Televisión
El oportunismo de la tele es una realidad inevitable. En cualquier franja horaria y en cualquier tipo de programa, eso que llaman noticia de última hora puede hacer acto de presencia y cargarse la programación. La actualidad manda, dicen. Pero también son tan listos como para ajustarla a lo que pasa ahí fuera, ya sea sacándose de la manga programas que disecciones alguna noticia o aprovechando películas que se estrenan en cartelera. La tele es así y no es una queja. Es inevitable porque es un negocio y cualquier empresa que quiera ganar dinero ha de estar pendiente de lo que le interesa a su audiencia, aunque tengan que dejar de emitir lo que esperaban que les gustase. Y eso sí es motivo de queja.
Cine
Mantener una conversación sobre cine es cada vez más complicado. Sobre el sector, muy fácil: es caro, las palomitas son el gran negocio, las gafas del 3D son otro robo… Pero aquella pregunta otrora habitual de ‘cuál es la última película que has visto’ es cada vez más difícil de replicar con un ‘yo también la he visto’. Así que lo que antes era un agradable debate sobre los aspectos más interesantes de la película o la interpretación del protagonista se ha convertido en un par de monólogos sobre lo que cada integrante de la ‘conversación’ opina. Me da una cierta pena aunque parece inevitable que la economía acabe afectando de alguna manera todos los posibles temas de conversación.
Publicidad
Cuánto tiempo sin oír eso de ‘Anunciado en TV’ (más allá de en canales de teletienda, claro). Pero, dicen, sigue habiendo quien sabe explotar la credibilidad que da algo que paga por salir unos segundos/minutos en televisión. Merece la pena recordarlo porque, aunque al mundo 2.0 no le guste, la televisión sigue teniendo mucha tirada. Por mucho que los contenidos sean una buena alternativa, la tele aún consigue ingresos de marcas que siguen queriendo ver sus productos en la pantalla pequeña. Así que, incluso cuando vemos el programa al día siguiente y desde el PC conectado a la tele, seguimos viendo anuncios, cada vez más bloques y más repetidos. De algún lugar hay que sacar la audiencia.
Internet
Saberlo todo sobre los canales donde se publican nuestros contenidos es difícil, muchas veces aquello que nos interesa solo lo saben los dueños de esas empresas y otras tantas es imposible de saber porque los propios usuarios no quieren dar esa información. Por eso siempre es curioso de ver estadísticas de medios sociales como las que comparte Blogpocket. Como siempre, se trata de números millonarios que ya impresionan más bien poco pero sirven para ver las tendencias de lo que gusta o no en ese canal y, con suerte, el perfil de los usuarios que allí acampan. Y ésto sí que es útil para elegir un canal, no el volumen de audiencia al que nunca podremos llegar.