Publicidad
Hay un nuevo anuncio que te deja pegado en la pantalla para hasta saber quién es el anunciante. Vamos a hacer el experimento en versión post: se ven imágenes de gente despidiéndose, de diferentes edades, en diferentes sitios. Podría ser de cualquier cosa, ¿no? Entonces te das cuenta que cada vez sale un coche, primero casi de resquilla y al final de cuerpo entero ya con el logo bien visible. Y ya lo tienes, ahí se ve la marca. Al poco sueltan un «Probado en el viaje más difícil… el de vuelta». La música que va cantando por el último adiós le acaba de dar el toque emotivo. ¿Quién dirías que es? Toyota, ¿has acertado? Yo no. Cuando lo vi, no lo pillé y me chocó. Pero ya lo he visto un par de veces y le estoy viendo ahora la parte negativa: ¿se despiden porque no van a volver a verse? Como se entere la DGT de que hablan de accidentes de tráfico la vamos a liar.
Televisión
El cambio de frecuencias me tiene contenta… no solo porque mi tele no guarda el orden y tengo que volver a ordenar todos los canales cada vez, si no porque en lugar de ganar los canales que había perdido únicamente he ganado más tarots. Así que adiós a laSexta3, mi paraíso peliculero, para ver ese continuo de llamadas preguntando por el trabajo, la salud y el amor. La verdad es que tiene mucho de ficción, la que le ponen los que animan a la gente a llamar pero también los que juegan a las cartas y dicen que ven el futuro. Si no ven ni el presente, ¿quién se cree que pueden ir más allá? Los que llaman, claro. Y vaya si llaman. Seguro que luego se quejarán de tener que pagar para adaptar la antena.
Cine
Ver 8 películas en día. Todo un record que se puede cumplir en festivales como el de Sitges donde hacen maratones que atontarían a cualquiera. Menos a los fans. Esa gente que es capaz de no dormir para ver todas las películas… y no dormirse viéndolas aunque luego hagan críticas diciendo que no merece la pena verlas. ¿Y para eso no duermen? Son de otra pasta, la de quienes disfrutan como si estar dentro de una sala y alimentarse a base de palomitas y refrescos fuese su paraíso particular. Es una opción, pero no hay muchos fans así. Además, está el tema del género: ver todas esas películas y que se parezcan tiene que ser solo para fans.
Internet
Es interesante la reflexión de Steven Rosenbaum sobre la saturación de YouTube. Es tal el volumen de vídeos que se suben que cada vez cuesta más encontrar algo. Si las marcas no publican sus vídeos o si ni tan siquiera tienen canales, es complicado encontrar algo de cierta calidad que sea legal. Por otro lado, los usuarios siguen subiendo cosas cercanas a los vídeos de primera caseros de toda la vida y las discográficas inundando de videoclips previo paso por alguna que otra publicidad. Así que al final sí que será necesaria una forma de filtrar el contenido, de que YouTube haga de curators por nosotros y mejore su buscador.