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Un escenario que no puede faltar en una sitcom es el bar de la esquina donde el grupo se reúne. En la ronda de anuncios, tarde o temprano sale algún bar. ¡Pero si hasta hay anuncios de coches que tienen como escenario un bar! Vale, es lo normal cuando se venden productos que se consumen en esos locales: por eso tenemos ahí el anuncio de Cruzcampo y su #somosdebarra que inevitablemente me recuerda al #benditosbares de Coca-Cola que tantos éxitos les ha dado. Menos mal que lo de McDonald’s son restaurantes y no bares porque si no habría otro anunciante elogiando sin parar a esos locales tan presentes en la vida social española.
Televisión
Estudié Comunicación audiovisual pero la gente sigue pensando que soy periodista. Es algo que va ‘con el cargo’, supongo. Por eso me hace gracia cuando ese mismo tipo de gente piensa que para trabajar en la tele hay que tener ese título. Me da risa. ¿Periodismo para leer un guión? Como mucho, será para crearlo pero ¿hace falta para improvisar un debate sin sentido? Son actores haciendo un papel, leyéndolo más bien. Lo que estudiasen no importa. Esas gentes deberían preocuparse más de quién les escribe lo que leen… pero como los créditos pasan tan rápido es difícil que alguien les preste atención.
Cine
Para algunos, una sala de cine es como un santuario. Su lugar oscuro para olvidarse de todo y vivir otra historia durante un par de horas (antes el tiempo se contaba en minutos, ya no). Van convencidos de lo que van a ver y se concentran en ello hasta el punto de no necesitar ni palomitas para disfrutar de la película. Otros no tienen claro este beneficio del cine y se llevan los nervios del día a día. Solo así se explica que alguien pueda confundir los tráilers con la película que han ido a ver. Quizá entraron mirando el móvil apurando los segundos antes de apagarlo, sujetando a los niños que se colaban en otra sala o simplemente no sabían leer el gran número que suele identificar la sala.
Internet
Me está pasando una cosa curiosa en mi Facebook. Como ya expliqué hace un tiempo, separo la parte personal de la profesional: para lo primero utilizo mi perfil, para lo segundo mi página. En la parte privada hay una mezcla de contactos que no se conocen ni comparten intereses. O eso pensaba yo. Vale que tengan en común los virales típicos que inundan irremediablemente las redes sociales. Pero me estoy encontrando que empiezan a interesarse por lo que rodea los medios sociales, es decir, que comparten enlaces sobre ciertos peligros de las redes que no esperaba que interesasen a ninguno de ellos. Quizá es que, después de tanto tiempo, se van dando cuenta de la red en la que se encuentran.