. Pero también da cierta alegría recibir a un canal nuevo. Su estreno no pasará a la historia de la tele porque, aunque las caras y mensajes del vídeo estén relativamente bien, no se puede decir que sea un estreno poner lo que ya lleva días pudiéndose ver en la plataforma de movistar+. La emoción del momento, supongo, fue lo que llevó a la innecesaria exaltación del primer programa… y el premio fue para «Likes«. Digo premio porque sí pasará a la historia como el primer programa que emite #0, con ya con sus fans y detractores.
Cine
Viendo el sistema de crowdfunding del Salón del Cine y las Series este pasado fin de semana, me acordé de la noticia de que las máquinas serían capaces de elegir qué guión triunfaría en taquilla y cuál no recomendaban que se llevase a cabo. También me acordé del discurso «En busca de la escritura fílmica» de Manual Gutiérrez en la RAE: «En la pantalla todo se contempla del mismo golpe de vista. Palabras, imágenes, gestos, sonidos se despliegan simultáneos ante el espectador. Actúan al unísono». Claro, el hombre no siempre sabe hacer varias cosas a la vez y por eso inventa una máquina que es sabido pueden hacer montones de cálculos al mismo tiempo. Pero hay una gran diferencia entre sentir y predecir que sentiremos algo.
Publicidad
La relación entre vida y anuncios es un tema recurrente y largamente discutido (me atrevo a decir que casi a la altura de qué fue antes si el huevo o la gallina). No vamos a encontrar la solución ahora pero sí que al menos podemos ir dejando pequeñas pistas por el camino para que germinen en el futuro. Dos artículos estos días me han hecho pensar en ello. Por un lado, la recopilación de eslóganes de Coca-cola y, por otro, el cambio de Barbie. En ambos casos se puede ver el cambio que han hecho en el tiempo, se supone, adaptándose al mercado. Uno afecta solo a la comunicación (la fórmula ya se sabe que es secreta aunque también saquen productos nuevos) y el otro al producto en si mismo (y, por tanto, también debería en los mensajes).
Internet
La vida online pasa muy deprisa, más incluso cuantos más años tenemos, y muchas veces no queremos perder el tiempo en lo que equivaldría a los preliminares. Publicamos sin una estrategia previa que marca un mínimo camino a seguir y sin pensar en las consecuencias después de haberlo hecho. Es un error, también hay que pensar en el antes y el después. Lo cortoplacista acaba rápido, no cala lo suficiente como para dejar huella durante más tiempo. Un tuit vuela rápido pero si lo rodeas con otros contenidos, más extensos y trabajados estarás haciendo una mejor impresión. El problema es que no todos buscan esa imagen si no la acción y cuanto más rápida mejor.