Ahora que muchos están haciendo previsiones y presupuestos para el 2013, me parece un buen momento para ver cuánto cuesta publicar contenidos de manera profesional. No digo crearlos porque eso ya debería estar más que claro que cuesta como mínimo tiempo así que nunca serán gratis ni que se hagan internamente (que rocen el ridículo al externalizar también está fuera de dudas en ciertos, digamos, negocios). Hablo de tener una plataforma para distribuir los contenidos creados. Tanto usuarios como empresas tienen muchos canales a su disposión y, a la hora de elegirlos, el precio puede ser un factor a tener en cuenta.
La siguiente lista muestra el coste de estos canales para desterrar la idea de que en Internet todo es gratis porque sí, todos tienen inicialmente coste igual a cero pero si buscas mejorar o ampliar las características básicas, has de sacar la tarjeta de crédito.
- Web corporativa: tener una presencia básica es imprescindible así que hay que registrar un dominio y contratar un hosting. Cada año pueden ser en total unos 50€ según el proveedor y las características técnicas. Sí, también puedes evitarte el hosting con algunos servicios pero entonces necesitas conocimientos técnicos.
- Blog corporativo: se está conviertiendo en la forma de evitarse una web para muchas pymes. En principio no sería necesario pagar porque WordPress es gratuito pero si queremos un diseño especial o una funcionalidad extra, podemos llegar a pagar algo por plantillas y por plugins desarrollados a medida.
- Redes sociales: el registro y uso es gratuito en todas. Facebook, Twitter, Google+ y LinkedIn no cobran por darse de alta pero posiblemente sí cuando queremos algo más. No me refiero tanto a publicidad si no aplicaciones de terceros en el caso de Facebook o beneficios extras como LinkedIn Pro que tiene su suscripción mínima en casi 8€ al mes.
- Redes sociales tipo repositorio: compartir vídeos en YouTube o Vimeo y fotografías en Flickr, Pinterest o Instagram también es gratis pero cuidado con querer más de la cuenta porque también existe un FlickrPro por unos 25 euros al año y si quieres poner bonito tu canal de YouTube también pasarás por caja. Lo mismo que en SlideShare donde si también quieres quitar la publicidad te costará mínimo 19 al mes.
- Redes específicas de content curation: canales como Tumblr, Scoop.it o Paper.li también son gratis hasta cierto punto. Al querer cambiar el diseño o programar actualizaciones, Scoop.it te cobra unos 13 al mes; si quieres enviar tu diario de Paper.li como si fuese tu propia newsletter o quitar la publicidad, te costará 9 al mes. Tumblr es similar a WordPress en este sentido así que hay plantillas gratis pero también de pago y en su modelo de negocio propio está la promoción de publicaciones concretas por 2 o 5 dólares cada entrada.
- Newsletter: distribuir el contenido del blog o de la web gratuitamente es posible con Feedburner pero si queremos crear una newsletter necesitaremos un servicio de envío masivos como MailChimp que tiene versión gratuita para listas de suscriptores cortas pero que cobra mínimo 3 céntimos por cada email enviado si quieres quitar su logo o tienes más de 2000 suscriptores.
- Almacenamiento de archivos: podemos usar el hosting para evitarnos contratar servicios en la nube en Dropbox, Box o Google Drive pero como al principio son gratis pues nos evitamos problemas de tráfico y capacidad. Pero sin pasarse porque si necesitas más de ambas cosas también tendrás que pagar aproximadamente 50, 15 o 3 euros al mes respectivamente.
- Si, además, quieres gestionar más de un canal, no solo has de multiplicar el coste, también añadir herramientas como Hootsuite que te limitan ciertas cosas si no tienes la versión Pro que cuesta 10 al mes.
Saca la calculadora y diviértete viendo cuánto te ahorras o cuánto te puede costar puntualmente, al mes o al año (ojo que algunos son dólares y otros euros). Verás que eso de gratis tiene sus limitaciones.
No es que me queje de que estas empresas cobren, dan un servicio y eso tiene un coste. Me quejo de quienes no ven que todo no puede ser gratis cuando se habla de contenidos, de quienes no dudan en pagar por diseñar un fondo para su Twitter o una aplicación para su Facebook pero no piensan en que el continente no es suficiente para atraer a los usuarios, hace falta contenido que, claro está, también tiene su coste.